Tras seis meses de inactividad, Wilstermann recibió la tarde- noche de este martes al Atlético Paranense de Brasil – equipo que jugó más de una decena de encuentros desde septiembre-, por la segunda tercera fecha de la fase de grupos de la Libertadores.

A pesar de la clara desventaja a la que llegaba al encuentro, pero con el plus que le daba el jugar de local, fue el cuadro boliviano el que dominó el encuentro de arranque.

Con dos líneas ordenadas de defensa y tratando de salir rápido al contragolpe, el Rojo empezó, poco a poco, a meter al equipo brasileño en su arco y fue así que a los 10 minutos ya se puso en ventaja, gracias a un gol de Gilbert Álvarez tras un buen pase del ‘Pochi’ Chávez.

Parecía que el libreto diseñado por el Rojo se cumplía a la perfección. Logró la ventaja temprana y trató de bajar revoluciones al partido. Sin embargo, dejó crecer al equipo brasileño, que de a poco empezó a adueñarse del balón y acercarse al arco del rojo.

Fue así que al final del primer tiempo logró el empate gracias a un infantil penal cometido por el local, que fue bien aprovechado por Luis Gonzales (40’).

Ya en el segundo tiempo, el cuadro aviador boliviano tomó su segundo aire. Volvió a adelantar sus líneas y logró ponerse nuevamente en ventaja, gracias a un gol de Serginho (54’), que luego pasaría de héroe a villano.

Tras el gol, Wilster empezó a tratar de controlar el partido y, de hecho, no pasaba mayores complicaciones. Empero, en el minuto 74 una distracción de su defensa, más una buena jugada colectiva del Paranaense, permitió a Christian empatar el partido.

Así, con el empate, ambos equipos se volvieron un manojo de nervios y el pelotazo era el mejor recurso para tratar de lograr la desigualdad, ahí Wilster pudo lograr el tecer tercero, pero un cabezazo de Arrascaita fue magistralmente tapado por el arquero brasileño.

No obstante, a cada minuto que pasaba el cuadro boliviano iba quedando sin piernas, los seis meses sin jugar empezaban a cobrarle factura.

Así, a los 88, precisamente producto del cansancio y la falta de velocidad, Serginho terminó cometiendo una falta que le valió la segunda amarilla y su expulsión del partido.

Con un hombre menos, el panorama del local se hizo más oscuro y fue por eso que a los 91 terminó viendo su arco caer huevamente, gracias a un remate bien ubicado de Wilster.

No hubo tiempo para más y así Wilster perdió en la reanudación de la Copa. Ahora, no solo deberá ganar a Peñarol en Cochabamba, sino que deberá tratar de recuperar los puntos perdidos hoy en el exterior, ya sea en Chile ante Colo Colo o en Brasil ante el mismo Paranaense.