Grover Yapura
21/12/2014 - 11:22

Carlos Mesa: Bolivia explica al mundo y Chile se ha encrespado de modo sin precedentes

El expresidente Mesa recibió a la revista Oxígeno en su despacho, donde dio a conocer que la decisión de explicar la demanda judicial presentada ante la Corte Internacional de Justicia ha sido positiva y ha tenido resultados aún más positivos, porque la gran mayoría de las autoridades a las que visitó Mesa, creía que Bolivia buscaba violar el Tratado de 1904 y, además, alterar el sistema de frontera. "Por el tipo de reacción de Chile, seguramente el momento más próximo a esto es el momento de la ruptura del 78 o quizás el tema del Lauca del año 62

El expresidente Carlos Mesa, Vocero de la Demanda Marítima Boliviana

La Paz, diciembre de 2014 (Oxígeno).- El expresidente Carlos Mesa Gisberth pasa pocos días en Bolivia. Como Vocero de la Demanda Marítima Boliviana, recorre el mundo para contener la ofensiva chilena contra Bolivia y para dar a conocer la argumentación boliviana. Desde su oficina, ubicada en el barrio de Calacoto, el exmandatario explica las razones de un equipo optimista _ dirigido por el presidente Evo Morales, por el exmandatario Eduardo Rodríguez, el canciller David Choquehuanca, él, como vocero, y otros especialista_ pues lo que se hace es explicar a la "opinión pública internacional" y preparar el documento para la Corte Internacional de Justicia.

Mesa recibió a la revista Oxígeno en su despacho, donde dio a conocer que la decisión de explicar la demanda judicial presentada ante la Corte Internacional de Justicia ha sido positiva y ha tenido resultados aún más positivos, porque la gran mayoría de las autoridades a las que visitó Mesa, creía que Bolivia buscaba violar el Tratado de 1904 y, además, alterar el sistema de frontera. Ahi se entiende la reacción del sistema político chileno. "Esto se ha encrespado de manera sin precedentes. Seguramente el momento más próximo a esto es el momento de la ruptura del 78 o quizás el tema del Lauca del año 62. No he visto una reacción de este tamaño que no es proporcional a la naturaleza legitima y pacífica de una demanda, porque Bolivia finalmente está utilizando un mecanismo esencialmente pacífico, absolutamente legítimo, que es el ideal cuando no has llegado a un acuerdo entre partes: la CIJ"

Esta es la entrevista que también se publica en la edición de diciembre de la revista Oxígeno, que está en circulación desde el anterior jueves.

¿Puede hacer una evaluación de la reacción de la comunidad internacional ante la demanda marítima presentada por el Estado Plurinacional?

Una primera constatación es que en la comunidad internacional presumen que Bolivia puede estar poniendo en cuestión el tratado por el cual cedió el territorio a Chile y un segundo aspecto es que se cree que Bolivia está pidiendo ante la Corte un pedazo específico de territorio, un lugar determinado, un corredor, un enclave, una isla, lo que sea. Cuando hice la explicación de que Bolivia respeta ese tratado y el conjunto de los tratados internacionales como base de la estabilidad del derecho internacional se quedan muy sorprendidos e  inmediatamente te preguntan: “Bueno y si no es eso, ¿qué es lo que ustedes piden?”.

En ese momento explicamos que los compromisos unilaterales de los Estados, son la base jurídica de la demanda de Bolivia y allí se encuentran con algo novedoso para ellos. El sujeto de la demanda son los compromisos que por el largo de más de ocho décadas Chile hizo unilateralmente y de manera voluntaria con Bolivia. Dicho esto, primero hay sorpresa; segundo una sorpresa positiva; tercero, cambian el eje de su razonamiento que parte de la presunción histórica de que Chile es un país más institucionalizado, más coherente y  con una política exterior más seria que Bolivia. En resumen, cuando ellos escuchan  la argumentación jurídica y la lógica de nuestro razonamiento, quedan muy sorprendidos.

