EEUU
César Sánchez
06/01/2021 - 16:57

Los seguidores de Trump asaltan el Congreso de EEUU para impedir que se ratifique los resultados de las elecciones

La policía lanzó gases lacrimógenos y ordenó la evacuación de varios edificios de oficinas después de que los manifestantes irrumpieron en el Capitolio y fueron vistos marchando por los pasillos del Congreso, donde los legisladores se reunían para certificar la victoria del presidente electo Joe Biden.

En casi dos siglos y medio de historia, Estados Unidos no ha vivido una crisis como la que está teniendo lugar en este momento. Miles de seguidores de Donald Trump han irrumpido en el Capitolio -el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos- para tratar de impedir la ratificación de los resultados de las elecciones del 3 de noviembre, que dio el triunfo a Joe Biden.

Las autoridades podrían haber llamado a las Fuerzas Armadas para que expulsen del edificio a los seguidores de Donald Trump. Pero el Departamento de Defensa se ha negado a adoptar esa medida. El secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, fue cesado por Donald Trump tras su derrota electoral. Desde entonces, el presidente ha colocado al frente del Pentágono a figuras de la máxima lealtad hacia él.

La turba destrozó puertas, ventanas y cristales, e intento penetrar en la sala del Pleno de la Cámara de Representantes. La policía lanzó gases lacrimógenos y ordenó la evacuación de varios edificios de oficinas después de que los manifestantes irrumpieron en el Capitolio.

Entretanto, los 534 legisladores presentes (435 representantes y 99 senadores) fueron evacuados al sótano del edificio. La policía les ordenó que se pongan máscaras antigás de máxima protección (los llamados "cascos de huida", o "escape hoods").

El asalto se produjo después de que Donald Trump se dirigiera a decenas de miles de seguidores, concentrados frente al Capitolio, y declarara que Joe Biden va a ser "un presidente ilegítimo". El jefe del Estado y del Gobierno volvió a insistir en que el vicepresidente, Mike Pence, podía anular el resultado de las elecciones del 3 de noviembre.

No obstante, Pence, que presidia la sesión, se negó a hacerlo, fundamentalmente porque es ilegal.

A continuación, 13 senadores republicanos cuestionaron los resultados, algo que fue considerado por el jefe de su propio grupo parlamentario, Mitch McConnell, como una acción destinada a "cambiar el resultado de una elección, y llevada a cabo por los perdedores". Para McConnell, la actuación de sus propios correligionarios, "amenaza con llevar a nuestra democracia a una espiral mortal".

Cabe señalar que funcionarios electorales de ambos partidos y observadores independientes han dicho que no hubo fraude significativo en la contienda del 3 de noviembre, que Biden ganó por más de 7 millones de sufragios en el voto popular nacional.

Han pasado semanas desde que los estados completaron la certificación de que Biden, un demócrata, ganó las elecciones por 306 votos del Colegio Electoral frente a los 232 de Trump. Los variados desafíos de Trump a la victoria de Biden han sido rechazados por cortes de todo el país.

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