Desde Honduras
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Reina Rivera Joya
09/03/2016 - 10:41

La mataron por defender a la tierra

El 3 de marzo de 2016, Día Mundial de la Vida Silvestre y la Naturaleza, fue cruelmente asesinada en Honduras la dirigenta indígena y ambiental Berta Cáceres Flores.

El 3 de marzo de 2016, Día Mundial de la Vida Silvestre y la Naturaleza, fue cruelmente asesinada en Honduras la dirigenta indígena y ambiental Berta Cáceres Flores.

Desde niña Berta se involucró en las luchas sociales contra el racismo y la defensa de los derechos y los territorios del pueblo Lenca, el más grande de Honduras. Fue fundadora hace 23 años del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y era desde hace varios años su máxima dirigenta. Ella además encarnó una de las voces más importantes de la lucha social hondureña y latinoamericana. 

Berta Cáceres también fue defensora de los derechos humanos y de la democracia, perseguida y encarcelada durante el Golpe de Estado del año 2009, gozando desde ese año de medidas cautelares de protección emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.

Pese a las medidas de la CIDH, la represión contra Berta Caceres arreció, personas cercanas a sus luchas al frente de COPINH fueron asesinadas en la más absoluta impunidad; las radios comunitarias de su organización (Radio Guarajambala y La Voz Lenca) han sido atacadas varias veces y el gobierno ha intentado cerrar sus instalaciones en violación al derecho a la libre emisión del pensamiento y el convenio 169 de la O.I.T. 

En el año 2013 Berta Cáceres enfrentó un proceso penal al ser criminalizada por la defensa del Rio Gualcarque y la Comunidad Indígena de Río Blanco, en oposición a la instalación de un proyecto hidroeléctrico aprobado en el año 2010 como un efecto de las masivas concesiones de ríos y bosques otorgadas después del Golpe de Estado.  Solo en la zona Lenca, Berta Caceres estaba luchando contra cerca de 17 concesiones mineras e hidroeléctricas instaladas inconsultamente.

De las muchísimas luchas sociales e indigenistas que Berta encarnó, la de mayor envergadura fue enfrentarse a la empresa nacional Desarrollos Energéticos SA (DESA) quien junto al Banco Mundial y a la multinacional China Sinohydro iniciaron la construcción del proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca, que implicaría el desplazamiento de la comunidad indígena Río Blanco y la privatización del ancestral Río Gualcarque.

A finales de 2013 el Banco Mundial y Sinohydro se retiraron del proyecto como consecuencia de las masivas movilizaciones del pueblo lenca liderados por Berta, así como las denuncias internacionales de violación  de la Consulta previa, libre e informada; aunado a las graves violaciones a derechos humanos cometidas por guardias privados de la empresa DESA quienes junto al ejército hondureño fueron señalados como responsables de atentados y el asesinato de compañeros y compañeras de la resistencia indígena al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca. 

Pero en el 2014 el proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca se reactivó y DESA buscó nuevos capitales, particularmente Berta Cáceres denunció públicamente que la hidroeléctrica Agua Zarca sería financiada con préstamo de cofinanciamiento entre el Banco Centroamericano de Integración Económica BCIE, en co inversión entre Central American Mezzanine Infrastructure Fund CAMIF, el Netherlands Development Finance Company –FMO y Finnish Fund for Industrial Cooperation, FinnFund. En las siguientes semanas Berta se aprestaba a participar en una gira de incidencia, apoyada por organizaciones ambientalistas globales, para solicitar al FMO y a FinnFund aplicaran sus reglas de Empresas y derechos humanos y no financiaran el proyecto.

Receptora de más de cinco connotados premios internacionales, Berta Caceres representa la lucha legitima de centenares de defensoras y defensores de los territorios y del medio ambiente, que enfrentan en Honduras una lucha desigual ante una política pública gubernamental que trata de fincar el “desarrollo” del país en la explotación irracional de los recursos naturales y el despojo a las comunidades de sus territorios y sus medios de vida. 

Según datos de organizaciones ambientalistas Honduras es el país de Centroamérica con mayores concesionamientos mineros, pero es también el país más peligroso para las y los defensores ambientales en el mundo. Pese a estas condiciones adversas, esperamos que el legado de Berta Caceres y la reacción mundial de condena al mismo, signifique un freno a los ataques a los y las defensores de la tierra y los territorios, así como la revisión de las políticas públicas que irrespetan el medio ambiente y la soberanía de los pueblos indígenas. El Río Gualcarque debe ser hoy más que nunca protegido.

 

Reina Rivera Joya

Defensora de Derechos Humanos en Honduras.

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