Redacción Oxígeno
18/09/2014 - 12:56

Oscar Pistorius y la tenencia de armas

Tras el debate sobre si Oscar Pistorius intentó asesinar a un intruso o a Reeva Steenkamp, sea cual sea que haya sido su estado mental, si tenía o no un trastorno de ansiedad, sólo hay un hecho irrefutable: Reeva Steenkamp todavía estaría viva si Oscar Pistorius no hubiera tenido un arma de fuego. Cada ocho horas una mujer es asesinada en Sudáfrica por su esposo o su novio. En ese país, como en muchos otros países, el hogar es el lugar más peligroso para una mujer. 

Foto de archivo

Mendoza (Argentina), 18 de septiembre (Rebecca Petters para MDZOL).- Tras el debate sobre si Oscar Pistorius intentó asesinar a un intruso o a Reeva Steenkamp, sea cual sea que haya sido su estado mental, si tenía o no un trastorno de ansiedad, sólo hay un hecho irrefutable: Reeva Steenkamp todavía estaría viva si Oscar Pistorius no hubiera tenido un arma de fuego.

Mientras que los expertos legales y el público intentan comprender el fallo sobre el juicio a Oscar Pistorius, el asesinato de Reeva Steenkamp ha hecho visible a otro tipo de evidencia: los estudios que muestran a las mujeres como víctimas de homicidio.

Cada ocho horas una mujer es asesinada en Sudáfrica por su esposo o su novio. En ese país, como en muchos otros países, el hogar es el lugar más peligroso para una mujer. El riesgo aumenta significativamente cuando se agrega la presencia de un arma de fuego entre las variables. Investigaciones internacionales  han demostrado que tener un arma en los hogares conlleva el doble de riesgo de morir que en casas sin armas. Tal riesgo se triplica si usted es mujer.

Hay muchas cosas lamentables alrededor de la tragedia de Reeva Steenkamp. Una de ellas es que su asesino tenía el arma con el propósito de defensa personal. Esto es, para defenderse a sí mismo y presumiblemente defender a Reeva de intrusos que pudieran traspasar los límites y amenazar el santuario que representaba su hogar. La evidencia muestra que el riesgo del robo de armas es cuatro veces mayor que la posibilidad que las personas puedan defenderse con ellas. De hecho, más de 12.000 pistolas son robadas cada año en hogares sudafricanos.

En América Latina, la evidencia muestra que las personas que intentan usar un arma de fuego para defenderse de un asalto, tienen 4 veces más riesgo de morir que un ciudadano que no usan un arma de fuego.

Se sabe que al reducir el acceso a las armas se puede salvar la vida de las mujeres. Que una fallezca cada ocho horas significa que tres mujeres son asesinadas diariamente, pero antes era aún peor: antes que Sudáfrica reformara su ley de armas, cuatro mujeres fallecían por día. La ley fue modificada en 2000 y comenzó a implementarse en 2004. Varias investigaciones muestran que con esta ley se ha reducido el asesinato de mujeres. En otras palabras, los hombres que atacan a sus parejas sin tener un arma de fuego tienen menos oportunidades de asesinarlas. Pasa lo mismo con hombres que actúan de manera negligente o cuando cometen errores en "defensa personal". Si el novio de Reeva Steenkamp no hubiera tenido un arma, lo más probable es que ella todavía estuviera viva el día de hoy.

Las armas son simplemente más letales que cualquier otro medio común de violencia interpersonal. Los ataques con armas matan, por ejemplo, tres veces más que los ataques con cuchillos o navajas. Tomando en cuenta lo que se necesita en tiempo y energía para accionarlas (un movimiento de un dedo en un instante), las armas hacen más daño al cuerpo humano. Es por esto que son preferidas por los criminales, y frecuentemente por hombres comunes, propensos a la agresión, impulsividad, imprudencia, "vulnerabilidad" o temor.

Para Reeva Steenkamp, agazapada detrás de la puerta de un baño en aquellas tempranas horas de Día de San Valentín de 2013, el resultado lo marcó la presencia de una pistola. Si el hombre que le disparó cuatro tiros a través de la puerta actuaba de manera racional o irracional de acuerdo con las circunstancias, si estuvo afectado por sus instintos, emociones o percepciones, cualquier análisis después de los hechos no puede cambiar la terrible realidad. Ella fue otra mujer asesinada en un hogar, en el lugar donde tenía derecho a sentirse más segura, de un disparo accionado por el hombre que debía estar más comprometido con su bienestar.

El interés de los medios internacionales ha retornado a la historia de vida y a la carrera atlética de su asesino, mientras seguimos de luto por Reeva Steenkamp y las miles de mujeres cuyas vidas son también truncadas brutalmente en todo el mundo cada año. Con el luto, también debemos considerar la amplia evidencia que hay en favor de la prevención de la violencia armada. Esto significa reconocer el riesgo letal que tiene para las mujeres la presencia de un arma en el hogar.

(*) Rebecca Peters es una reconocida activista a nivel mundial en materia de control de armas. Fue directora general de IANSA, la International Action Network on Small Arms. Es periodista y abogada australiana. La versión en inglés de este artículo puede leerse haciendo clic aquí.

 

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