El detector de mentiras
Entre los anuncios más destacados del Informe estuvo el de la profunda reestructuración del Control Operativo Aduanero a fin de jerarquizarlo, sin embargo lo que más impactó fue la noticia de la aplicación del polígrafo -un detector de mentiras- a los funcionarios de Aduana, algo muy aplaudido desde la sociedad civil.
“La felicito señora Presidenta por la gestión que lleva adelante y mucho más por anunciar que implementará un detector de mentiras en la Aduana el 2016, si eso se hace en todas las instituciones del Estado, este país de verdad progresaría”, dijo con gran aplomo el respetado y reconocido dirigente cañero cruceño y Vicepresidente del Ingenio Azucarero Guabirá S.A., Don Abelardo Suárez Bravo.
La alusión fue realizada a la Presidenta de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), Marlene Ardaya, en la Audiencia Pública de Rendición de Cuentas que dicha entidad realizó en Santa Cruz, donde las acciones en pro de la facilitación del comercio legal y la lucha anticontrabando fueron ponderadas, pero también cuestionadas por ciertos sectores como los del sector textil, muy afectados por el ilegal negocio que implica la venta de ropa usada contrabandeada (10/DIC/2015).
Entre los anuncios más destacados del Informe estuvo el de la profunda reestructuración del Control Operativo Aduanero a fin de jerarquizarlo, sin embargo lo que más impactó fue la noticia de la aplicación del polígrafo -un detector de mentiras- a los funcionarios de Aduana, algo muy aplaudido desde la sociedad civil.
No es la primera vez que Ardaya anuncia acciones contundentes anticorrupción y de cara a combatir tal delito dijo que el test empezaría por su propia persona hasta alcanzar al último funcionario, de forma tal que quien quiera trabajar en la Aduana deberá estar dispuesto a que se lo exponga a confrontarse con la verdad significando ello una tremenda apuesta para la Aduana de aquí en más.
Es previsible que con tan draconiana política quienes quieran ocupar o conservar un cargo aduanero el próximo año puedan disminuir, al excluirse los que tengan temor de ser descubiertos en alguna ilegalidad o en su predisposición a cometerla.
Lo del polígrafo no es algo menor, pregúntese Ud. mismo si aceptaría someterse a un detector de mentiras para que le pregunten cualquier cosa ¿lo haría?
¡Qué diferente sería todo si además de los gobernantes, también los esposos y esposas, novios y novias, hijos e hijas, empresarios y obreros, etc., supieran que -más allá del polígrafo- hay un registro diario de cada acción, de cada intención del corazón, de cada palabra proferida y de cada pensamiento, que un día será revelado. “Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz”, dijo Jesús. ¡Cuán diferente sería todo, de saberse que la vida privada no existe para Dios!
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional
Fuente: “El Deber”
Santa Cruz, 16 de diciembre de 2015