El presidente de Ecua, Leníndor Moreno, decidió cambiar la sede de Gobierno a Guayaquil, por las protestas que se han concentrado en la capital Quito contra las medidas económicas anunciadas la semana pasada, entre ellas la eliminación del subsidio a los combustibles. Moreno dijo que no dará marcha atrás con la medida.

"Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil y he trasladado la sede de Gobierno a esta querida ciudad de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen, siempre he ante puesto la paz y la tranquilidad de los ecuatorianos antes que mi propio bienestar", dijo Moreno en cadena nacional acompañado de jefes militares y ministros.

En su intervención también afirmó que las manifestaciones, las protestas violentas y saqueos que han ocurrido en los últimos días son un intento de golpe de Estado organizado por el exmandatario Rafael Correa y el presidente venezolano Nicolás Maduro.

"Lo que ha sucedido estos días en el Ecuador no es una manifestación social de descontento ante una decisión de gobierno, no, los saqueos, el vandalismo y la violencia demuestran que aquí hay una intención política organizada para desestabilizar el Gobierno y romper el orden constituido, romper el orden democrático", aseguró Moreno.

El mandatario agregó que "en las imágenes es evidente que los más violentos, aquellos que actúan con la única intención de agredir, dañar, son individuos externos, pagados y organizados. ¿Creen ustedes que es coincidencia que Correa, (excanciller Ricardo) Patiño hayan viajado al mismo tiempo hace pocas semanas a Venezuela? El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización".

La crisis comenzó el 1 de octubre, cuando Moreno anunció la eliminación de los subsidios al combustible, los transportistas convocaron un paro general al que se sumaron otros sectores. El gobierno decretó estado de excepción para contener las manifestaciones y señaló que las medidas económicas "están completamente en firme".

Pero esto no frenó las protestas, que se intensificaron el fin de semana, la policía detuvo a cientos de personas, y el lunes comunidades indígenas marcharon a Quito para sumarse a las protestas, aunque fueron recibidos con gases lacrimógenos por la policía.