Redacción Oxígeno
14/07/2017 - 21:33

Bolivia en la mira del PCC, el comando más peligroso de Sudamérica

El Primer Comando de la Capital de Brasil asaltó en Bolivia dos joyerías, atracó una camioneta blindada de Brinks y está involucrada en extorsiones. Su líder opera desde la cárcel en Brasil y está creando una multinacional NarcoSur.

Bolivia en la mira del PCC, el comando más peligroso de Sudamérica

El asalto que dejó 5 muertos a la joyería Eurochronos el pasado jueves, el más sangriento en la historia penal de Bolivia, tiene el sello del PCC, el Primer Comando de la Capital de Brasil.

Se trata del comando delincuencial más peligroso de Sudamérica que ha puesto su mira en Bolivia.

Fue el ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien confirmó que no era la primera vez que ese grupo de asaltantes participaba en un atraco, y estaban vinculados al PCC de Brasil, por lo que deben considerarse “delincuentes peligrosísimos” que, como lo han demostrado, estaban “dispuestos a matar”.

El asalto fue frustrado por el rápido accionar de la Policía pese a que los asaltantes portaban arsenal de guerra y lograron matar a un policía y herir a una rehén que luego murió en un hospital cercano. La Policía logró abatir a 3 atracadores. Otros 2 fueron detenidos vivos.

Sin embargo, poco o nada les importa a estos peligrosísimos criminales el vivir.

El PCC opera como un sistema de franquicias, similar al del cartel de los Zetas en México, en el que alquila o presta su nombre a organizaciones delictivas locales, según el periodista británico Misha Glenny, excorresponsal de guerra de la BBC y autor del libro "McMafia: el crimen sin fronteras".

Esta organización maneja alrededor de $us 32 millones al año por venta de droga y controla 135 de las 152 cárceles brasileñas.

 

La sangrienta génesis

Se originó en la década de los 1990 dentro del sistema penitenciario de Sao Paulo como grupo de autoprotección para los prisioneros dentro de las brutales cárceles del país, inspirado en otro grupo criminal más antiguo, Comando Vermelho (CV), (Comando Rojo), que también se originó en las cárceles brasileñas en los 70.

El PCC emergió tras un motín en la prisión de Carandirú, San Paulo, en octubre de 1992, cuando las fuerzas de seguridad mataron a más de 100 prisioneros, hecho inmortalizado en una película homónima a la prisión.

Al año siguiente, ocho reos que habían sido trasladados a la prisión de Taubaté formaron la banda con el objetivo inicial de buscar justicia por las muertes y presionar por mejores condiciones en las cárceles.

Mientras eso ocurría en las prisiones, los miembros de la banda en el exterior se organizaban para obtener fondos para financiar al grupo, organizar rescates de presos, comprar drogas y armas, y planificar robos.

Desde entonces su influencia se propagó hacia otras prisiones y a las calles del país, donde han librado una continua y sangrienta batalla con la policía.

Una de las peores olas de violencia del PCC estalló a fines de 2012 aparentemente tras un anuncio de los líderes de la banda que se propagó a los miembros fuera de las cárceles.

Se dice que el anuncio de "salve geral", que surgió después de que la policía de Sao Paulo matara a sospechosos de ser miembros de la organización, indicaba que por cada miembro que había muerto, un oficial de policía también debía morir.

En la violencia que se desató en la ciudad, unas 130 personas, incluidos varios policías, murieron en dos semanas en noviembre de ese año.

En enero de 2017 se desató otra ola de violencia en las cárceles brasileñas en la que más de 100 personas murieron en sólo una semana.

Los fuertes golpes asestados por las fuerzas de seguridad brasileñas han obligado al PCC a operar en las zonas fronterizas brasileñas y países vecinos.

Y así es como el PCC llega a Bolivia.

 

Joyerías y transporte de valores

Su anterior golpe data de marzo pasado, cuando una banda armada hasta los dientes asaltó en Roboré (Santa Cruz) un camión blindado de la empresa Brinks que transportaba más de Bs 2 millones. Tras nueve días de búsqueda y persecución la Policía logra dar con el brasileño Mariano Luiz Tardelli, considerado como un “padrino” que contaba con el apoyo de toda una comunidad para eludir a las autoridades pues les daba muchos regalos durante el último tiempo.

