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Martín Diaz
19/11/2015 - 18:57

Cosas que aprendí la semana pasada con los atentados en París

Martín Diaz Meave se suma al equipo de columnistas de opinión del periódico Oxigeno.bo. Bienvenido Martín

 

  1. La sensibilidad está mal vista. ¿Te sentiste consternado por los atentados del viernes 13?¿Pusiste la bandera de Francia en tu perfil de Facebook? Pues muy mal. Debiste haber leído que antes hubo atentados y un montón de muertos en Nigeria, Siria y otros lugares. ¿Quién te crees para identificarte con la Torre Eiffel? ¿Por qué no pusiste la bandera de Siria o la de Líbano, esa que tiene un arbolito? Varios nos llamaron hipócritas, ridículos y poseros, pero día antes no sabían dónde estaba Beirut en el mapa ni qué pasaba allí.
  2. Entender el conflicto sirio es más difícil que hacer callar a Justin Bieber. Aquí va un intento a riesgo de ser reduccionista: Siria no tiene mucho petróleo, pero es un lugar privilegiado de tránsito de hidrocarburos al Mediterráneo desde Oriente Medio, lo que la hace apetecible por las potencias. Desde 2011 con la primavera árabe, tiene un conflicto interno que ha ido escalando hasta convertirse en guerra civil, enfrentando a varias facciones. Por un lado, el presidente Bashar Al-Assad, musulmán chií, controla menos de un tercio del país y tiene el apoyo de Rusia, Irán y China; sus opositores (el ejército libre de Siria o FSA, musulmanes suníes) controlan algo menos del 10% del país y reciben el apoyo de Estados Unidos, Francia, Turquía, Gran Bretaña y Arabia Saudita. Luego están los Kurdos, que controlan el norte, otro 10%. Y finalmente están Al-Nusra (Al-Qaeda) y DAESH (ISIS), grupo terrorista que controla varias zonas de Irak y Siria. Tienen en su poder más del 50% del territorio. Ganan un millón de dólares al día por la explotación del petróleo iraquí, vendiéndolo en el mercado negro de Turquía y de Arabia Saudita. Los gobernantes de estos dos países se hacen a los locos.
  3. Llamar al grupo terrorista DAESH “Estado Islámico” es legitimarlo. Es lo que su propaganda pretende. No son un estado y están degradando la cultura islámica. DAESH es un nombre que los desacredita y los insulta. Según el politólogo Gilles Kepel, especialista francés en el mundo árabe, lo que desean es provocar una guerra civil que levante en armas a los musulmanes en Europa. Odian en especial a Francia por haber firmado en 1916 el colonialista acuerdo Sykes-Picot, que definió las “fronteras artificiales” de Siria e Irak.
  4. DAESH odia lo occidental. Sacudir París un viernes en la noche, cuando hay gente disfrutando de un “demi” en las terrazas de los bares, de un concierto de rock o de un Francia-Alemania en el Stade de France es un mensaje muy fuerte. Aún así, “le temen más a nuestra unidad que a un bombardeo”, dice Nicolás Hénin, francés que fue su rehén.
  5. Este es un nuevo tipo de guerra. En represalia, Francia bombardeó Raqqa (enclave de DAESH) matando a inocentes, tal como ellos querían. La respuesta debe ser más inteligente y política; tampoco sirve de nada reforzar el código penal contra quienes están dispuestos a inmolarse. Si occidente cae en la trampa, esto no habrá hecho más que empezar.

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