El presidente Evo Morales denunció la politización de la justicia de Ecuador y la injerencia de Estados Unidos, en la solicitud de encarcelar al expresidente Rafael Correa, quien calificó como un "atropello" la orden de prisión preventiva dictada en su contra por la vinculación con el intento de secuestro del político de Fernando Balda en 2012.
 

"Rechazamos solicitud de la Fiscalía de Ecuador de prisión preventiva contra el expresidente de ese país, Hno. @MashiRafael. Denunciamos politización de la justicia ecuatoriana e injerencia de #EEUU en intención de encarcelar a un inocente. Estamos contigo Hno. Correa ¡Venceremos!", escribió el presidente Morales en su cuenta de Twitter. 

Mientras que Correa Agredeció las muestras de apoyo y pidió a sus seguidores no preocuparse, pues "buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así jamás prosperará en un Estado de Derecho como Bélgica". La afirmación se debe a que Correa evalúa la posibilidad de pedir asilo en Bélgica, aunque no proporcionó más detalles.

"Agradezco a tod@s sus muestras de solidaridad ante este nuevo y grave atropello a la justicia y mis derechos. Yo estoy bien. No se preocupen. Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así JAMÁS prosperará en un Estado de Derecho como Bélgica", escribió.

Un juez aceptó el pedido de la Fiscalía ecuatoriana de sustituir la medida cautelar de presentación periódica ante la justicia por la de prisión preventiva luego de que Correa incumpliera la orden de comparecer cada 15 días ante la Corte Nacional de Justicia a partir del 2 de julio pasado.

Correa justificó que reside en Bélgica desde hace un año y que debía atender asuntos familiares, y se presentó en el consulado ecuatoriano de Bruselas para mostrar su "disposición" a colaborar con la justicia.

Se lo acusa por estar vinculado al secuestro del político Fernando Balda, que ocurrió el 13 de agosto de 2012 en Bogotá, y que fue rescatado por la Policía Antisecuestros de Colombia. El exlegislador opositor se refugiaba en Colombia después de que la justicia de Ecuador emitiera contra él una orden de prisión por atentar contra la seguridad interna del Estado luego de que denunciara que en el Gobierno de Correa se ejecutaban acciones de espionaje en contra de opositores y periodistas.