La ballena azul  es un juego en el que un manipulador gana cuando logra que otra persona se suicide, señaló el Ministro del Interior de Uruguay, Eduardo Bonomi, cuando derivó el caso a la Interpol.

 "El problema es que el juego no es el juego del que pasa por esas pruebas, el juego es del manipulador, que tiene éxito cuando el manipulado se suicida. Por eso inducen al suicidio a adolescentes o personas con depresión psíquica, así los eligen y el que se cree que está jugando, en realidad están jugando con él", agregó el ministro.

La Ballena Azul trata de una serie de retos que se deben cumplir para “comprobar su valentía”, señala el portal Crime Russia, siendo el último el suicidio. Pero las investigaciones señalan que los que juegan no son quienes cumplen con los desafíos, sino quienes se hacen llamar “curadores” o "tutores", cuyo objetivo es que alguna persona se suicide. El contacto se da a través de las redes sociales.

De acuerdo a Crime Russia, el Departamento de Investigación Criminal de Moscú (MUR) ha organizado una nueva unidad destinada a combatir estos “grupos de muerte” que proliferan en las redes sociales, siendo los más famosos la Ballena Azul, f57 y Quiet House. El pasado 15 de noviembre, la policía rusa atrapó al supuesto creador de uno de estos grupos, Filip Budeikin, quien es acusado de incitar a los adolescentes a cometer suicidio. De acuerdo a una entrevista del portal Saint-Petersburg.ru, éste habría confesado empujar a adolescentes al suicidio.

Este tipo de juegos ha llegado a América Latina y se conocen de casos de suicido en Brasil y Colombia, además de su presencia en Uruguay y Chile, donde la presidente Michelle Bachelet anunció una política nacional de ciberseguridad. El director de la FELCC, Johnny Aguilera, anunció que la Policía ha realizado un patrullaje cibernético que concluyó en que el juego aún no llegó al país. Esto debido a que una niña de 13 años hospitalizada en Uruguay por el juego había señalado que su principal contacto estaba en Bolivia.