Redacción Oxígeno
30/11/2015 - 12:01

Oscar Arias: El pueblo venezolano no puede estar más disgustado con el gobierno actual

"Es difícil ser optimistas con las elecciones del 6 de diciembre en un país que desde hace mucho tiempo dejó de ser una verdadera democracia. Y estoy de acuerdo que por la información que es conocida uno se imagina que la oposición tiene que triunfar", dice el expresidente Oscar Arias.

El expresidente Oscar Arias

Mendoza, 30 de noviembre (MDZOL.COM).- Oscar Arias Sánchez fue dos veces presidente de Costa Rica y obtuvo el Premio Nobel de la Paz. Dirige la fundación que lleva su apellido y que sirve para trabajar por la pacificación en zonas conflictivas. Habló con el programa "Tormenta de Ideas" por MDZ Radio para hablar de Venezuela. El periódico MDZOL.COM publicó parte de dicha conversación en la que da a conocer la crítica situación política en Venezuela, donde la gente está agotada con Nicolás Maduro, según las palabras de Arias.

- ¿Cómo se llega a la situación actual en Venezuela?

-  Es difícil ser optimistas con las elecciones del 6 de diciembre en un país que desde hace mucho tiempo dejó de ser una verdadera democracia. Y estoy de acuerdo que por la información que es conocida uno se imagina que la oposición tiene que triunfar. La diferencia entre la oposición y el partido de gobierno, que he visto en las encuestas recientes es de 28 puntos y el apoyo del gobierno del presidente Maduro llega al 22 por ciento. Es un país que vive momentos muy difíciles de polarización. Ese nivel de apoyo al gobierno se encuentra desde hace mucho tiempo en números rojos. El desabastecimiento se ha convertido en el vía crucis cotidiano, la economía colapsa bajo el peso de la irresponsabilidad, el populismo y la corrupción. Los presos políticos constituyen un rasgo indudable de autoritarimo en un gobierno al que no le alcanzan las teorías conspirativas para explicar el alcance de las calamidades. Así es que ante esa situación, pues si ustedes en Argentina viviendo en un sistema democrático con alternancia en el poder, la oposición pudo ganar, las encuestas eran mucho más reñidas, ciertamente no hay ninguna posibilidad de que la oposición triunfe en Venezuela.

- Es curioso que en nuestros países comience a aparecer nuevas alternativas que no han gobernado antes. Tal es así que Macri no fue nunca radical ni peronista y en su país pasó lo mismo. No sería extraño que suceda algo así en Venezuela. ¿Qué espera usted del pueblo venezolano?

- El pueblo venezolano no puede estar más disgustado con el gobierno actual. Son 16 años en los que de manera continua se han ido socavando todas las instituciones democráticas que definen al poder democrático. De tal manera que yo creo que ya se cansó el pueblo venezolano de que le vendan tickets al paraíso, ese que nunca ha existido y menos ahora, cuando se cayó la economía venezolana con motivo de la disminución del precio del petróleo. Así es que para cualquier demócrata, uno debe suponer que le van a dar una paliza muy grande en las urnas al gobierno del presidente Maduro. Lo que pasa es que para Maduro, como para todos los déspotas, uno sabe muy bien que prefieren la victoria a la democracia. Y él ya ha amenazado con gobernar si pierde con una especie de junta cívico militar. Ha amenazado diciendo que la revolución no se entrega. Recientemente aconteció la muerte de una persona ahí en un mitin, todo el mundo ha protestado, están exigiendo que se investigue esa muerte. Acabo de ver que los europeos están exigiendo que se aclare como fue que murió Luis Manuel Díaz y la verdad es que quiera Dios que en los próximos días no incremente la violencia y no haya más muertes. Porque todos sabemos, el uso de la violencia es inaceptable. Yo creo que tenemos que tener siempre muy presentes la frase de Ghandi: "Ojo por ojo, acabaremos por quedarnos todos ciegos". Así es que lo primero que habría que hacer es que se respete el derecho de la oposición a hacer la campaña y evitar la violencia.

- Usted que fue siempre promotor de la paz y el desarme, ¿cree que se puede dar un brote violento en Venezuela dependiendo del resultado?