El otro elemento que no debo desconocer es el peso del Presidente Morales; es una figura internacional reconocida; puedo opinar  en Bolivia lo que uno quiera del Presidente, pero lo que uno no puede desconocer es que el nombre de Evo Morales tiene un impacto y se relaciona con el simbolismo indígena, la inclusión, la movilidad social y al éxito económico. Es un plus que Bolivia tiene en cualquier escenario internacional en el que se encuentra

En otras palabras, el Presidente es un excelente vocero

Definitivamente; además el Presidente una actitud muy clara frente a Chile. En las formas no necesariamente coincido con él, pero en el fondo absolutamente. Como resultado de la acción del Presidente y de su Gobierno, Bolivia salió de la cápsula en la que nos  había metido Chile, para dilatar, para no resolver nunca el conflicto y con objetivo de no darle explicaciones a nadie. Hoy Chile se ve obligado a explicarle al mundo lo que no tiene explicación. ¿Cómo es posible que el enclaustramiento marítimo boliviano se mantenga en el siglo XXI, con la lógica y el discurso de modernidad que tiene Chile?

Usted dice que los gobiernos y las personalidades con los que ha hablado, se sorprenden; ¿pero qué hay después de la sorpresa?

Sí, entienden las razones. Pero aquí hay un elemento que planteo cuando hago mi explicación: Bolivia no viene a pedir la adhesión del Presidente o el secretario con el que me reúno, porque Bolivia escogió el camino de la Corte Internacional de Justicia. En consecuencia, no tiene una cabida el decir: “sabe nosotros tenemos 80 países que nos apoyan y Chile tiene 20”. Mi tarea es buscar que sus elementos de juicio estén bien hechos cuando tengan una posición sobre el tema y cuando hayan escuchado la explicación de Chile. No te imaginas cuán importante es aclarar el tema, porque el 100% no tenía idea clara de qué es exactamente lo que Bolivia plantea.

¿Estamos buscando, entonces, una opinión pública internacional informada?

Exactamente, ese es el punto. Y aquí hay que analizar: el por qué Bolivia y Chile hacen esta acción, porque el tema tiene una gran sensibilidad. Si la tesis chilena se impusiera, es decir que Bolivia quiere patear el tablero, se plantearía un escenario de miedo y se diría que “la Corte está a punto de fallar algo que pondría en tela de juicio todo el sistema”. Entonces es fundamental demostrar que no es cierto, que se falta a la verdad de una manera flagrante e intencional. Una sensación de inseguridad sobre el derecho internacional podría generar un movimiento preocupante en los países importantes del mundo. Por ello es muy significativo hacer esta explicación.

No queremos modificar el tratado de 1904, no queremos alterar el sistema de la frontera.  Y la tesis boliviano es lograr que Chile acepte negociar una salida soberana al Pacífico.  ¿Cómo es posible aquello si Chile está cerrado por completo?

Vamos a ponernos en el escenario ideal, la Corte falla a favor de Bolivia y Chile, que ha predicado su respeto al derecho internacional y su modernidad acepta lo que la Corte plantea, acepta negociar con Bolivia y llega  a una solución con Bolivia, escenario ideal; este es el mundo perfecto.

Vamos a suponer que este mundo perfecto no se da y que la Corte falle a favor de Bolivia y Chile se niega a aceptar el fallo. Primero el fallo es vinculante y la imagen internacional de Chile quedaría fuertemente deteriorada. Segundo, ahí sí, sin discusión alguna, hoy dentro de un año o dentro de cinco, sí que hay un tema pendiente, se acabó el discursito de no tenemos temas pendientes con Bolivia y dos ya no sólo es un problema de superioridad moral, que es lo que Bolivia tiene hoy; pasamos a decir Chile tiene la obligación”, aquí hay el mandato de una Corte Internacional de Justicia.

Hicimos un estudio profundo del planteamiento y creemos que tiene grandes posibilidades de éxito, tiene absoluta consistencia. Por lo tanto, aunque Chile no aceptara el fallo, ubicaría a Bolivia en una extraordinaria posición y, mi impresión, es que más temprano que tarde, irreversiblemente, forzaría a una solución.

¿Qué frase debería quedar grabada en la ciudadanía para resumir la esencia de la demanda boliviana?

Es una buena pregunta. No se me ocurre en este momento una frase, pero déjamela para el final.

Volvamos al desempeño del Presidente en materia de política exterior. ¿Cuáles son sus elementos más fuertes?

