El huracán Harvey ataca por múltiples flancos. A las complicaciones sociales y miles de personas que han perdido sus casas, se suma el sector del automóvil, segmento que según las asociaciones de concesionarios habría sufrido la destrucción de medio millón de vehículos, lo que ha obligado al cierre de centenares de concesionarios.

Texas es el segundo mayor mercado de automóviles en Estados Unidos, tras California, y Houston es la quinta mayor zona metropolitana de Estados Unidos, con unos 6,5 millones de habitantes.

Las ventas de automóviles nuevos en Texas suponen casi un 10 % de las realizadas a particulares en todo el país, por lo que Harvey tendrá un gran impacto en las cifras de ventas nacionales de agosto.

La Asociación Nacional de Concesionarios de Estados Unidos solicitó hoy a sus asociados de todo el país donaciones para el fondo de emergencia creado para “apoyar a las familias de trabajadores de concesionarios afectados por el destructor huracán y las inundaciones del sureste de Texas”.

En un comunicado, el presidente de NADA, Mark Scarpelli, solicitó la ayuda corporativa ante esta catástrofe.
“Como otros propietarios de concesionarios, pido desde el fondo de mi corazón, que los concesionarios de todo el país consideren contribuir al fondo de ayuda de emergencia. Esas contribuciones ayudarán directa y rápidamente a las familias de concesionarios”, dijo.

Cary Wilson, propietario de varios concesionarios de distintas marcas en la zona de Houston que están cerrados desde el pasado viernes, declaró que muchos de sus 240 empleados han perdido totalmente sus casas y han sido desplazados a refugios.

El sector estima que Harvey y las inundaciones han destruido entre 300.000 y 500.000 vehículos, superando la destrucción del huracán Sandy que en 2012 causó daños irreparables a unos 250.000 vehículos.  Además, cientos de concesionarios han resultado dañados por la tormenta.

La Asociación de Concesionarios de Automóviles de Texas dijo que una cuarta parte de los concesionarios de Houston han sufrido daños por las aguas y que el resto están cerrados porque ni empleados ni clientes no pueden acceder a ellos.