Los obispos de Bolivia, reunidos en la centésima octava Asamblea Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), expresaron hoy su posición respecto a la necesidad de reformar la justicia boliviana y llamaron a que haya una investigación “objetiva e imparcial” de los “hechos del pasado reciente”.

A través de un comunicado, los obispos señalan que el país atraviesa un sufrimiento a raíz de la pandemia del coronavirus y "a este dolor, se suma la angustia por una creciente polarización política que provoca divisiones y la inestabilidad social, y erosiona nuestras energías en confrontaciones que paralizan la construcción de un proyecto común de País y esperanzador”, señala el texto.

“Esto responde a intereses particulares que, en vez de servir, se sirven del pueblo, ignorando las necesidades reales de la población cada vez más desamparada ante la pandemia y golpeada por la falta de trabajo y la pobreza creciente.”, agrega.

En ese sentido, la Iglesia afirma que “los hechos del pasado reciente”, que generaron confrontación en el país, contribuyeron a que el país viva en un situación de tensión y llama a establecer la verdad de los hechos a través de una investigación “objetiva e imparcial”.

“Es deber del Estado proporcionar una investigación objetiva e imparcial, y establecer las  responsabilidades de todas las partes involucradas. Reafirmamos nuestra solidaridad y cercanía a las víctimas de esos días aciagos y a sus familiares, ya  expresada en su momento”, señala el comunicado.

En ese sentido, la Iglesia asegura que se necesita con urgencia reformar la justicia para dar celeridad a ese y otros casos.

“La tarea de establecer la verdad de lo sucedido involucra directamente a la Administración de la Justicia que está llamada a obrar con independencia, transparencia e integridad. La falta de una Justicia independiente socava las bases de la democracia y de la convivencia fraterna y pacífica. Se reconoce, de forma general, la urgencia de la reforma de la Justicia en el País”, señala.

Finalmente, los obispos de la CEB expresan su preocupación por la corrupción que “sigue extendiendo sus tentáculos en instituciones privadas y públicas” y que causa graves perjuicios, pobreza e inequidad en nuestra sociedad.

“La situación es tan grave que ya se está volviendo “cultura” y modo de relacionarnos en todas las esferas”, alerta la CEB.