El ministro de Justicia y Transparencia Institucional, Héctor Arce, manifestó no sentir confianza ante el proceso judicial que enfrentan los 9 bolivianos detenidos en Chile desde el 20 de marzo; además advirtió que un fallo condenatorio será “nefasto” y se constituirá en un antecedente que perseguirá a Chile.

“Un fallo condenatorio en contra de los bolivianos detenidos será un fallo nefasto y será un antecedente que le perseguirá a la credibilidad e imagen de Chile. Le va a generar gravísimas responsabilidades”, enfatizó en una entrevista con el canal estatal en Cochabamba.

No obstante, consideró que la audiencia realizada en Chile la mañana del martes ha generado “esperanza” de que finalmente, pese a la presión que pudiera haber, se imponga la justicia y la razón.

“Esperemos que la justicia finalmente se imponga sobre las presiones. En cualquier caso, lo importante, lo seguro y lo que esperamos los bolivianos, con mucho ánimo, es el retorno de los nueve bolivianos inocentes que han sido castigados injustamente, finalmente retornen a sus casas y con sus familias”, afirmó.

 LA DEFENSA BOLIVIANA

El ministro Arce observó una defensa de los bolivianos “muy férrea” y “sólida”. Además, de una jueza interesada en los argumentos bolivianos. Aunque agregó que: “Nosotros somos un poco escépticos en relación al fallo que vaya a salir”.

“Se ha visto al fiscal (chileno) Hardy Torres y a los querellantes bastante nerviosos, preocupados tratando de justificar lo injustificable, argumentos forzados que no ameritan ser considerados en un fallo jurisdiccional”.

En consecuencia, dijo que se espera que la jueza chilena, que dictará este miércoles su fallo en el caso de los nueve bolivianos detenidos en Iquique, pase a la historia como una autoridad judicial que actúa de manera “correcta y hace honor a la justicia”.

Empero, consideró que la audiencia realizada en Chile la mañana del martes ha generado “esperanza” de que finalmente, pese a la presión que pudiera haber, se imponga la justicia y la razón.

Dijo que la esperanza de toda Bolivia es que los compatriotas retornen al país para recibirlos en la frontera con el “mayor afecto” que se merecen porque han sido victimizados durante 90 días.