Crónica del Mundial
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Mané Montalvo
14/06/2014 - 11:14

El fantasma del 50

En la tarde de hoy, entra en escena en la ciudad de Fortaleza, la Celeste. Costa Rica tendrá que extremar esfuerzos frente a la historia. El equipo charrúa, con nombres del calibre del arquero Muslera, Godín, Lugano, Maxi Pereira, Cavani, Suarez (Goleador de la Liga Premier 2014) y el mítico Forlán, es “la única que puede quebrar psicológicamente a la selección de Brasil” como dijera, el gran Zico (Capitán de la Selección del Brasil del 82 y 86) hace un mes

Hace unos meses, la firma deportiva Puma, en esa eterna guerra comercial que la enfrenta a Adidas y la Nike, hizo una excelente publicidad. La misma se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=VLb3yIRA8AU.  El video relata la visita turística de un rudimentario fantasma celeste a la Cidade Maravilhosa, incluyendo las habituales postales del Corcovado, la playa con nombre boliviano de Copacabana, el Pao de Açucar y obviamente el estadio Jornalista Mario Filho, mejor conocido como Maracaná. Como todos sus congéneres célebres (el de la Opera, Gasparín y más recientemente el del Hernando Siles) este fantasma tiene una historia.

Hace exactamente 63 años, 10 meses y 28 días,  se jugaba la primera final de la Copa del mundo en el Maracaná. Construido de manera obstinada en menos de dos años por el vibrante pueblo del Brasil, el Maracaná era en su tiempo el estadio más grande del mundo. En ese recinto jugaban la finalísima Brasil y el Uruguay.  Con el sistema anterior de la FIFA (por puntos) Brasil era campeón con sólo sellar el empate. En camerinos el entrenador uruguayo López sugirió un esquema defensivo (evitar la goleada). En la cancha el capitán Obdulio Varela arengó a sus compañeros a ir por la Copa.

Friaça anota el 1-0 a favor de Brasil con lo que la fiesta se desencadena entre 200,000 torcedores al finalizar el primer tiempo. El resto es historia. Es el Maracanaço. Un gol de Schiaffiano pone la igualdad y luego a sólo 6 minutos del final, Gigghia anota el 2-1 y pone en zozobra completa al país del futebol. Aquello y el episodio de uno de los jugadores charrúas que sale a beber a los bares del barrio Lapa luego de llevarse la Copa Jules Rimet, es contada por Eduardo Galeano en “Fútbol a sol y sombra”.  Mientras tanto, en una casa pobre de la ciudad de Santos, un niño ve llorar amargamente a su padre. Para consolarlo, le dice “no te preocupes papá, yo te traeré esa copa”. El niño es Edson Arantes do Nascimento…. En esa misma tarde de desgracia nacional, nacía la conciencia del futuro Pelé, y con él la del Brasil del siglo XX de Oscar Niemeyer, Tom Jobim, Getulio Vargas, Joao Goulart y de la futura Petrobras. No es posible entender el Brasil contemporáneo sin la hazaña uruguaya del Maracanaço, la que a su vez enterró en el olvido de la historia a la brillante generación brasilera del arquero Barbosa, y los delanteros Ademir, Jair y Zizinho.

En la tarde de hoy, entra en escena en la ciudad de Fortaleza, la Celeste. Costa Rica tendrá que extremar esfuerzos frente a la historia. El equipo charrúa, con nombres del calibre del arquero Muslera, Godín, Lugano, Maxi Pereira, Cavani, Suarez (Goleador de la Liga Premier 2014) y el mítico Forlán, es “la única que puede quebrar psicológicamente a la selección de Brasil” como dijera, el gran Zico (Capitán de la Selección del Brasil del 82 y 86) hace un mes. De la mano del Maestro Tabárez, Uruguay es otro de los “olvidados” de los gurús apostadores de la londinense calle High Street North…. Como lo fue Holanda hasta anoche. En camerinos el Maestro, y en la cancha el capitán “Cachavacha” Forlán arengarán a sus compañeros a ir por la Copa.

* Enviado especial de la revista a la Copa del Mundo

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