- Ya es difícil es desde la distancia poder contestar esa pregunta porque no tengo conocimiento del clima que exactamente está viviendo el pueblo venezolano, pero dado el hecho de que ha habido violencia, de los antecedentes, sabiendo que Venezuela dejó de ser una democracia hace mucho tiempo, que el gobierno está envuelto en una corrupción y el narcotráfico, yo creo que la inmensa mayoría del pueblo venezolano quiere sacar por las urnas al gobierno de Maduro y si hay más violencia porque el gobierno no quiera entregar, porque se sienta seguro porque el ejército y en esa complicidad con el narcotráfico lo proteja, sería lamentable. Lo que pasa es que con el gobierno de Maduro uno sabe que no es una verdadera democracia como ustedes la han vivido, en la que se entrega el poder porque se pierde en las elecciones, Venezuela no. El verdadero demócrata si no tiene oposición, la crea. En Venezuela el que está en la oposición va a la cárcel al exilio. El hecho de que Leopoldo López con una sentencia catalogada como una farsa a 14 años de prisión, eso demuestra que ahí no hay estado de derecho; ahí no hay seguridad jurídica. Así que cualquier cosa puede suceder, aunque hago votos con que ganando la oposición no se acuda a la violencia.

- Usted ha sido un actor muy importante en el restablecimiento de las democracias latinoamericanas. Si uno mira la región, en Argentina hay una escasa división de poderes. En Chile y Brasil hay casos rutilantes de corrupción y ni hablar de lo que pasa en Venezuela. ¿Por dónde pasa el desafío, qué tan democrático son?

- En efecto, hay una serie de gobiernos, sobre todo en América del Sur, en donde se ha desdibujado la división de poderes que viene desde Montesquieu. Donde desde el Poder Ejecutivo se controla al Poder Legislativo, al Poder Judicial al Poder Electoral. Eso lo vivimos desde un país tan cercano como es Nicaragua. Y ustedes tienen muchos ejemplos en América del Sur. De América Latina, ¿qué le puedo decir? Con diferentes regímenes políticos en los últimos 200 años no ha satisfecho las esperanzas de nuestros pueblos. hemos quedado debiendo, todos sin excepción. En el caso de la Argentina, fue uno de los países más prósperos empezando el Siglo XX y vean lo que tienen hoy en día. pero la verdad es que este siglo, el XXI, es el de los asiáticos. Recordemos que hace 60 años, Nicaragua era más rica que Singapur, Brasil era más rico que Corea del Sur; México era más rico que Portugal. En fin, no hemos dado a la talla. Ese es el quid del asunto. La democracia no es un objetivo en sí mismo, aunque por supuesto que para los demócratas queremos escoger libremente a quienes han de conducir los destinos de nuestros países, disfrutar de la libertad, opinar sin restricciones, pero si la democracia falla en generar riqueza y mejorar las condiciones de vida de la gente, pues la democracia es un medio: el fin es siempre el individuo. Este año es un buen ejemplo. La economía latinoameicana no está creciendo mientras la India crece a más de un 6%, mientras China crece a más del 6%, etc., etc. Entonces esa es la gran prueba que tiene la democracia latinoamericana en el futuro: mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos.

- Muchos gobiernos latinoamericanos se quedan esperando condiciones macroeconómicas favorables, en lugar de sacar con ingenio y decisión sus países adelante. Y mucho tiene que ver con el entramado político que está cambiando. ¿Qué piensa del futuro gobierno de Mauricio Macri y de Cristina Kirchner, que se va? Macri ha dicho que pretende aplicar las Cartas Democráticas d elos organismos internacionales sobre Venezuela.

- Sería muy osado opinar, porque no conozco bien su país y no sigo de cerca los acontecimientos políticos. Sé lo que pienso que sabe todo el mundo: que la situación económica no es fácil, que la inflación es muy elevada, tienen un peso sobrevaluado, un déficit fiscal de alrededor del 7%. Todas esas cosas hay que corregir. Es mucho lo que se puede hacer en la Argentina por avanzar mucho más hacia una economía de más mercado, con apertura comercial, con honradez administrativa, con mejorar la educación, aumentar la capacidad de innovación, competitividad y productividad de la economía. pero estas son tareas de todos los países latinoamericanos, como aumentar la confianza para que haya más inversión. Ahora, sobre la Carta Democrática en el Mercosur, me parece que Macri lo debe hacer. Es importante. Me parece que no se vale que alguien se haga pasar por demócrata cuando hay evidencia enorme de que lo que se tiene ahí es un autoritarismo despótico, que al adversario se le encarcela, cuando el deber del demócrata es generar una oposición si no la tiene. Como le decía, los dictadores o los aprendices de dictadores prefieren la victoria a la democracia. Uno tiene la sensación de que quieren ganar a cualquier precio y si las encuestas demuestran que hay una diferencia tan grande entre el apoyo que recibe el gobierno y la oposición, es muy difícil que se pueda hacer un fraude en esas condiciones. Así que esperamos un triunfo de la oposición.