Son tres cosas. Uno, el presidente Morales tiene una fuerte carga simbólica a nivel internacional, el hecho de que un país con la mitad de su población indígena tenga, por primera vez en su historia, un Presidente indígena ha tenido un impacto impresionante. Dos, ese impacto simbólico se ve en la práctica con la estructura de la Asamblea Legislativa y se ve con la representación de género a nivel político, en la movilidad social y en la acción protagónica del mundo indígena. Tres, en los últimos tres años, Bolivia se ha colocado en la vanguardia del crecimiento de América Latina; si hace cinco años tenías que hablar de Perú o de Colombia o Chile, hoy tienes que hablar de Bolivia y eventualmente de otros países. Esto ha generado muy buena impresión para Bolivia.

Y el tercer elemento es que el Presidente tiene una gran intuición  política. Por ejemplo, organizar la Cumbre del dirigido el G77 + China ha sido un gran acierto; el 50 aniversario era una cuestión protocolar, pero lo convierte en un acontecimiento que lo coloca en la cumbre del cambio climático, en la cumbre indígena, en un conjunto de reuniones internacionales además del G77. Eso te permite un acceso y visibilidad que no tendrías si fueras uno más de los países.

¿Cómo y por qué vincula esos tres elementos con la demanda marítima boliviana?

Porque eso permite una visibilización de Bolivia. Cuando tu llegas, como me ha tocado a mí, para hablar con el Secretario General de Naciones Unidas, y él te dice “no sabe usted qué recuerdos tengo de mi estadía en Santa Cruz”, un acontecimiento para un hombre tan sobrio y formal, realizado en un coliseo donde habían miles de personas,  que le felicitaron por su cumpleaños. Eso ya te coloca en una entrada muy positiva, es decir, vienes de Bolivia que está presidiendo el G77 + China no es lo mismo que vienes de Bolivia.

Usted tuvo eventual duelo verbal con el Presidente Lagos. Si compara ese momento con el actual, ¿cómo es la percepción de la comunidad internacional respecto del discurso boliviano?

Primero debo decirte que hoy siento la consistencia, la coherencia, la decisión adecuada que tuvimos cuando hicimos esta presentación en la Cumbre de las Américas en Monterrey. Veníamos de un perfil muy bajo, y el 2004 el país reposiciona la cuestión y reinvindica la multilateralidad. Ahora el Presidente Morales se dio cuenta de lo que nos dimos cuenta todos en el pasado; vivió la experiencia lamentable de la falta de voluntad política de Chile. Al cabo de cinco años pasó a otra lógica, el salto cualitativo, a la lógica de una demanda jurídica.

El secreto de esto es que antes siempre pensábamos que el único camino era denunciar el decreto de 1904, ahí estábamos estrellándonos contra un muro. El gran éxito del equipo es darse cuenta que era posible plantear a una demanda que no tocara el Tratado. Ese el aspecto más rescatable del planteamiento boliviano de hoy.

Hoy se critica la debilidad de nuestra política exterior con nuestros vecinos. ¿Cómo evalúa aquello y de que no hayan relaciones plenas con EEUU?

Éste es mi punto de vista personal: Bolivia ha demostrado más que suficientemente que no está en una línea pro-imperialista ni pro-estadounidense, y en consecuencia si el Presidente reanuda plenas relaciones con Estados Unidos no va a ceder en ninguna de sus ideas. Una relación con Estados Unidos es ganancia para Bolivia y para Estados Unidos, creo que hay que hacerlo.

Hay que mejorar las relaciones con el Perú, no es que las relaciones sean malas, pero efectivamente no son lo que eran antes y yo no veo ninguna razón para que esto deje de existir. Hay que hacerlas más dinámicas. Por cierto, Perú no es parte de la demanda ni las relaciones con el Perú deben mejorar específicamente por la demanda; es un vecino fundamental de nuestra historia.

El sistema político chileno reacciona de manera muy fuerte,  ¿Qué previsiones se están tomando?

Hay un elemento que me parece clave, lo ideal en una circunstancia compleja como la que vivimos con Chile sería que el tema del mar, que está en la CIJ, se maneje en una línea, pero que las cosas no lleguen a un punto tal que no podamos dialogar en absolutamente nada, sería un error;  suponer que la mejor solución para Bolivia es enfrentarnos al punto de hacer irrespirable el clima bilateral, no es un camino adecuado. Entonces, el camino del diálogo debe ser un camino legítimo, necesario y buscado por ambos países, pero sin la necesidad de descalificar a la otra parte y la base de su argumentación jurídica.  Hay un error de lectura por parte del ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, que sigue insistiendo en mezclar el conjunto de la relación bilateral.

