Un infantil error de Romel Quiñones provocó que Bolívar no pueda pasar del empate ante Detroyers en Tembladerani  (1-1) y caiga al segundo lugar del grupo A del Apertura.

Nuevamente, no fue un buen partido de la Academia, que volvió a caer presa de los nervios ante el juego defensivo que le proponen los rivales.

Hoy volvió a tener el control casi monótono del balón, pero sin ideas de cómo penetrar la defensa del equipo Canario.

De hecho, el gol del local llegó gracias a un error de la defensa visitante, que perdió el balón en salida y permitió que Riquelme habilite a Callejón que solo frente a Robles anotó el primer gol.

Era poco, pero suficiente. El gol de ventaja le permitía a Bolívar mantener el primer lugar del grupo, ante un rival que demostró muy poco – casi nada- en la ofensiva.

Parecía no haber forma de que Destroyers empate el compromiso y se terminó encontrando con un enorme regalo de Quiñones para conseguirlo.

Un centro raso, intrascendente, se le escurrió por las piernas al arquero académico. El balón quedó suelto y fue Jefferson Tavares quien aprovechó el regalo para empatar, impensadamente, el partido a los 59 minutos

El empate sorprendió a todos, sobre todo a los locales que tuvieron que salir desesperadamente en busca de la victoria ante un equipo que lo que menos quiso fue jugar al fútbol.

Para el cuadro cruceño el objetivo era simple, despejar todos los balones de su área y perder tiempo para dejar que pasen los minutos. Al final logró su cometido ante un Bolívar que volvió a caer en los errores de los anteriores partidos y que preocupa por su irregularidad.

Con el empate, Bolívar cae al segundo lugar del grupo A  - gracias a la goleada que consiguió Wilstermann en el clásico valluno (5-0)- y, si hoy acabara la fase, tendría que enfrentarse al Tigre en los cuartos de final del torneo.