Sin duda alguna que el triunfo de Macri tiene influencia sobre Venezuela. Va a alentar, va a dar nuevos bríos y seguridad a la oposición par allegar con la esperanza del triunfo el próximo 6 de diciembre.

- En Venezuela se le impidió a expresidentes como Sebastián Piñera y Andrés Pasatrana visitar a Leopoldo López en la cárcel de Ramo Verde. No sé si el próximo domingo tendrán autorización para monitorear la elección. ¿Usted tiene pensado viajar a Venezuela?

- No, no. No tengo pensado ir. En aquella oportunidad cuando algunos expresidentes visitaron yo estuve invitado pero no pude ir. Yo escribí una carta que fue leída en presencia de los todos expresidentes. Yo he sido crítico porque soy un demócrata convencido y porque creo que Venezuela no se merece estos 16 años que han tenido de un populismo exacerbados que al final, ha terminado en lo que todos sabemos: un empobrecimiento generalizado del pueblo venezolano, con corrupción, con gente del gobierno involucrados en el narcotráfico. Es muy lamentable lo que ha sucedido ahí. No hay nadie en América Latina que auspicie golpes de Estado, lo que es muy saludable. Esa etapa la hemos superado, hemos superado esa etapa triste de América Latina. El último intento fue en Honduras en donde yo fui el primero en alzar la vos contra el golpe de Estado y en pedir la restitución del presidente Zelaya.

- ¿Lo de Fernando Lugo en Paraguay no fue un golpe?

- Creo que no. No me voy a meter en esa decisión porque Paraguay está muy lejos de Costa Rica y yo no soy la persona más informada. Pero me tocó de casualidad liderar la misión de la OEA para las elecciones del primer presidente Cartes. Hablé mucho con Lugo en aquel momento, es un tema polémico y prefiero no entrar en la discusión. Evidentemente lo de Honduras sí fue un golpe clarísimo.

- El expresidente Pepe Mujica nos comentó sobre una de sus banderas, la despenalización del consumo de marihuana. Nos dijo que dentro de 25 años eso ya no será un tema discutible, ¿Para usted, que ha llevado siempre las banderas del desarme y la desmilitarización, eso también será un temas "normal"?

- Siento que no. Por alguna razón, América Latina sigue obsesionada con los militares en gastar en armas en lugar de gastar en su pueblo, en educación, en infraestructura, en todo lo que necesitan nuestros países. El mundo gasta 1,8 billones de dólares en armas y soldados y América Latina ha sido la región en los últimos años el gasto militar. Como nunca, ha sido tan democrática y cuando nunca como ahora en su historia ha tenido la democracia latinoamericana enemigos como para justificar estarse armando. Que Venezuela compre 4 mil o 5 mil millones de dólares a los rusos en armas es inmoral, es un pecado imperdonable. Que Brasil también haya comprado a los suecos los cazabombarderos Greepen, también. Cuando yo era presidente y me encontraba con Lula le preguntaba: ¿cuál es la razón?, ¿cuál es el enemigo de Brasil, si no es la pobreza y la desigualdad? ¿Para qué gastarse esa plata cuando tiene las favelas que tiene? Esas cosas son incomprensibles para mí y para cualquier costarricense, ya que unilateralmente abolimos el ejército desde 1948 y hemos disfrutado de los dividendos de la paz, dividendos que significa poder gastar en educación, cultura, infraestructura, en disminuir la pobreza, la desigualdad. No con mucho éxito en América Latina, porque si la economía no crece no lo podremos alcanzar. Pero son metas a las que hay que destinarles muchísimo más recursos. Todavía no cambia el coeficiente Gini en América Latina antes y después de pagar impuestos, en donde los impuestos son progresivos. Aquí en Costa Rica tenemos mucho gasto social y nos sentimos muy orgullosos de ello y como no tenemos ejército, podemos destinar muchos recursos a ello. Pero la desigualdad no disminuye porque no tenemos un sistema tributario progresivo y esto es valedero para gran parte de los países de América Latina. Seguimos siendo la región más desigual de todo el mundo.

Pero sobre la desmilitarización, esto no está ocurriendo en América Latina. Es una verdadera paradoja que sea la región en donde más ha crecido el gasto militar, con excepción, claro, de Oriente Medio en donde se está produciendo una situación similar.

- Como anécdota, nuestro país envió justamente a Costa Rica un embajador que fue jefe del Ejército, como Martín Balza...Esperemos que haya aprendido

- Bueno, vamos a ver. Por lo menos es una experiencia interesante para él. Lo conozco, he compartido con él y pues está viviendo en un país muy distinto al que lo vio nacer, sin dudas.

 

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