Ayer, el exministro de Defensa de Bolivia, Carlos Sánchez Berzain, terminó de dar sus declaraciones en el marco del juicio civil instaurado en su contra y en contra del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, en Estados Unidos, por los hechos luctuosos de octubre de 2003.

Según reportes que llegaron desde el país norteamericano, el otrora Ministro de Defensa señaló que el Decreto Supremo 27209, que abrió la compuerta a las masacres del 12 de octubre de 2003, fue firmado por todo el gabinete de entonces en las primeras horas de ese día, por lo que no fue implementado solo con su consentimiento.

Además, siempre según declaración juramentada, Sánchez Berzaín acusó al actual presidente boliviano, Evo Morales, de llamar por los medios a asesinar a Sánchez de Lozada.

También aseveró que el actual Presidente boliviano “es el autor material de la muerte de dos soldados en Sacaba durante la represión ocurrida en torno al mercado de la coca local en 2001”.

En el tramo final de su declaración, Sánchez Berzaín afirmó que fueron Germán Loza, el entonces  presidente de la Asociación de Surtidores (Asosur) y su directorio quienes exigieron la intervención militar en octubre de 2003.

Asimismo, el ex ministro negó haber hecho declaraciones en 2000 en una conversación con Víctor Hugo Canelas respecto del uso militar para reprimir protestas sociales, lo mismo unos años después, en febrero de 2003 con el entonces alcalde de La Paz Juan del Granado.

Finalmente y sin ofrecer pruebas o referencias de muchos de sus dichos, Sánchez Berzaín afirmó haber salido de Bolivia con Sánchez de Lozada el 17 de octubre de 2003, "obligado a renunciar". Ayudado por un traductor, el ex ministro de defensa explicó que vive de tres trabajos: dirigiendo una organización política académica, dando charlas y haciendo pequeñas consultorías.

Luego de declarar, Carlos Sánchez Berzaín se retiró de la sala, como ha hecho casi todos los días desde el inicio del proceso en su contra. Posteriormente fue el turno de declarar de Germán Loza, expresidente de Asosur en 2003.

Loza narró sucintamente una reunión a la que fue convocado la noche del 10 de octubre de 2003. Contó que llegó al Ministerio de defensa acompañado de su directorio y pudo ingresar solamente acompañado del ingeniero Oscar Muñoz, secretario general de Asosur.

Según su declaración, al entrar a la sala donde tendría lugar la reunión, Loza pudo mirar que, detrás de una mesa grande, estaba Carlos Sánchez Berzaín. A su izquierda se hallaban altos oficiales militares y a la derecha funcionarios civiles. En la conversación sobre la crisis política, uno de los militares afirmó que era necesario sacar las cisternas de gasolina varadas en la planta de YPFB de Senkata, en El Alto.

Loza intentó cuestionar la competencia legal para hacer esas acciones, pero Sánchez Berzaín se limitó a dibujar una posible ruta para el traslado sobre un mapa.

Momentos después uno de los militares ofreció la posibilidad de usar choferes militares para el traslado. Loza, preocupado, preguntó si eso no podría generar muertes. Carlos Sánchez Berzaín respondió tajantemente: "Sí, hay muertes pero va a haber gasolina", contó.

Finalmente sería el turno de declarar de Víctor Hugo Canelas, político ligado al partido de Sánchez de Lozada. Aquejado de cáncer y patrocinado su viaje por los abogados de las víctimas, Canelas narró un hecho ocurrido a finales del año 2000.

Señaló que fue convocado a una reunión en la casa de Gonzalo Sánchez de Lozada. Canelas llegó a la residencia del barrio de Obrajes para encontrarse en el jardín con Carlos Sánchez Berzaín, Guillermo Justiniano y Jaime Durán.

Sánchez Berzain, le habría asegurado que "nosotros usaremos tropas de élite, y mataremos 50, 100, 1000", contó Canelas.

El juicio continuará, ahora con los testigos de descargo, luego el tribunal dictará una sentencia.