El expresidente de facto, Luis García Meza, dejó una carta póstuma para la opinión pública boliviana en la que, además de declararse un “preso político” y denunciar diversos “atropellos” que sufrió en la cárcel de Chonchocoro, también hace referencia a su gobierno de facto en la década de los 80.

En su escrito, García Meza ratifica que él no fue el responsable del asesinato del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, - muerto el 17 de julio de 1980 en un asalto a la Central Obrera Boliviano (COB)- y al que califica como "un amigo de la infancia".

En ese sentido, el exdictador – que falleció la madrugada del domingo- asegura que su entonces ministro de Gobierno, Luis Arce Gómez – al que califica de “chistoso” tomaba decisiones “a su libre albedrío y nunca me daba parte de algún hecho”.

Y, además, asevera que Víctor Paz Estenssoro y Hugo Banzer Suárez fueron los que dirigieron aquel asalto a la Central Obrera Boliviana que acabó con la vida del líder socialista.

“Luis Arce Gómez, que entró por la ventana, porque nadie lo nombró y él mismo dice que se arrepiente de haber sido ministro en mi Gobierno, por eso lo llamo el Ministro Chistoso, nunca me daba parte de algún hecho, él por su propia cuenta y su libre albedrío disponía y ordenaba, por ser más colaborador con Banzer. Por eso, cuando escogen la fecha para el golpe de 1980, lo hacen el Dr. Víctor Paz Estensoro y Hugo Banzer Suarez, ellos dirigen la acción contra la COB en la que muere un amigo de infancia, Marcelo Quiroga Santa Cruz”, señala la carta que dejó el “último dictador” de Bolivia.

“Hugo Banzer Suarez y Luis Arce Gómez lo mandan a matar”, complementa.

Asimismo, señala que, por órdenes de Banzer, Luis Arce Gómez también debía acabar con su vida, pero al no lograrlo “Banzer ordena proseguir mi juicio”.

En esa línea, García Meza asevera que Banzer tenía “horror y miedo atroz” al juicio de responsabilidades que le había iniciado Marcelo Quiroga Santa Cruz, por lo que “tenía que soportarlo mañana, tarde y noche pidiéndome hacer el Golpe de Estado porque Marcelo Quiroga Santa Cruz le seguía el juicio de manera seria”.

“El aparecía muy amable, con su dicho en su boca de camarada, pero ordenaba a sus seguidores de su Gobierno de facto que mataran a Marcelo Quiroga Santa Cruz”, relata.

Por otro lado, García Meza califica su arresto como “una persecución política” y pide parar la “persecución” en contra de su familia, especialmente sus hijos.

“Mis hijos al momento de asumir la Presidencia eran niños y adolescentes, por lo cual no tienen responsabilidad absolutamente de nada”, señala y asevera que “yo no maté ni robé”.

“Juzgue la opinión pública, juzgue el pueblo boliviano, que todo lo que paso el año 80, no todo es culpa mía, pero sobre todo que juzgue nuestro señor Dios y pido se juzgue también a todos los ex mandatarios y sus familias, si corresponde. Si realmente se pretende luchar contra la corrupción y no se haga una persecución política contra mi familia y contra mí”, añade.