Un boliviano que trató de introducir 450 g de cocaína en Malasia fue condenado a muerte por las autoridades de aquel país. Sus familiares buscan ayuda para evitar la pena. Se trata de Víctor Parada, de 30 años. Él vivió en España durante 7 años (2002- 2009), pero fue deportado por carecer de papeles

Según EFE, Parada fue detenido en Kuala Lumpur el 2013, cuando trataba de introducir 450 gramos de cocaína repartidas en bolsas ingeridas, lo que inició un proceso judicial que ha desembocado con una reciente condena a la pena capital.

Su madre y sus hermanas continúan viviendo en Alicante (España), pues cuentan con la doble nacionalidad. Desde ahí, tratan de conseguir que la Justicia malaya no aplique la pena capital a Víctor.

Según reporta el Diario Información de España, Víctor estudió un módulo de carpintería y realizaba trabajos en el colegio del pueblo haciendo estanterías cuando, un día de 2009, fue interceptado y deportado a Bolivia por estar en situación ilegal en España.

Una vez en Bolivia, señala el medio ibérico, ejerció como carpintero y tuvo un hijo con una mujer antes de sufrir un accidente laboral que le amputó los dedos índice y corazón de la mano derecha, lo que le hizo perder el empleo. No recibió ayuda o compesanción alguna.

En ese momento empezaron los problemas económicos y de pareja, y un individuo le prestó un dinero que, poco después, le exigió devolver o portar droga como 'mula' a Malasia a finales de 2013.

Fue detenido en Kuala Lumpur con la cocaína y desde entonces la madre y las tres hermanas viven un calvario por el que ya han gastado 40.000 euros en viajes, abogados, traductores y otras gestiones, sin resultado positivo alguno.

El pasado 5 de enero el juez lo condenó por tráfico de drogas a la pena de muerte por ahorcamiento, decisión que ha sido recurrida en primera instancia. La madre y las hermanas piden la ayuda de alguna ONG o abogado experto en este tipo de situaciones para conmutar la pena.

"No queremos dinero sino ayuda y asesoramiento. Aceptamos que debe pagar por el delito cometido pero no con la horca", ha subrayado la hermana a EFE, y aseveró que "no hay derecho a esa condena por llevar 450 gramos de cocaína".

La familia, que ha tenido que pedir prestados parte de los 40.000 euros gastados en las gestiones, ha recurrido al consulado boliviano en Valencia, a las embajadas de Bolivia y Malasia en Madrid, y también ha contactado con la embajada de España más cercana a Kuala Lumpur, en Tokio, aunque se queja de la escasa atención recibida.