El pasado 13 de septiembre, cuatro personas, dos de ellas de entre 15 y 20 años, fueron ejecutadas en Guerrero, uno de los estados más azotados por las bandas de crimen organizado de México.

La Policía local halló sus cuerpos, que habían recibido un tiro de gracia en la cabeza, debajo de un puente próximo a la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, de acuerdo con medios locales. 

La Fiscalía Regional de Acapulco indicó que en la escena del crimen localizaron cuatro casquillos de un arma de fuego de calibre nueve milímetros y trasladaron los cadáveres al Servicio Médico Forense de Guerrero para su identificación.

Horas después del suceso, las fotografías de las personas asesinadas fueron colgadas en las redes sociales y causaron conmoción entre muchos mexicanos.