Grover Yapura
28/05/2014 - 09:39

¿Qué ocurre en Brasil? La cercanía del Mundial no aplaca la bronca social

Las cosas no cambian y, por el contrario, asedian a la misma Canarinha. Este lunes, la selección de Brasil inició  sus entrenamientos de cara al Mundial Brasil 2014 en medio de nuevas protestas. Los reclamos cruzaron las fronteras políticas y comenzaron sus manifestaciones contra el deporte.

Foto de archivo: Una de las protestas realizadas en Brasil.

La Paz, 28 de mayo (Oxígeno).- Ni la cuenta regresiva hacia el Mundial 2014 ha cambiado el estado de ánimo de miles y miles de brasileños que, en el país del fútbol y el carnaval, expresan su rechazo al actual estado de cosas y dejan con escasas opciones de maniobra al sistema político brasileño, incluida la presidenta Dillma Rousseff.

Las cosas no cambian y, por el contrario, asedian a la misma Canarinha. Este lunes, la selección de Brasil inició  sus entrenamientos de cara al Mundial Brasil 2014 en medio de nuevas protestas. Los reclamos cruzaron las fronteras políticas y comenzaron sus manifestaciones contra el deporte.

Alrededor de un centenar de maestros en huelga rodearon el hotel de Río de Janeiro donde se alojan los futbolistas convocados por Luiz Felipe Scolari y gritaron consignas en demanda de más inversiones en educación y en protesta contra los millonarios gastos públicos para preparar el país para el Mundial.

El conflicto activado por el alza de los pasajes en el sistema de transporte convirtió a Brasil en un escenario gigante y fecundo para las protestas de hombres y mujeres, adultos y jóvenes, que pusieron en figurillas a los especialistas en política y conflictos. Hoy los analistas y, en especial los políticos, aún esperan que el balón obre un milagro y deje en segundo plano a los indignados.

Por ello, vale la pena plantearse preguntas para conocer un poco más de cerca qué es lo que ocurre en el país de Neymar y allí donde Messi quiere alzar la Copa del Mundo.

¿Contra quiénes son las protestas en el Brasil?

Las protestas no distinguen origen político y se cuestiona tanto al PT como a su socio, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, y al opositor Partido de la Social Democracia Brasileña.  Manifestantes con reclamos heterogéneos desafían al poder

¿Qué es lo que piden los manifestantes?

No hay una masa homogénea; por el contrario, son diferentes grupos que llevaron a las calles temas que van desde el aumento del precio del transporte público y la corrupción, hasta el "despilfarro" de dinero público en eventos deportivos y la defensa de más recursos para vivienda, salud y educación. En las calles se ve a gente de clase media, incluyendo a quienes empezaban a disfrutar del crecimiento económico.

¿Dónde se ha gestado esta rebelión?

La sorpresiva "primavera brasileña" que está "despertando al gigante" sudamericano, se gestó en las redes sociales para copar las calles a lo largo y ancho del país, en un movimiento espontáneo que reta al establishment con el difuso objetivo de "cambiar al Brasil".  "Sin una plataforma reivindicativa específica, protestas difusas por el país tienden a mirar al Gran Otro, por usar lenguaje psicoanalítico", sintetizó Igor Gielow, del diario Folha de Sao Paulo.

¿Hasta qué punto llegan esas protestas?

Las mayorías se movilizan pacíficamente, pero hay grupos reducidos que tienen eficiencia en su movilización. Por ejemplo, a mediados de mayo, unos 300 choferes de Río de Janeiro de un grupo de más de 40 mil afiliados paralizaron la ciudad y provocaron destrozos en más de 400 omnibuses. Y desde enero, movimientos sociales que reivindican viviendas ocupan, con contundencia, edificios  abandonados, principalmente en San Paulo. Contra aquello, la policía militarizada usa violencia desmesurada.

Y, ¿cómo está la economía brasileña?

En el frente económico las cosas tampoco van bien. La economía brasileña, cada vez más dependiente de las exportaciones de materias primas, ve preocupada la desaceleración de China. La inflación supera las metas fijadas por el gobierno y el crecimiento parece haber llegado al límite porque su mercado interno ha reducido la demanda.

¿Qué ocurrirá en los próximos días?

Todo el mundo está a la espera de que se opere algún milagro, como que la “Canarinha” gane el mundial, o que las protestas populares cambien el escenario nacional. Pero casi todos son incapaces de dar las respuestas adecuadas para el futuro inmediato.  En tanto, en las calles se escucha el grito “FIFA go home“, remedo del “yankees go home” del siglo XX.

Y ¿cómo están las cosas rumbo al Mundial?

Brasil está con la duda de llegar a tiempo para el momento en que las luces del mundo le apunten. Hay obras inconclusas y algunas ni siquiera han comenzado a construirse, otras han sido postergadas para después de la Copa y en muchas los operarios trabajan contra reloj puliendo los últimos detalles. Probablemente cuando el balón esté en movimiento la mayor parte de los obstáculos se habrán superado, pero será difícil evitar la sensación de improvisación. Esta es una situación es muy distinta a la imaginada por grandes planificadores del evento, con el ex presidente Lula da Silva a la cabeza. Según ellos, éste debía ser el momento estelar del gran actor global que es Brasil.

¿Qué costo político tendrá este movimiento?

Los indignados generan un cada vez más fuerte cuestionamiento del gobierno del PT (Partido de los Trabajadores), que ha visto desvanecerse prácticamente sus opciones de ganar en la primera vuelta. Las dudas se han instalado en el oficialismo, donde muchos preferirían el regreso de Lula para evitar lo que algunos comienzan a ver como una derrota cada vez más probable. A esto se suma la inestabilidad de la alianza PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), la formación del vicepresidente Michel Temer y principal aliado del PT en la coalición gobernante.

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