La sesión que decidirá el futuro de la presidenta Dilma Rousseff fue suspendida dos veces por el presidente del Senado, Renan Calheiros. Los legisladores tuvieron una hora para descansar, se prevé que la sesión termine en la madrugada.

Cada uno de los 68 senadores tienen derecho a 15 minutos para intervenir antes de la apertura del proceso de votación electrónica. La sesión comenzó a las 10 de la mañana, fue interrumpida por primera vez a las 12:30, hasta esa hora solo hablaron cinco senadores.

Por la tarde, algunos senadores pidieron reducir el tiempo de cada discurso a 10 o 5 minutos, pero la propuesta fue rechazada por los aliados del gobierno, que propusieron la suspensión de la sesión para continuar el jueves; esto fue rechazado por los opositores y el presidente Renan Calheiros decidió continuar la sesión.

Los senadores que apoyan el proceso de impechment argumentaron que no hay suficiente evidencia para la rendición de cuentas de Dilma Rousseff, rechazaron la tesis de golpe de estado y criticaron la actuación del gobierno en lo político y económico.

Los senadores que apoyan a la presidenta argumentaron que se trata de un ataque ilegítimo contra la democracia, porque no se respeta el voto de los millones de brasileños que apoyaron a Rousseff en las urnas.