Kusillo-Land
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Freddy Bobaryn López
10/12/2017 - 12:33

El ser Pajpaku ya no será suficiente en la era 2.0 de la #ComPol

Si estás leyendo esta columna es porque eres un friki de la política, bueno poco a poco nos vamos encontrando quienes tenemos esta extraña pero divertida pasión.

Lo que me toca explicar en estas breves líneas, será una aproximación minuciosa respecto a elementos fallidos en la comunicación política de nuestro país, ¿Qué tipos de problemas son analizados por la #ComPol? Así te será más fácil comprender de qué va mi columna para que la puedas seguir y te puedas enganchar con esta emocionante temática.

Reflexionemos sobre nuestros políticos, y claro inmediatamente nos damos cuenta que tenemos un problema. Los políticos en general no pasan por un buen momento, los ciudadanos en este preciso momento los consideramos como uno de los principales problemas de nuestra joven democracia, está claro que todos opinamos y seguimos activamente la política, nos preocupa la manipulación política, los precios de los alimentos, la dificultad para adquirir una vivienda, mejores oportunidades de trabajo o simplemente la corrupción. Y claro ante este paradójico escenario los políticos en general no son vistos como parte de la solución, sino como parte del problema, les falta cercanía y empatía respecto a los problemas de los ciudadanos.

Los políticos deben comprender que su relación con electorado, es una relación de amor, tienen que conocer, sentir y hacer propios los problemas de la gente. Un error frecuente es que la agenda política y los temas que interesan a los partidos, no coinciden con las prioridades y preocupaciones de la gente. -hoy el principal tema de la agenda es la re postulación- Los ciudadanos sentimos hostilidad a este habitual juego político, con el que claramente no nos vemos representados (Agenda política Vs. Agenda ciudadana). Ahora ¿Cuáles son los temas que nos interesan? Fácil, están en las encuestas, el no hacerlo acarrea malas decisiones y consecuencias como la desafección, la protesta, o lo que es peor la pérdida de credibilidad. En definitiva, los políticos poco a poco pierden confianza, y sin confianza, no hay tolerancia, no hay respeto, no hay amor y claramente tampoco hay voto.

Errores imperdonables en las conferencias de prensa. No sólo no responden con claridad a lo que se les pregunta sino que en los últimos tiempos, se limitan a declarar ante los medios sin aceptar más preguntas por parte de los reporteros, esto es un grave error, porque las preguntas al aire, dan pie a especulaciones, invenciones, postverdades y mal interpretaciones de analistas de diverso signo. Lo que deben hacer los políticos es anticiparse, proporcionar información, ser más abiertos y transparentes, pero por sobre todo estar preparados.

El argumentario anacrónico que funciono ayer, no tienen por qué funcionar hoy, afirmaciones que no aportan evidencia de lo que se dice, o que son contradictorias o complejas para el sentido común de la sociedad, resultan inaccesibles para la mayoría. Francamente nuestros políticos, están aplazados porque su mensaje es difuso, improvisado, poco claro, poco creativo, incoherente, repetitivo hasta el cansancio o contradictorio, en suma solo crean más desconfianza. ¿Vamos a confiar en los políticos? ¿Tú que dices? Jejeje.

Este caótico escenario evidencia que en Bolivia no existe una profesionalización de la  política, por lo tanto su manejo es desprolijo y errático. Y claro luego escuchas: “Los medios son los culpables, porque le mienten a la gente”, “Esos periodistas están politizados” o “La famosa injerencia del Imperio”. No se dan cuenta, que el político se invalida al transferir su incapacidad a terceros. Bueno algunos dirán aún tenemos nuestro voto duro “El voto militante”. En mi análisis este también va cuesta abajo ¿Qué hacer para que pare la hemorragia?  Haber, el problema no es lo que haga el político, sino lo que la gente percibe que hace –la política es principalmente percepciones-  esto tiene que ver con el valor simbólico de las acciones, palabras e imágenes del político.

Para no darle más vueltas tienen que trabajar y ¡muy duro! fundamentalmente en la construcción de marcos discursivos, esto no es chiste, el lenguaje crea realidad, la capacidad performativa del lenguaje nos permite construir: un sueño, una ilusión, una esperanza, un mito y también realidad. Lo cierto es que en Bolivia seguimos teniendo políticos 1.0 “unidireccionales”, cuando en el mundo los políticos son 2.0 “bidireccionales” –en alusión a la WEB 2.0- Así como en la red ya no sirve hablar unidireccionalmente porque ahora los ciudadanos demandamos interactuar y respuestas en tiempo real, inmediatas. Nuestros políticos necesitan evolucionar para estar a la altura de estos nuevos lenguajes digitales, porque ya los hemos rebasado y pasado por encima, sin que siquiera se hubiesen percatado de ello.

Para concluir, ojo con los millenials, que son más sensibles a cualquier movimiento brusco, sienten una desconfianza y rechazo, fundamentalmente porque no se sienten representados con opción alguna. Los políticos deben tener especial cuidado en las formas y detalles de una buena comunicación política, ya que en los últimos años inclusive se ha reducido el voto más fiel y militante de los partidos, ahora como los ciudadanos lo hemos denominado “votamos, al mal menor”. La participación electoral poco a poco se va convirtiendo en todo un reto y con ello las votaciones se dan en un escenario cada vez más impredecible –como lo fue el referéndum del 21F o las elecciones judiciales del 3D-.

Como observaran, los políticos en nuestro país son como unas viejas piezas de museo, antiguas reliquias que por más que nos esforcemos por apreciarlas, desconocemos los misterios que guardan en un estado de irrealidad. En definitiva son como costosas antigüedades indescifrables, que decoran ¡departamentos pequeños! Y que no se los desecha porque se supone que son valiosos, pero en realidad solo nos estorban.

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