Aunque sin nombrarlo directamente, el presidente del Estado, Evo Morales, aprovechó la apertura de la campaña electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) para lanzar un nuevo ataque a Carlos Mesa.

En su discurso, Morales criticó que la oposición le exija transparencia y lo acuse de corrupción cuando, dijo, no tienen la “moral” de hacer tal pedido.

“La corrupción es no pagar impuestos, es quemar documentos de gastos reservados, es recibir dinero del narco, de olvidarse de cuentas en el extranjero”, señaló Morales.

Y esas son, precisamente, todas las acusaciones que el oficialismo ha lanzado en contra de Mesa en las últimas semanas.

La presidente del Senado, Aadriana Salvatierra, lo acusó de quemar los documentos de gastos reservado de su gestión y gestiones pasadas; la diputada Susana Rivero denunció que recibió 30 mil dólares de excoronel Gonzalo Medina, vinculado con el narcotráfico; y luego lo acusó de evadir impuestos en la venta de un departamento de sus padres.

Y aunque Mesa se encargó de desmentir cada una de ellas – algunas con más dudas que otras-, los argumentos siguen siendo usados con fuerza por el oficialismo.

En ese sentido, Morales pidió a sus militantes “mucha precaución” para evitar ser confundidos por “gente del pasado”.