El ministro Romero atribuyó a las constantes evasivas de los delincuentes a la colaboración de los lugareños de Santa Ana, quienes habrían alertado al grupo de los movimientos policiales. “Esta organización criminal ha sido protegida por lugareños, yo diría por una comunidad entera”, dijo.

Tardelli ayudaba a los comunarios, les donaba vaquillas para las fiestas, entregaba indumentaria deportiva y hasta les daba fuentes laborales.

El PCC en Brasil actúa de la misma forma: logra alianzas pacíficas o forzadas con barrios, comunidades, zonas e incluso ciudades intermedias para lograr protección a cambio de “favores”, que van desde el “regalo” de servicios básicos, internet gratis y seguridad. La ausencia del Estado es terreno fértil para el PCC.

En esa ocasión, Romero reveló que este grupo tenía planeado hacer un segundo golpe. Indicó que pretendían liberar a dos brasileños, mandos jerárquicos del PCC, que están detenidos en Palmasola por el robo de la joyería Imperio en Santa Cruz en octubre del 2016.

Varios de los que atracaron la joyería EuroChronos habían fugado luego de asaltar a la joyería Imperio también en Santa Cruz en octubre del 2016, cuando 4 robaron Bs 3 millones en apenas 6 minutos.

Los delincuentes encerraron a dos empleadas y el guardia de seguridad en una habitación y rompieron las vitrinas donde se exhibían las alhajas y las empacaron en sábanas que tendieron en el piso.

La Policía capturó a tres de los integrantes de la banda: dos brasileños y un boliviano. No obstante, había prófugos y esos mismos intentaron repetir su golpe en la joyería EuroChronos.

 

En el Robo del Siglo

Tras el denominado “Robo del Siglo”, cuando el PCC asaltó millonario a la sede de la empresa Prosegur en Ciudad del Este (Paraguay), la Policía boliviana detuvo en Cobija a tres de sus emisarios quienes estaban involucrados en un caso de extorsión por $us 10 mil.

En esa ocasión, el PCC robó en Paraguay casi $us 50 millones tras perder fuego a 19 vehículos, matar a un policía, detonar explosivos, lanzar cohetes y acomodar a francotiradores en posiciones estratégicas para mantener a raya a los uniformados. Los gobiernos y policías de Brasil, Paraguay y Bolivia tuvieron que coordinar acciones para cortar las operaciones del PCC, principalmente de narcotráfico.

La FELCN identificó 3 zonas fronterizas en Bolivia por donde pasa la cocaína que trafica el PCC: Guayaramerín (Pando) y San Ignacio de Velasco y Puerto Suárez (Santa Cruz) y que tiene como destino final Sao Paulo.

 

Crece la “multinacional Narcosur”

Hoy el PCC es el grupo criminal más grande de Brasil y ha incursionado en Perú, para el tráfico de cocaína, Uruguay, para la exportación de drogas a África y Europa, Paraguay y Bolivia, para recolectar dinero.

“El grupo entendió que el conocimiento de los locales es muy importante. Por eso funcionan las franquicias”, dijo el periodista británico Misha Glenny a la BBC.

“Es muy difícil para una organización externa llegar con su gente a un área urbana nueva para empezar algo como un sistema de protección por chantaje. O empezar a traficar mujeres o droga. Por eso necesitan a los locales”, agregó.

Y remató: “Los grupos locales entienden que el nombre del PCC, Los Chechenes o los Zetas les da credibilidad. Y sobre todo, les da el factor miedo. La amenaza de que puedes ejercer violencia”.

En 2001, según Infobae, se conoció el estatuto del Primeiro Comando da Capital.

Los miembros deben pagar una cuota mensual de 16 dólares si están presos, y de 320 dólares si están en libertad. Para ingresar a la organización se necesita ser propuesto por otro integrante y contar con tres padrinos para el bautismo.

El castigo por no colaborar con el PCC o con alguno de los “hermanos” es “la muerte sin perdón”.

Marcos Willians Herbas Camacho, alias Marcola, de 49 años, tomó el poder de la megabanda en 2002. Hace 10 años que su objetivo era liderar el “Narcosur” y lo está logrando: sus rivales pierden peso en varios estados brasileños con menos o casi nulo poder en el exterior.

Cumple una condena de 44 años por asaltar distintos bancos y desde allá dirige la organización que ya opera en Bolivia. (Agencias)

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