La Paz inauguró, a medio día de este jueves, su tradicional feria de la Alasita en un acto que contó con la presencia del vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, la ministra de Culturas, Wilma Alanoca y el presidente del Concejo Municipal de la ciudad, Pedro Susz, no asistió el alcalde del municipio, Luis Revilla.

Susz se disculpó por la ausencia de Revilla quien, dijo, está trabajando para resolver el problema de la acumulación de basura que aqueja a la Sede de Gobierno.

Entretanto que García Linera comprometió la construcción de un museo dedicado al ‘Ekeko’, el personaje más importante de la feria en miniatura, en un predio de 200 metros cuadrados que fue donado por la Alcaldía de La Paz, en cumplimiento a un compromiso asumido en 2018 a solicitud de los artesanos de esa ciudad.

García Linera no descartó que ese predio también cuente con un ambiente para la sede de los artesanos de la Feria de la Alasita.

"Hoy estamos frente al Ekeko, a los artesanos, la Alasita y eso es lo que somos, esta feria es lo que somos los bolivianos, aquí están nuestras raíces, nuestras ilusiones y nuestras esperanzas. Cuando uno pregunta que es Bolivia, pues esto es los que somos", dijo el segundo del Ejecutivo boliviano.

La Feria de la Alasita es un evento artesanal cuya característica principal es la compra de miniaturas con la esperanza de que se conviertan en realidad. La palabra alasita significa cómprame en idioma aimara.

La práctica tradicional de esa feria comenzó en 1781, cuando el intendente de La Paz, Bolivia, José Sebastián de Segurola, ordenó celebrar una fiesta anual en honor al Ekeko, dios de la abundancia, en agradecimiento porque la ciudad se salvó del cerco indígena de Túpac Katari.