Opinión
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Sergio Salazar Aliaga
20/04/2018 - 19:39

El rock de mi generación

(Imagen extraida de La Razón)

“Confieso que he vivido” es el libro titulado de las memorias de Pablo Neruda, en él cita al comenzar: “Estas memorias o recuerdos son intermitentes y a ratos olvidadizos porque así precisamente es la vida. La intermitencia del sueño nos permite sostener los días de trabajo. Muchos de mis recuerdos se han desdibujado al evocarlos, han devenido en polvo como un cristal irremediablemente herido”.

(Imagen extraida de La Razón)

“Confieso que he vivido” es el libro titulado de las memorias de Pablo Neruda, en él cita al comenzar: “Estas memorias o recuerdos son intermitentes y a ratos olvidadizos porque así precisamente es la vida. La intermitencia del sueño nos permite sostener los días de trabajo. Muchos de mis recuerdos se han desdibujado al evocarlos, han devenido en polvo como un cristal irremediablemente herido”.

Mi idea en este artículo es hablar del rock; que es hablar de nuestras vidas también. Pertenezco a una generación a la que el rock le modifico la vida, por más de que en Bolivia no haya tenido un movimiento tan fuerte como en el resto de los países sudamericanos, sobre todo en Argentina que es cuna del Rock latinoamericano.

Un día apareció mi amigo de colegio Álvaro Vargas con un CD de los Beatles, él era el nieto del famoso periodista de enfoques Cucho Vargas, tienes que escucharlos –me insistía- esa fue la llave que cambió mi vida, después de eso pasaba horas de horas escuchándolos, ellos fueron parte de mi formación personal y musical, hasta que complementé con los filósofos franceses y la literatura beat y por supuesto con la trova cubana.

En Bolivia el rock había llegado tarde, a finales de los años sesenta, se puede decir que la banda fundadora fue TheBonnyBoysHot’s que compuso sus propias letras, de ahí le siguió Los LovingDarks que grabaron tres EP (extended play) es decir, muy larga para considerarse como sencillo, y muy corta para considerarse como álbum, grabaron además temas de los RollingStones.

Climax también participó en esa etapa, unos años después apareció “Wara” en el 1973 cuando presentaron su álbum “El Inca”, pero sin poder dejar lo nacional, así que tiene un tinte de folclore al rock, sus fundadores Carlos Daza, guitarrista y compositor, y Omar León, bajista.

En el año 1986 yo nací, fue el mismo año en el que nos dejó el escritor, filósofo, poeta, Don Jaime Sáenz, el mismo que escuchaba a Anton Bruckner o al boliviano Simeón Roncal, fue también el que escribió la novela “Felipe Delgado” donde aparece su maestro de música el Maestro María Calixto Medrano y que tocaba en piano la “Ninfa” “Si te encuentras con la Ninfa no le digas que llorado, dile que en los ríos me viste lavando oro para su cofre, dile que en los ríos me viste lavando oro para su cofre”. Muchos años después Jesús Durán y Willy Claure le pondrían la música.

En esos años 80 el rock pasó por un stand by y aparecieron bandas de Heavy Metal, pero a nosotros nos interesa el rock, así que a finales aparece una banda llamada Fox, banda que cambiara la historia del rock.

¿El Grillo Rodrigo Villegas nuestro Spinetta?

El año pasado el Grillo volvía a los escenarios, se había ido un año y más a estudiar a Buenos Aires, y para su regreso me puse a pensar muchas cosas en la intimidad, de hecho escribí un artículo que se publicó en el periódico Oxigeno, titulado “Grillo un existencialista de la música”. Tocaba en el Teatro Municipal y en el primer día de venta se agotaron todas las entradas, más bien ampliaron dos funciones más, en la cual pude comprar mis entradas. ¡Por fin volvía uno de los pilares de nuestro alicaído rock nacional!, pensé.

El Grillo se convirtió en un ser de otro planeta, su energía, su maduración, su complejidad, sus discos. Su obra cada vez va mejorando musicalmente y se vuelve inalcanzable dentro del rock boliviano.

Me remonto a la banda Fox, que después se transformaría en “Loukass” la banda más influyente que tuvo el rock nacional, estaba compuesta por Grillo Villegas en la guitarra, Christian Kraussen la voz, Martín Joffré en el bajo y Rodolfo Ortiz en la batería, la banda nace en un ensayo en el famoso boliche “El socavón” donde después comenzarían a tocar ahí por mucho tiempo.

Rodrigo tiene mucha influencia de Luis Alberto Spinetta, un ejemplo es el parecido entre las canciones "Resumen Paceño" de Loukass y Resumen Porteño de Spinetta, con el tiempo Grillo tendrá su propio estilo. Mucho tiempo después emprenderá un proyecto solo que se llamó la era “Llegas”.

A principios del 2000 tenía 14 años, exactamente no sé cuál fue el momento en el que mi cabeza hizo el famoso clic, ese momento donde muchas creencias intimas se derrumban y comienza todo un nuevo sistemas de valores, algunos la llaman como la iluminación doméstica, las cosas establecidas pierden su peso, pero emergen otras que le dan cauce a un nuevo camino hacia una nueva vida sin formulas, gobernada de sueños, de descubrimiento.

Seguramente el proceso comenzó antes, pero en ese tiempo hubo muchas cosas que me cambiarían, recuerdo que existía un programa en la radio FM “Stereo 97” conducida por Pato Peters, conocido como el “único pato al aire”, su programa se llamaba “Álbum Rock” de lejos fue el mejor programa de rock en toda Bolivia, el programa era como guía del rock, se conocía a los protagonistas. Un día de ese mismo año el Grillo había presentado su disco “Pesanervios” grabado y masterizado en los estudios de Fito Páez.

