Redacción Oxígeno
15/11/2015 - 16:24

¿La Unión Europea se puede llegar a desintegrar?

Hasta ahora, las crisis eran consideradas una oportunidad para que el bloque creciera, porque empujaban a sus miembros a la cohesión. Esa era la línea vigente y se veía respaldada en los hechos por los no escasos altibajos que había atravesado la Unión.

Berlín, 9 de noviembre (DPA).- Fue un tabú durante décadas, hablar del tema era impensable. Pero ahora, Bruselas cree que todo es posible, hasta el fin de la Unión Europea. Así como hasta hace pocos los máximos líderes políticos del bloque mostraban calma, ahora ya hay quienes comienzan a manifestar cierta preocupación.

Hasta ahora, las crisis eran consideradas una oportunidad para que el bloque creciera, porque empujaban a sus miembros a la cohesión. Esa era la línea vigente y se veía respaldada en los hechos por los no escasos altibajos que había atravesado la Unión.

El bloque afrontó la aún vigente crisis financiera, la crisis desatada por su Constitución, la crisis ucraniana y la actual crisis migratoria. "La integración europea es irreversible", suele recitarse hasta el cansancio. Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, señaló en declaraciones recientes que "Europa atraviesa una crisis existencial".

Timmermans, conocido por su pensamiento estratégico, admitió a finales de octubre que "lo que hasta ahora era inimaginable se volvía imaginable: la desintegración del proyecto Europa". En otras palabras: de pronto se veía como posible que la UE se desintegrara.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, había preferido evitar ser tan tajante a principios de septiembre, cuando pronunció su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Parlamento Europeo. "Nuestra Unión Europea no está en buenas condiciones. No hay suficiente Europa en esta Unión, ni hay suficiente unión en esta Unión", aseguró entonces.

Entre las declaraciones de Juncker y las de Timmermans hubo un encuentro clave: la cumbre de los 28 jefes de Estado y de Gobierno celebrada el 15 de octubre a raíz de la crisis de refugiados.

Allí, la situación y las miserias dentro del bloque se volvieron palpables. Algunos temas ni siquiera habían sido tratados debido a la falta de una perspectiva de consenso. Entre los principales asuntos relegados estaban la amenaza de que Reino Unido abandonara el bloque y la expansión de la unión monetaria.

Tampoco se habían consensuado más que soluciones de emergencia en materia de política migratoria, observa Jannis Emmanouilidis, del prestigioso Centro de Política Europea (EPC, por sus siglas en inglés).

"En estos últimos años la situación se ha vuelto notablemente peor", constata el analista. "La falta de confianza ha ido en aumento y ha generado profundas grietas en la UE", añade quien asegura que la desconfianza se ha apoderado de la relación entre gobiernos e instituciones europeas y entre ciudadanos y políticos nacionales.

A eso se suma el hecho de que la crisis migratoria, continúa Emmanouilidis, ha demostrado que los gobiernos aplican criterios totalmente divergentes a la hora de juzgar la situación.

"A veces pareciera que vivieran en diferentes planetas", comenta, y eso hace que "los ciudadanos tengan una impresión cada vez más firme de que la UE no es capaz de solucionar los problemas actuales".

"Toda la estructura de nuestra Unión está en peligro", aseguró el líder de la fracción liberal del Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt. "Si la política de la esperanza y de la pasión no logra reemplazar la política del miedo, Europa continuará marchando hacia una tormenta que demostrará ser cada vez más fuerte", advirtió.

La tan alabada "comunidad de valores" muestra su lado débil, mientras las reglas no parecieran ser vinculantes para los miembros de la UE. Al menos, esa es la impresión que ha dejado la crisis financiera y que surge ahora ante la crisis migratoria.

Para que pueda existir la libre circulación dentro del espacio Schengen, los controles en las fronteras externas del bloque deben ser efectivos. El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, dijo temer que "Schengen muera" si Europa no encuentra una solución conjunta y si cada país opta por aprobar decisiones nacionales.

Schengen, aseguró Asselborn, fue la mayor conquista de la UE y "el peligro está planteado con total claridad". "Quizás tengamos unos meses" para solucionarlo, alertó.

Simultáneamente, la derecha avanza en muchos países de la UE. En varias elecciones, como las celebradas en Polonia y Dinamarca, fueron sobre todo los partidos que hicieon campaña a favor de "menos Europa y más decisión nacional" los que se impusieron en las urnas.

"Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial los padres de clase media dicen temer que a sus hijos les vaya peor que a ellos. Eso genera una falta de confianza y se cuela en nuestras estructuras democráticas", lamentó Timmermans en el "think tank" Friends of Europe.

Asselborn, a su vez, apuntó que la UE podría perder la confianza de los ciudadanos si el paquete de "valores comunes" y "acción conjunta" se desgranara.

"La Unión Europea se puede desintegrar. Puede ocurrir increíblemente rápido si el aislamiento reemplaza a la solidaridad como patrón vigente tanto hacia adentro como hacia afuera", alertó. Y añadió: "Ese falso nacionalismo puede derivar en una verdadera confrontación".

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