La Paz, 20 de febrero (Oxígeno- El Compadre).- “El 21 de febrero se pone en juego el destino de Bolivia, el 21 de febrero se garantiza la estabilidad política o se introduce la incertidumbre respecto a lo que va a pasar en Bolivia los próximos años”, aseguraba el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia al referirse a la importancia del referéndum constitucional de hoy.

De hecho, Linera, aceptó que el Movimiento al Socialismo no tiene un plan B, no tiene un sucesor del actual primer mandatario boliviano.

“No tenemos plan B. Estamos apostando todo a una victoria contundente contra las fuerzas de la derecha”, aseguraba.

Y es ahí donde radica la importancia histórica de la cita democrática que el país vivirá durante toda esta jornada. Pues hoy, no sólo se elegirá si se acepta o no la reforma a la Constitución, sino que también se define el futuro político del Presidente Evo Morales e, incluso, su forma de gobernar.

“El presidente Morales se expuso innecesariamente a este referéndum, tiene ya un ciclo en la historia, forma parte de ella, nadie lo va sacar. Pero yo creo que se sobreexpuso demasiado cuando pudo haber dejado su legado para que lo sigamos trabajando todos los bolivianos”, aseguró Iván Arias, analista partidario por el No.

En su opinión, el Gobierno y el Movimiento al Socialismo (MAS) llegan al referéndum constitucional con una imagen de desgaste y cansancio por parte de la población.

“El MAS llega en un momento de alejamiento de la realidad, el MAS ya no está articulado con la gente”, dice.

Eso sí, afirma que sea cual sea el resultado, Morales completará su mandato presidencial, hasta el 22 de enero del 2020.

Es decir, que hoy Morales se juega su futuro político a partir del 2020.

Así también lo reconoció el senador por el MAS, René Joaquino. La autoridad potosina segura que después del 2020 el presidente seguirá cercano a la política boliviana, aunque no sea precisamente como presidente.

“El futuro político no solo se ejerce desde un cargo político, hay muchos líderes que han tenido  una influencia muy grande. Hay muchos en el mundo que no siendo gobernantes han influido en su liderazgo, incluso mucho más que estando en el Gobierno”, aseveró.

Y es que Joaquino reconoció que los últimos acontecimientos que vivió el país – como el caso de Gabriela Zapata o el incendio de la Alcaldía alteña el pasado miércoles- tendrá un efecto negativo en las intenciones del Gobierno Nacional.

“Los dos acontecimientos lamentablemente han afectado la campaña y la balanza se ha inclinado a través de una tendencia, son hechos que la ciudadanía siempre va recordar y repudiar”, afirmó.

Por eso, también, la ciudad de El Alto toma un papel protagónico en los resultados que puede haber en este referéndum constitucional, pues junto a La Paz, Santa Cruz y Cochabamba representan el 60% del padrón electoral del país.

Es decir, que El Alto será una especie de árbitro para las intenciones de Morales, cuya imagen se vio debilitada después de los sucesos ocurridos el pasado miércoles, cuando marchistas quemaron la Alcaldía alteña provocando la muerte de seis funcionarios públicos.

Y, precisamente, es ese acontecimiento que puede derivar en que la población alteña se incline por el No. Aunque, según dijo Iván Arias, este no sería un voto en contra de Morales, sino en contra de la corrupción y las decisiones erróneas de su Gobierno.

Por eso, los resultados de este referéndum también podría definir la forma de gobernar que tendrá Morales hasta, por lo menos, el 2019.

Si gana el Sí, el presidente no tendría la necesidad de cambiar ni reformular las políticas que, hasta ahora, le han dado resultado.

Así lo señala el diputado del MAS, Víctor Borda. En su criterio, el partido de Gobierno seguirá afianzado en “sus organizaciones sociales y más que todo en la voluntad del pueblo. El MAS es una especie de movimiento social, el MAS está llegando objetivamente bien. Tiene un programa político e ideológico, a diferencia de la derecha que no tiene postura ni programa”, señaló.

En cambio, si ganara el No, Morales tendría que “aprender a entender el mensaje de la población”, señala Iván Arias.

“La derrota del Sí puede convertirse en una victoria si es que el presidente interpreta correctamente el mensaje. Si es que inicia una agenda para afrontar la crisis, si inicia un proceso de concertación para la transición, que garantice una agenda ya no de partido sino una agenda estatal”, finalizó.