Serotonina
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Ivan Arias Duran
28/12/2015 - 10:59

Evaluando el 2015 con Madiba

Uno empieza el año pensando que será largo y sin darse cuenta ya está escribiendo la evaluación del mismo. Para hacer esta rememoración, utilizaré algunos de los principios que Nelson Mandela (Madiba) dejó como legados de su liderazgo.

Uno empieza el año pensando que será largo y sin darse cuenta ya está escribiendo la evaluación del mismo. Para hacer esta rememoración, utilizaré algunos de los principios que Nelson Mandela (Madiba) dejó como legados de su liderazgo.

1. “Objetividad en el actuar, nunca dejes una idea al aire, piensa, analiza, aterriza y ejecuta”. Debido a la polarización y a la lógica amigo-enemigo en que estamos enfrascados los bolivianos, se hace muy difícil actuar con total objetividad. Las circunstancias, signadas por la indefensión institucional, llevan y hasta obligan a poner la cara en favor o en contra de algo. Cada vez son menos, los dedos de una mano sobran, las instituciones que protejan al ciudadano que se anima a expresar su punto de vista disidente. La judicialización es una espada de Damocles. De tal manera que todos aquellos que se animan a hacer opinión pública deben moverse entre decir tantas generalidades que no dicen nada o indagar con más incisión. Los primeros tienen espacios de sobra. Los segundos, como Amalia Pando, no les quedan otra que dejar la pega y tomar posición. Mantener la objetividad en una sociedad sin instituciones creíbles, fuertes y autónomas es muy, muy difícil. En todo caso, esto de tomar posición sobre un tema o problemática que afecta a la sociedad en su conjunto no debería ser tomado como falta de objetividad, sino como la opción por la búsqueda del bien común. Es tan importante tomar partido por el combate a la pobreza como por la calidad de la democracia. La objetividad no quiere decir “amarillismo”, acomodadizo facilón y conservante de mi pega y privilegios. La indiferencia y el “hacerse los locos” ante determinados temas es una irresponsabilidad personal injustificable. En todo caso lo que sí se debe tomar en cuenta son las formas de hacerlo, porque queriendo combatir la indiferencia y la apatía tendemos a convertirnos en intolerantes activistas de un credo o una fe casi religiosa. 

2. “No creer en la inmediatez, los objetivos se dan a largo plazo”. El día a día nos agobia tanto que por solo ver los arboles no vemos el bosque. Todo es urgente, todo es para hoy. Nos falta pensar, planificar y actuar a largo plazo. Esta es una carencia personal y colectiva que frustra muchas acciones individuales y sociales. La mentalidad extractivista y feudal forma parte de nuestra matriz histórica porque guía nuestro accionar marcado por el ganar y disfrutar hoy, porque el futuro es incierto: “y si mañana me muero?” es la demoledora contrapregunta del minero cuando le reprochas porqué tira sus ganancias en fiestas y bienes suntuarios no básicos.

 3. “Primero mi pueblo, después los demás”. En alguna ocasión Mandela comentó lo siguiente: “Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”. Aquí lléganos al punto de preguntarnos si los bolivianos tenemos un objetivo común que nos una y que sea nuestro norte. Yo creo que no, a excepción del tema de la reivindicación marítima y la selección de futbol, y este es nuestro talón de Aquiles. Todos estamos de acuerdo en generalidades irrefutables como luchar contra pobreza, construir una sociedad más justa, más democrática, más inclusiva, más desarrollada económicamente, etc. Donde fallamos es en el aterrizaje y en las formas de cómo lograrlo. La sobre ideologización y la fuerte tendencia autoritaria presentes en todos nuestros ámbitos de la vida privada y colectiva, nos lleva querer siempre imponer nuestro punto de vista como el único verdadero en contra de los otros. La intolerancia ideológica es una barrera mental que impide la búsqueda de soluciones y acuerdos para problemas comunes.

4. “Nada es blanco o negro. Siempre hay distintas formas para solucionar el problema, lo importante no es hallar una respuesta, sino encontrar la mejor”. Cuando se tiene objetivos comunes por el bien del pueblo, ésta es la mejor recomendación. No se trata de tener la solución, sino de encontrar la mejor. Y para ello debemos partir del principio que todo problema tiene diferentes aristas y, por lo tanto diferentes formas de entender y encontrar soluciones. Lo que quizá para mí es un problema complicado, para otros es más bien algo simple y de fácil solución. Esto amerita por supuesto dejar la sobre ideologización e intolerancia.  

5. “Mantén a tus amigos cerca… a tus enemigos más. Era un estratega nato, sabía que para poder derrotar a su enemigo, la mejor forma de hacerlo era conocerlo, mejor de lo que cualquier persona pudiera hacerlo”. Pues en esto vamos igual de mal. No nos gusta oírnos porque estamos seguros que nuestros prejuicios ideologizados nos pintan en genio y figura a las personas. Es un pecado ver dialogar a un masista con un opositor y al revés también. La ideología, en estos términos, no es una forma de pensar y ver el mundo, sino una forma de seleccionar, de segregar. Por lo tanto no es ideología, es un dogma. Y son estos dogmas los que nos impiden dialogar entre diversos, encontrar soluciones entre todos, para todos.

Como se verá, quedan para el 2016 los desafíos que no pudimos cumplir o cumplimos en parte este 2015 que, en lo personal, me ayudó mucho a cuestionar mi forma de pensar y actuar en relación a los otros y a acercarme cada vez más al pensamiento mandeliano de Madiba. Me despido hasta el lunes 11 de enero. Feliz año 2016.

Ivan Arias Duran

Ciudadano de la Republica Plurinacionla de Bolivia

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