El Brasil es una fiesta durante la Copa del Mundo.

El día del partido frente a Bosnia, no menos de 30,000 hinchas argentinas cerraron la playa de Copacabana desde la zona del Fan Fest, próxima a la playa de Leme, y festejaron el triunfo de su selección. Muchos de ellos no tenían (y probablemente no tienen) boleto para los partidos del Mundial. Un doble del Papa Francisco en un papamóvil de fortuna, con la Copa del Mundo en la mano, distribuyó bendiciones a los miles de fans en la playa de nombre boliviano más famosa del mundo. En los restaurantes de playas hinchas brasileños, mexicanos, chilenos y croatas entonan cánticos. Brillan por su ausencia los fans de la selección española, probablemente escaldados por la goleada recibida frente a los holandeses.

La histórica goleada de Robben y los suyos y la aplanadora superioridad de la Mannschaft son los trazos dominantes de esta primera semana de Copa. Nada raro que se encuentren en semifinales o finales. La Naranja Mecánica, haciendo honor al fútbol total que la caracteriza, ha pasado de ser el equipo de “viejos” denostado incluso por su propia prensa, a uno de los equipos más temidos del mundial. Todo dependerá luego de los cruces en octavos y cuartos donde irremediablemente se verá con el Brasil. España puede haber encontrado el límite físico al “tiki taka”. En Bolivia lo conocemos hace rato como “fulbito”. En algo más nos parecemos (o heredamos) los rasgos ibéricos. De nada sirve tocar y tocar si no se genera peligro en el área. Y la Brazuca premia a los ambiciosos en esta Copa. Vicente del Bosque tendrá que llamar a Xabier Azkargorta para motivar de nuevo a la Roja campeona.

Brasil ha ganado un partido y empatado otro. Ochoa, el portero mexicano, tuvo un partido estelar que ahogó el grito de gol de Neymar, Oscar y Fred. El Brasil está dejando cada vez más dudas a su paso por la Copa, pero recordemos que la verde-amarela en los mundiales generalmente prende motores a partir de octavos. Paradójicamente un punto a tomar en cuenta es la exigencia de resultados de los Torcedores. No son la “marea roja” de Chile ni los hinchas de Argentina. Es una hinchada acostumbrada a grandes logros y por lo tanto no dudan en abuchear a su selección si al cabo de 10 minutos el juego no es bueno o vistoso. Dependerá su futuro en esta Copa de quién cruce en octavos y cuartos. Ojo con ello y con la dependencia de Neymar a quien la hinchada le pide que sea Pelé, Ronaldinho, Ronaldo, Romario, Zico, Socrates y Garrincha en un solo.

La Argentina de Sabella presentó una línea de cinco al fondo. Tal vez preparando partidos más duros como los lances contra Alemania. El medio lució flojo salvó el gol de playstation de Messi, y se espera que con la entrada de Higuaín mejoren las cosas. Un punto a tomar en cuenta es el bajo nivel de su arquero Romero. Desde Sergio Goycochea que la albiceleste no tiene un portero excepcional, salvo el Mono Burgos quizás. El punto fuerte es el que indicamos de inicio. ¿Qué equipo no quiere tener la cantidad y calidad de aliento de la hinchada argentina? Capaz de voltear resultados con sólo el poder del “aguante” y del aliento incondicional a los herederos de Maradona.

Alemania, a quien la Argentina ha tenido dos veces en final ha llegado como siempre. Ya lo decía Gary Lineker: “El Mundial es un torneo donde participan 200 naciones, clasifican 32 equipos y donde Alemania siempre está en la final”. La escuadra alemana, cuya base esencial es el Bayern sin Ribéry ni Robben entró como una aplanadora frente a un desolado Portugal del CR7. Müller, haciendo honor al otro goleador histórico de la Mannschaft, no la tuvo complicada frente a una defensa portuguesa frágil como un flan. De seguir así y por la magia de las llaves, podría darse una repetición de la batalla de Munich del 74. Los herederos de Johan Cruyff frente a los herederos del Kaiser Beckenbauer.

Finalmente queda la cuestión italiana. Balotelli con su guiño de ojo a las cámaras luego de doblegar a una vistosa Inglaterra de Rooney y Sterling, ha dejado en claro que la Squadra Azurra está lista para hacer una nueva travesura. La extraordinaria clase de Pirlo, el famoso Catenaccio, la velocidad de Immobile y la extrema solidez de sus dos arqueros la ponen como otro candidato para estar en el Maracaná el 13 de julio por la tarde. El vecino francés puede también por su lado tener pretensiones similares, siempre y cuando Karim Benzema siga en lo que parece ser el momento de tomar el relevo de su alter ego e ídolo  histórico Zinedine Zidane.

Por lo pronto esos son los nombres que veremos en cuartos. No se descartan sorpresas como avances del Chile bielsista, Bélgica, México o tal vez un renacimiento español. Incluso otro milagro de la Celeste. Lo claro es que los candidatos a la Copa del Mundo son siempre los grandes equipos, aquellos donde el fútbol no es sólo pasión sinó un modo de vida. Incluso Alemania, la que siempre llega, según el sabio aforismo de Gary Lineker. La Brazuca, el coqueto balón que Adidas diseñó en honor a la geografía de Rio, la arquitectura de Oscar Niemeyer y la belleza inagotable del Brasil, lo sabe muy bien. Y por eso ha sido pródiga en darnos goles, buen fútbol, grandes tapadas y un Mundial extraordinario como no se veía en décadas.