El Tigre se desluce cada vez más. Hace tiempo que no juga bien y, por si fuera poco, tampoco demuestra la garra que marca su historia. Hoy volvió a caer de local, 3-1 ante Libertad, y quedó eliminado, no solo de la Libertadores, sino que también quedó sin posibilidades de pelear por la Sudamericana.

Un triste final para un equipo que, después de la buena campaña que había hecho el año pasado, disputaba su séptima Libertadores con otras expectativas.

Sin hambre, sin ideas, sin buen juego, sin definición, ni corazón, el Tigre empieza, incluso, a hacer tambalear el idilio que mantenía con la hinchada desde hace tiempo.

Hoy se hizo notorio que la paciencia de su hinchada se acabó, incluso, con sus máximos ídolos. Hasta Pablo Escobar fue ‘chiflado’ más de una vez  y una pequeña parte de la poca hinchada que acudió al Siles pidió la salida del técnico venezolano César Farías.

La única buena noticia que tuvo la hinchada stronguiste fue el regreso de Daniel Vaca, que volvió a jugar después de tres meses, pero desmotró que aún le falta, y mucho, para volver a su acostumbrado nivel.

Y es que el Tigre hace rato que no tiene un buen rendimiento, la falta de variantes se hace cada vez más notoria y por eso hoy fue una nueva pesadilla para los de Achumani.

Tuvo 15 minutos interesantes, mientras el partido estuvo 0-0, pero cuando se vio en desventaja  -gracias a un contragolpe mortífero del conjunto paraguayo- volvió a demostrar un pobre nivel de reacción.

El empate transitorio llegó apenas iniciado el segundo tiempo, gracias a un golazo de Raúl Castro, y el embrión anímico se hizo notorio durante unos minutos, pero, como le viene ocurriendo frecuentemente al Tigre, falló en la puntada final y se dejó consumir por su propio nerviosismo que, incluso, llegó al técnico que inexplicablemente mandó a la cancha a Agustín Jara en lugar de Ruddy Cardozo y provocó que su equipo pierda toda posibilidad de ataque.

Ahí, con ese cambio, a 15 minutos del final, terminó el partido. El Tigre se quedó sin creador – Escobar y Campos ya había sido reemplazados- y posibilitó que Libertad se anime a atacar el arco de Daniel Vaca.

Así, precisamente, llegó el segundo gol. Una receta conocida para derrotar al Tigre de Farías fue bien aplicada por el conjunto paraguayo, que recuperó el balón en defensa, salió en contragolpe y dejó a Barreiro mano a mano con el arquero aurinegro. El delantero no falló y fue el 2 a 1 a los 82 minutos.

Los restantes minutos fueron casi por completo anecdóticos. Lo único destacable fue el infantil error de Daniel Vaca, que agredió a un delantero rival en una jugada intrascendente y provocó que el árbitro brasileño Ricardo Márquez marque el penal que fue convertido por Óscar Cardozo.

Párrafo aparte merece el pésimo rendimiento del árbitro del partido, que no sancionó al menos dos penales claros a favor del Tigre e, incluso, se animó a cobrar posiciones adelantadas contradiciendo la decisión de sus propios jueces de línea.

Al final fue una triste despedida para el Tigre. Con cuatro derrotas en cinco partidos – y aún uno por jugar-, su temprana eliminación deja muchas dudas en la cabeza del cuadro de Achumani que empieza a pedir a gritos un recambio.