Redacción Oxígeno
28/07/2015 - 16:46

El frío y la helada de la Cumbre dan el mejor chuño de La Paz

Productores dicen que este sector les garantiza para que tengan un buen producto, porque en algunas regiones paceñas no cae la helada, que es el fenómeno climatológico primordial para la elaboración del “chuño”, la “tunta” y la “muraya”.  Se quedan semanas en medio del desierto de la pampa frígida. Uno de los riesgos que corren es el asalto y el robo de sus productos.

La Paz, 28 de julio (Semanario El Compadre).- Los productores de las diferentes provincias del departamento de La Paz consideran a la Cumbre como el lugar eficaz y privilegiado para la elaboración del “chuño”. El sector es frío y “cae la helada”, principalmente en época de invierno ya que en algunas regiones no se presenta este fenómeno natural, por lo que se trasladan este punto de La Paz en compañía de sus familias, llevando una buena ración de alimentos. Cargan quintales de papa en camiones, taxis y minibuses que es el alimento fundamental para la elaboración de este producto andino.

El lugar queda a unos 40 minutos de la terminal de Minasa de Villa Fátima de la ciudad de La Paz, yendo por el camino hacia los Yungas. Allí pernoctan grupos de familias. Niños, mujeres, hombres y ancianos que pacientemente cuidan y aguardan la transformación de la papa en “chuño”.

El semanario El Compadre llegó al lugar y vio carpas bien cubiertas de bolsas de naylon para protegerse del viento y el frio rígido, alrededor de ellas había papas muy grandes y pequeñas esparcidas a lo largo y ancho de la llanura, algunas estaban congeladas y otras estaban en el proceso del secado porque ya se había terminado todo el proceso.

Las personas nos explicaban que habitan dos semanas en el lugar y que el trabajo generalmente demanda un mes. Los comunarios principalmente se trasladan a la cumbre los meses de junio y julio, pasado ese periodo ya no es apropiado porque el clima mejora.

“Traemos aquí nuestros productos porque sabemos que, aquí sí se van a congelar, en cambio en mi región a veces cae la helada y a veces no, eso malogra la papa, nos friega todo y ya no tenemos un buen chuño”, nos relató Eddy Santander productor de Río Abajo.

Algunas familias se quedan en el lugar y otras retornan a la ciudad. En el primer caso toman sus previsiones llevando suficiente alimento seco, garrafas, cocinas y frazadas para que nada les falte durante el tiempo en que producen el chuño, porque en el lugar no se puede encontrar nada para comprar, ni movilidades para poder trasladarse a la ciudad.

“Nos quedamos a dormir aquí porque ya nos ha pasado una mala experiencia, una vez nos han robado, se lo habían llevado los ladrones quintales de chuño por eso dormimos con mi esposa”, contó el productor sosteniendo una radio que le entretiene mientras se dispone a pelar las papas deshidratadas.

En el sector reina un intenso viento y el frío que es bien recibido por todos, porque es sinónimo de que habrá una “fuerte” helada. “A veces hasta nuestras garrafas se congelan, entonces tenemos que esperar a que el sol salga y la caliente, después nos podemos hacer un cafecito y empiezo a cocinar”, nos contó entre risas Lidia Mejillones.

En medio de todo se encuentra una laguna que es aprovechada además para la transformación de la papa en “tunta”.

Dentro de la laguna había un centenar de costales llenos de papas que iban a ser sacadas del agua, después de tres semanas, siendo este el tiempo requerido para que adquiera un color “blanco” y así pueda ser pelada.

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