El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, fue arrestado en la ciudad de Guayaquil luego de que la justicia emitiera una orden de prisión en su contra por el presunto delito de asociación ilícita relacionando con el caso Odebrecht.

Un avión lo trasladó hasta el aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela, pasadas las 23:00 del lunes, en medio de3 un fuerte resguardo policial.

Antes de su aprehensión, en un video Glas dijo que estaba "a pocos minutos de entregarse a la justicia" y aclaró que "los inocentes no tienen por qué huir, yo no lo hice, no lo voy a hacer"

El vicepresidente de Ecuador dijo que acata “en protesta” la resolución de la justicia de enviarlo a prisión preventiva y señaló que se trata de una “conspiración” para hacerse de la Vicepresidencia de la República.

“Los inocentes no tienen por qué huir, yo no lo hice, no lo voy a hacer; acato en protesta una resolución del sistema de justicia, inconstitucional, ilegal, en un proceso lleno de fallas, lo cual no podrá ocultarse”, dijo en un video publicado en su cuenta personal en Twitter en una alocución “al país en estos aciagos momentos”.

Envió un “abrazo revolucionario” a la militancia, a la que invitó a no desmayar ya pelear por su revolución. “No estén tristes por mí. Yo siempre he tenido una vida difícil y yo voy a seguir luchando, desde donde me lleven por la verdad y por la justicia que es la verdad y la justicia de todo el pueblo ecuatoriano”, añadió.

“Seguimos en esta lucha, pareciera que estamos retrocediendo, pero hay revolucionarios que se niegan a dejar de luchar por toda la vida, un abrazo para todos ustedes”, concluyó su mensaje.

El abogado de Glas, Eduardo Franco Loor, anunció que apelarán la medida “por sospechas de una potencial participación”, no se puede solicitar prisión preventiva. “Fiscal utiliza testimonio de Santos, sin verificarlo, para sustentar su pedido de prisión preventiva. Eso es ilegal”, indicó, y apuntó que “si hay acatamiento a la ley y a normas del debido proceso Juez Nacional Jurado debería rechazar pedido de Fiscal”.

La llegada de Glas al centro penitenciario. Foto: El Comercio