Economía de Mercado
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Armando Méndez Morales
08/04/2015 - 09:43

Somos mercantilistas

Nueve son los productos de exportación, -exceptuando la exportación de oro que se torna dudosa que sea boliviana- y que representan el 90 por ciento del total de exportaciones, para el primer mes de año, Esta concentración estructural de siempre, en pocos productos exportables de la economía boliviana, hace recomendable tener exportaciones mayores a las importaciones, para mantener la diferencia como reserva internacional, la cual pueda financiar las necesarias importaciones que requiere el normal funcionamiento de la economía aunque caigan las exportaciones.

En el siglo XVI se hizo dominante en Europa lo que se vino a denominar la etapa mercantilista de la economía.  Una característica fundamental es la siguiente: En su relacionamiento con el mundo exterior lo importante son las exportaciones y no así las importaciones. Se busca una balanza comercial positiva, es decir hay que exportar más de lo que se importa. ¿Qué se debe hacer con la diferencia? En esos tiempos el medio de pago que regía el comercio internacional era el oro.  Por tanto, lo que debía hacerse era acumular oro.

Se espera que durante el año 2015 el valor de las exportaciones del país caiga. Los primeros datos correspondientes al mes de enero y que se han sido publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman el hecho. El valor total de exportaciones cayó en un significativo 23 por ciento con relación al mes de enero del año anterior. Este hecho tuvo una amplia cobertura por lo medios de comunicación, pero no sucedió lo mismo con la caída del 15 por ciento en importaciones.

Nueve son los productos de exportación, -exceptuando la exportación de oro que se torna dudosa que sea boliviana- y que representan el 90 por ciento del total de exportaciones, para el primer mes de año, Esta concentración estructural de siempre, en pocos productos exportables de la economía boliviana, hace recomendable tener exportaciones mayores a las importaciones, para mantener la diferencia como reserva internacional, la cual pueda financiar las necesarias importaciones que requiere el normal funcionamiento de la economía aunque caigan las exportaciones.

Los nueve  productos aludidos y en orden mayor a menor importancia, para enero y en valor, son: gas, zinc, plata, soya, estaño, plomo, quinua, nueces y combustibles. Todos cayeron, con excepción de la plata, pero la mayor tasa de caída la recibió combustibles con un  81 por ciento. Por supuesto, lo que interesa es la caída del gas que estuvo cerca del 30 por ciento, porque es de lejos el de mayor valor.

Las importaciones cayeron en todos los rubros: “Otros bienes” en 65 %, efectos personales en el 40%, combustibles en el 38 %, bienes de capital en  el 27 %, alimentos y bebidas en el 23 %, suministros industriales en el 8 %,  y “otros bienes de consumo” en el 3%. La excepción son equipos de transporte que se expandieron en un 7 %.

A pesar de la gran caída de exportaciones y de las importaciones, en el mes de enero se mantiene un saldo favorable en la balanza comercial.

La pregunta que es necesario hacerse es: ¿por qué cayeron las importaciones? La primera respuesta es que la actividad exportadora, en Bolivia, también es importadora, de tal manera que si la primera cae, arrastra a la segunda. Otra explicación de la caída de las importaciones indica que es una señal de una menor dinámica de la economía en su conjunto.

Una continua aseveración del gobierno del Presidente Morales es que el buen crecimiento de la economía se debe a la dinámica de la demanda interna, es decir, incremento en el consumo y la inversión tanto privada como pública. Pero lo que no se dice es que gran parte de los bienes que se consumen, y ni que decir de la inversión, tienen un fuerte componente importado. Todas las actividades económicas que se realizan en el país para satisfacer la demanda interna son efectivas gracias a las importaciones.

Por tanto, la caída de las importaciones es una señal también de la pérdida de dinámica de la economía nacional.

El gobierno acaba de indicar que ha revisado sus metas económicas para el año 2015. Ha bajado a un 5 por ciento de crecimiento del PIB, sigue siendo alto. En segundo lugar ha planteado un incremento preocupante del déficit fiscal, al 4,1 por ciento. Esta es una señal de que el gobierno quiere acelerar el gasto público para dinamizar la demanda interna, cuando esto no es aconsejable dado que venimos de una dinámica muy fuerte de este elemento. Con un déficit fiscal menor, en Uruguay, la nueva administración de ese país está buscando disminuirlo, algo que también debería hacerlo el gobierno de Bolivia. Es fácil caer en un gran déficit fiscal, como el país lo hizo durante el año 2014, lo difícil es revertir esta tendencia.

Hay que lamentar también que el gobierno en lugar de apuntalar una menor tasa de inflación para este año, que inicialmente la ubicó en un 5 por ciento, ahora está apuntalando incrementar a un 5,5 %. Estas tasas de inflación son incompatibles con un tipo de cambio fijo al que país hace rato se adhirió. ///

 

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

 

 

 

 

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