También hubieron otras bandas que hicieron historia como “Coda 3” que nace en 1988, con los integrantes Omar González en la voz y guitarra eléctrica, Gimmer Illanes, Simón Lujan, Vladimir Pérez, Ricardo Sasaki y Gery Bretel, el 95 se cambian de nombre a “Octavia” porque una banda de México se llamaba igual, y además porque salieron en la cadena de música MTV con su canción “Después de Ti”, Sony MusicEntertainment firmaría con ellos y los llevo a tener disco de Platino. Creo que toda mi generación saltó y cantó con Octavia.

Siempre dije que esta vida es como un libro donde uno siempre encuentra páginas nuevas, seguramente me faltan varias páginas, no muchas pero me faltan. La banda se llamaba “Unit”, habían salido del colegio Montessori, estaban en el curso de la hermana de un amigo: Juan Pablo Calero un conocedor de música, de arte, arquitectura y muchas cosas más, además sobrino de Sergio Calero dueño “La Obertura”, fue la primera vez que pude escucharlos.

Para mi “Unit” era muy parecido a Nirvana, la voz era la reencarnación de KurtCobain, era la de Coco David Bedregal, le seguían Mauricio Cassis en el bajo, AndreDedeco en la guitarra y Gonzalo R. en la batería. Su tema éxito fue “smellslikerevolution”.

En esa época comencé a frecuentar el “equinoccio” cuna de muchas bandas y no solamente paceñas, era una veta de la música, me transformé en una especie de invitado especial para las bandas de rock del momento, ahí conocí a Desaire, Oz, Atajo, GoGo Blues, Son fusión, Querembas, ciudad liquida, pateando al perro, Quirquiña y muchas más.

Podría decir que amasé una cantidad de experiencias buenísimas, a Desaire los conocí porque hacían tributos a los “Fabulosos Cadillacs” y me encantaba ir a verlos, la vos de Omar Ríos era cuasi idéntica a la de Vicentico, además en ese entonces me di la tarea de aprender a tocar guitarra y mi maestro era el guitarrista de Desaire Marcelo Aguirre, después comenzaron hacer sus propios temas y llegaron al éxito, también recuerdo que en uno de sus discos, creo que “Mala leche” tocaban “La Balsa” de José Alberto Iglesias (Tanguito) que la compuso en el baño del bar “La Perla” (del Once) y Litto Nebbia que la terminó. En lo personal es mi canción favorita.

Llegaron los Festimusic de paceña y se codearon con los más grandes, Gustavo Cerati, Aterciopelados, La Ley, Diego Torres, Líbido, Octavia. Oz fue una banda que surgió en el Colegio San Ignacio, eran Raúl Chávez, guitarrista, Gabriel Valdivieso (bajo) y Horacio Guzmán (batería) y su vocal Pedro Pablo Siles. Con algunos compartimos lazos de amistad, llegaron ahí impulsados por el “equinoccio” que tanto hablamos y su concurso de Marathon Rock donde sacaron el tercer lugar.

Con Alejandro Delius, Reynaldo "Gordito" Castañón, Sergio "Teto" de Ugarte hicimos mucha más amistad, algunas parrilladas, algunos encuentros, también estaban Alejandro "Negro" de Ugarte y Mateo Caballero, ellos me lo presentaron a Gonzalo Gómez de Gogo Blues. La banda se llamaba Quirquiña, y tuvo un estallido “pop star” no había lugar donde no se los escuche, “Clausura”, “repris” fueron los éxitos que los llevaron a la fama.

Del 2000 al 2005 estaban sucediendo muchos cambios, hubo un movimiento anti-neoliberal, aparecían nuevas fuerzas sociales, de acción colectiva, una alianza de los grupos subalternos y de la clase media, la política contra hegemónica, se expulsó a un presidente que nos había capitalizado el país, aparecía una nueva subjetividad invisibilizada, reaparecía el indígena en la historia, muchos grupos de rock dieron señales a eso, cambios brutales, por ejemplo “Atajo” llegó a la máxima expresión de la política, fue el momento de Panchi Maldonado produciendo canciones como “Que la DEA no me vea”, “Hoja verde de la coca”, “Pulga presidente”, los iba a ver o esperaba entrevistas en el mejor programa de ese entonces, propositivo, joven, de izquierda como era Salamandra de Ángel Careaga.

Alguna vez escuché que no se puede hablar de la historia y de la bohemia del barrio de Sopocachi sin mencionar al Matheus Piano Bar, fundada en 1984 yo no había nacido todavía, fue uno de los primeros bares donde se escuchó música en vivo, pasó por varios administradores, uno de ellos Fulvio Ballón ex integrante de Jacha Mallku, grupo folclórico.

El año 2011 me toca pasar por ahí, fue muy lindo porque en cierta manera me convertí en un icono paceño de la Bohemia paceña, conocía poetas como Jorge Campero, músicos de primer nivel como Gabriel Revollo, se leía Rimbaud y Baudelaire, pero a nivel de rock, habían bandas muy buenas que se dedicaban a los tributos como “Liberpool” que hacían tributos de los Beatles o “Hit”, un grupo de jóvenes que cantaba, Miguel Mateos, Miguel Ríos.

Sin embargo ya no había letras propias o influencias propias, Frank Thomas en su libro “La conquista de lo cool” decía “El rock ha servido para vender revolución pero, sobre todo, para vender coches, bebidas, moda o incluso hipotecas, en este tiempo ya no vende nada, los jóvenes cambiaron los allstar y las chamarras de cuero por los pantalones chupinis y lo queer, el rock ha muerto o está en extinción, el lenguaje con el que se conecta a la juventud hoy es el reggaetón o el hip-hop.

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