Fue una paliza. Bolívar tiene la receta para contrarrestar el juego de César Farías y lo volvió a demostrar ayer con otra goleada (3-0) que, incluso, pudo ser mayor si la Academia aprovechaba todas las oportunidades con las que contaba.

El Tigre no pudo pasar un peor cumpleaños. Sumó su quinta derrota consecutiva y, lo más preocupante, nuevamente dejando una pobre imagen ante su hinchada, que ayer expresó su molestia y decidió no asistir al Siles. La curva sur estaba a la mitad de su capacidad.

El primer tiempo del clásico fue más táctico que técnico. Ambos equipos empezaron el encuentro analizando a su rival. El Tigre tratando de acomodarse al 5-3-3 que dispuso Farías para tratar de sobrellevar las ausencias de Veizaga y Wayar y Bolívar descifrando la idea que tenía el Tigre para saber por dónde dañarlo.

Precisamente en el medio estuvo el talón de Aquiles del equipo de Farías. Castro y Valverde se vieron contantemente sobrepasados por el rival y eso provocó que casi nunca haya conexión entre sus líneas.

La Academia en cambio aprovechó bien la habilidad de Callejón, la velocidad de Arce y la siempre importante participación de Ferreira para doblegar a su rival.

De hecho, el primer tiempo pudo irse con una cómoda ventaja, pero Riquelme falló dos mano a mano con Peñarrieta. El Tigre hacía agua en todas sus líneas y, salvo un remate de Castro, no generó peligro durante todos los primeros 45 minutos.

La superioridad celeste se vio reflejada en el marcador en el segundo tiempo. Para el Tigre el lado derecho se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza y Bolívar aprovechó bien ese detalle para hacer daño y terminar goleando fácilmente a su tradicional rival.

Por ese lado llegaron los dos primeros goles.

El primer se produjo después de que Callejón sacara rápido un lateral. Ortiz volvía de espaldas a cubrir ese lado y cuando se dio cuenta el balón ya había llegado a Saavedra que lanzó un centro que fue mal despejado por la defensa aurinegra. El balón llegó a los pies de Arce que sin oposición remató, el balón se desvió en un defensa atigrado y se introdujo en el arco.

Ahí acabó el partido. El Tigre perdió su libreto y se encontró sin ideas para lograr atacar. A eso se sumó que Farías hizo dos cambios para tratar de dar poder ofensivo a su equipo, pero el resultado fue el contrario pues quedó disminuido en defensa y lo pagó caro.

Bolívar entendió bien cómo tenía que jugar. Le ‘regaló’ la pelota al Tigre y apeló a salir de contragolpe y le funcionó bien. Una de las jugadas ofensivas del Tigre terminó, inexplicablemente, con Martelli en área contraria como si fuera un delantero más. Bolívar recuperó el balón, con dos toques desbordó la banda derecha atigrada, Riquelme lanzó un pase raso a Ferreira que solo en el centro del área venció a Peñarrieta y, así, se convirtió en el goleador histórico de los clásicos paceños con 20 goles, superando por uno a Pablo Escobar, que un minuto después sería reemplazado.

Farías cambió toda su ofensiva, pero no le sirvió de nada. Cardozo, Novoa, Vaca e Ibargüen siguieron naufragando y Bolívar gozando. Por eso a nadie sorprendió el tercer tanto celeste, gracias a Juan Miguel Callejón.

Si Bolívar quería podía hacer más, pero decidió quitar el pie del acelerador y dar la iniciativa a un The Strongest que solo generó peligro gracias a remates de larga distancia de Ruddy Cardozo.

Así, Bolívar fue el justo ganador del clásico y aseguró su pase a la siguiente instancia del torneo. El Tigre, en cambio, sigue sin levantar cabeza e, incluso, ve peligrar, cada vez más, su pase a la siguiente instancia donde, de seguir así, podría volver a enfrentar a su verdugo de ayer en la tarde.

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