Bolívar se complicó solo y puso en serios aprietos su clasificación a los octavos de final de la Libertadores. Hoy terminó perdiendo en un partido que tenía controlado y gracias a dos desconcentraciones se fue del Estadio Nacional con las manos vacías.

En general, el que se jugó esta noche en Chile rayó en lo pobre. No hubo grandes ocasiones de gol y, en general, ninguno de los dos equipos demostró superioridad sobre el otro.

La diferencia rayó en el poder individual. El goleador histórico del Cacique se encargó de resolver el partido prácticamente solo, sacando gala de su experiencia y aprovechando los graves errores del Bolívar.

El primero llegó cuando transcurría la primera media hora del partido, un paso profundo de Valdivia llegó a los pies de Fierro, el lateral le ganó las espaldas a Flores y lanzó un centro que encontró más despierto  a Paredes, que le ganó a Raldes para anotar el primero.

U premio inmerecido para el equipo chileno, que seis minutos después amplió el marcador. Una jugada intrascendente llegaba a la posición de Pedraza, que se dejó “pechar” por Paredes y le dejó el balón en el área que el experimentado delantero Cacique no desaprovechó.

Era un castigo muy grande para Bolívar, que tuvo un planteamiento muy mezquino ante un equipo que raya en lo irregular.

Por eso, el partido no tuvo más jugadas para destacar. Los segundos 45 minutos fueron aburridos sin peligro en ninguna de las dos áreas.

Además, la suerte tampoco acompañó a la Academia, ya que el resultado del otro partido quedó, sorpresivamente, a favor del Delfín – ganó 1 a 0 a Atlético Nacional de Colombia- y puso sobre las cuerdas al equipo boliviano.

Ahora, Bolívar está obligado a ganar al conjunto ecuatoriano en el Siles y esperar que Colo Colo no sume en su visita a Colombia.