Entonces Chile está reaccionando negativamente respecto a la demanda…

Si tú haces un análisis histórico difícilmente vas a encontrar una reacción del tamaño que está teniendo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile,  sectores muy duros del parlamento Chileno, sectores de opinión importantes. Esto se ha encrespado de manera sin precedentes. Seguramente el momento más próximo a esto es el momento de la ruptura del 78 o quizás el tema del Lauca del año 62. No he visto una reacción de este tamaño que no es proporcional a la naturaleza legitima y pacífica de una demanda, porque Bolivia finalmente está utilizando un mecanismo esencialmente pacífico, absolutamente legítimo, que es el ideal cuando no has llegado a un acuerdo entre partes: la CIJ.

¿Hacia dónde cree que apunta Chile?

Mi impresión es que Chile no quiere repetir un proceso como el que ha vivido con el Perú, el fallo que ha dado la CIJ no ha sido un fallo que Chile haya visto con satisfacción porque finalmente Perú ha logrado una superficie muy importante de al menos 30 mil kilómetros de aguas territoriales que no estaban en el peor de los escenarios de Chile. En consecuencia, Chile va por la lógica de “tenemos que bloquear el juicio antes de comience”, al todo o nada y esa lógica tiene sus riesgos, sin lugar a dudas.

En ese marco, obviamente que Bolivia no va a retirar la demanda…

Obviamente, esa es una consideración que está absolutamente fuera ni siquiera de los tres segundos de pensarlo.

Entonces Chile está con la tesis equivocada…

Sí, creemos que Chile está planteando algo que no tiene ninguna consistencia jurídica que es pretender que la Corte no tiene ninguna competencia, insistiendo en el tratado de 1904, cuando está más que probado que la base de la demanda boliviana está al margen del tratado de 1904. La apuesta que Chile hace no tiene una fundamentación jurídica, pero ellos sabrán el camino que han escogido y decidirá la Corte, esperemos eso ocurra el año que viene, en función de esta demanda.

 

Desde el punto de vista personal, desde el momento que usted acepta el papel de ser vocero de la demanda de la demanda internacional, ¿qué contribución se ha propuesto lograr desde este papel?

La dimensión exacta y el tamaño exacto del encargo que me ha dado el Presidente. Primer elemento, he valorado dos cosas en la invitación del Presidente. Uno, el respeto de nuestras diferencias, el Presidente no me ha pedido alinearme con su punto de vista o su forma de pensar ni su ideología. El segundo aspecto, y más importante, el sentido de equipo, es decir, yo soy una pieza de un equipo, aquí no hay una estrella de quien es más importante, el ex Presidente, Rodríguez Veltzé comanda el equipo que tiene la tarea más complicada y fundamental, que es el equipo jurídico, equipo boliviano e internacional.

El Canciller trabaja en función de una coordinación de ese equipo que tiene una responsabilidad jurídica demasiado importante y un equipo de abogados incluyendo su propio director que está trabajando con el grupo boliviano que trabaja con el grupo internacional.

Y el liderazgo del Presidente ya lo hemos comentado. Entonces, te das cuenta de que es verdad de que Bolivia está llevando a delante una política de Estado.

¿Ésta es la tarea más importante de su vida?

Nada habrá más importante en mi vida que la Presidencia, yo creo que este es un aspecto clave, peros ería absurdo al subrayar lo que acabo de decir, no darte cuenta que si esto tiene un resultado positivo para Bolivia como esperamos, habré sido parte de un equipo, cuál es la diferencia, en la Presidencia tenía una responsabilidad, la última decisión la tomaba yo; en este caso soy parte de un equipo y me siento muy orgullosos y honrado de poder servir a Bolivia de esta manera y me siento contento de ser parte de un equipo, en ese sentido mi responsabilidad individual no tiene la dimensión anterior, pero quizás históricamente tenga mayor trascendencia

Le vuelvo a plantear ¿qué frase debería quedar grabada en la ciudadanía para resumir la esencia de la demanda boliviana?

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