La fiesta del clásico paceño 208 fue completa para The Strongest. El Tigre no solo logró romper una racha de casi 14 meses sin ganar a su clásico rival, sino que también se llevó una jugosa recaudación gracias a los más de 35 mil espectadores que fueron a vivir la fiesta del fútbol.

Los de Achumani llegaban como los menos favoritos para el partido de ayer. El equipo de Ischia había mostrado un nivel de regular para abajo en las primeras tres fechas.

En cambio, Bolívar llegada al duelo ante su clásico rival con puntaje perfecto y un rendimiento que, parecía, iba de menos a más en cada encuentro.

De hecho, la Academia parecía una verdadera máquina que se acercaba cada vez más al ‘jogo bonito’ que busca Eutrópio; sin embargo, ayer mostró que aún le falta engranar muchas piezas para llegar a ser el equipo que, por la calidad de jugadores que tiene, está obligado a ser.

El clásico del domingo fue una paliza táctica de Ischia sobre su colega brasileño. Ambos debutaban en clásicos y el técnico del Tigre lo ganó desde la estrategia.

Conociendo las virtudes de su rival, Ischia puso un equipo que al momento de defender tenía dos líneas de cuatro que, normalmente, marcaba de mitad de cancha para atrás. Adelante, Escobar e Ibargüen trataban de molestar la salida celeste.

Así, el Tigre cortó las dos principales armas de ataque de su rival: los pases largos y la salida por las bandas. Por eso, Callejón, Arce, Riquelme y Smedberg jugaron incómodos durante todo el partido y no lograron encontrar los caminos para mostrar su talento.

A eso se suma que la línea defensiva y de contención del aurinegro hizo un partido casi perfecto. Martelli, Carcelén en el fondo; y Wayar, Castro y Veizaga en el medio se cansaron de robar balones para inquietar, cada vez más, a un equipo celeste que se vio sorprendido por el esquema del rival.

Además, cada vez que el Tigre lograba recuperar el balón generaba peligro en arco celeste. Escobar, Ibargüen y Campos fueron un constante peligro para la defensa celeste.

Con la compañía de Veizaga, Castro y, principalmente, Marvin Bejarano lograron hacer el juego en conjunto que estuvo ausente durante sus primeras presentaciones.

Precisamente una de las intervenciones de Bejarano provocaron una falta cerca al arco de Quiñonez. Campos remató y el balón se fue al tiro de esquina tras rebotar en la barrera.

Escobar lanzó el tiro de esquina – con una exactitud envidiable- y Carcelén sin marca alguna cabeceó el balón para batir al meta celeste. Era el 1 a 0 y el Tigre se ponía en ventaja a los 6 minutos del encuentro.

Sin duda, el gol tempranero cambió el libreto del encuentro. El Tigre pudo desarrollar su estrategia con más calma ante un equipo celeste que perdía la calma a cada minuto que pasaba.

De hecho, durante el primer tiempo solo tuvo dos oportunidades de gol. Un tiro libre de Callejón que pegó en el travesaño y un cabezazo del mismo jugador español que fue encontrado por Peñarrieta, que estuvo seguro durante todo el partido.

El Tigre, sin embargo, tuvo la oportunidad más clara. Un centro de Veizaga encontró sólo frente el arco a Escobar, pero el capitán del Tigre, en su intento de conectar el balón de primera, mandó su remate desviado.

El segundo tiempo, en cambio, fue a pedir de boca para el Tigre. El conjunto de Achumani cerró sus líneas y contrarrestó todo circuito futbolístico de Bolívar que, prácticamente, no tuvo ninguna oportunidad clara de gol.

En cambio, el Tigre tuvo al menos dos oportunidades claras para aumentar el marcador, pero careció de puntería.

Ya a los 81 minutos, una triangulación entre Escobar, Castro e Ibargüen terminó en el segundo gol atigrado, gracias al delantero colombiano que aprovechó un extraordinario pase de Castro – de globito- para batir a Quiñones.

Ahí terminó el partido. Con dos goles abajo Bolívar perdió todo libreto y apeló al pelotazo, pero siempre encontró bien parada a la muralla aurinegra. El Tigre, incluso, pudo aumentar la diferencia, pero Veizaga, solo frente a Quiñones, mandó su remate a las nubes.

Así, el Tigre ganó y jugando bien. Dejó buenas sensaciones para lo que viene, sabiendo que aún le falta mucho por mejorar para encarar, sobre todo, la Libertadores.

En cambio, para la Academia es un cachetazo que llega a tiempo, antes de encarar su principal reto del semestre.

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