Sin anestesia
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Patricia Chulver Benitez
29/05/2017 - 17:38

Apuntes para un pensamiento crítico sobre nuestra política de drogas (Introducción)

La experiencia como  base del conocimiento científico

El siku es un instrumento andino que traduce los secretos de la cordillera real en cinco notas. Susurro del viento guiado por el palpitar del bombo que emula al corazón de la tierra en rito, trabajo y catarsis. El siku emana de sus cavidades de madera una proclama de resistencia para la trascendencia a través de la experiencia de la música en comunidad.

La experiencia como  base del conocimiento científico

El siku es un instrumento andino que traduce los secretos de la cordillera real en cinco notas. Susurro del viento guiado por el palpitar del bombo que emula al corazón de la tierra en rito, trabajo y catarsis. El siku emana de sus cavidades de madera una proclama de resistencia para la trascendencia a través de la experiencia de la música en comunidad.

La experiencia es parte fundamental del proceso científico. En base a la experiencia se desarrolla el lenguaje y los consensos en comunidad. La experiencia despierta conciencia y de la conciencia nace la capacidad crítica para enfrentar el complejo entramado que nos toca vivir en el sistema de turno[1].

En diez años Bolivia ha generado mucha de la teoría que hoy se tiene sobre descolonización de la política a través del estudio de sus luchas sociales (Gas, agua y coca)

Uno de los espacios de demanda visibilizado en 2013 que ha llamado mucho mi atención (y fue duramente cuestionado por la comunidad internacional) es el de los niños, niñas y adolescentes trabajadores (NAT) que impulsaron la aprobación de la Ley de trabajo Infantil en 2014[2]. La mirada euro centrista ha cuestionado duramente esta regulación; sin embargo, detrás de ese cuestionamiento se esconde una realidad inminente en nuestro lado sur y no sólo por las disparidades económicas generadas tras la invasión europea, sino porque culturalmente hablando, el pensamiento andino parte aún de un pensamiento filosófico  productivo, que implica el niño tiene una crianza a partir de un rol activo en el trabajo comunitario. Así la Escuela del Ayllu en su práctica pedagógica, genera dinámicas de trabajo que hoy en día migran del campo a la ciudad con potencial de convertirse en esclavitud para el niño migrante como efecto de la modernidad.

El sistema de justicia internacional es un escenario cuya epistemología no reconoce ciertas bases y ciertas demandas; así el caso de los niños (as) trabajadores es un espacio que merece ser mencionado pues en materia de movimientos populares, hablar de una población infantil oprimida que logró poner en agenda una demanda y reivindicar sus derechos en un sistema mundo patriarcal, eurocentrista, capitalista y adulto céntrico, es un verdadero hito que ha llevado a generar una política pública descolonizadora. Sin embargo todavía queda un largo camino por recorrer, mucha de la ciencia detrás del corazón causal de nuestras políticas públicas aún esta tejida por comunidades epistémicas que comparten  valores políticos y experiencias que no necesariamente responden a las necesidades de muchos de los sectores oprimidos

Si hablamos de hitos, en materia de drogas la Ley de coca a pesar de sus luces y sombras, es considerada un éxito a nivel mundial. Sorprende entonces que después de iniciado el proceso de nacionalización en nuestra política de drogas, las comunidades científicas detrás, no tengan esa capacidad crítica para abordar temas relacionados a salud pública o justicia penal en relación a consumos, o quizás esas comunidades simplemente carecen de la experiencia de vida que sólo los afectados directos por la aplicación de la justicia penal como herramienta de estas políticas públicas poseen. Sin embargo con experiencia o no; es comprensible que las construcciones sociales que se han tejido sobre muchas sustancias (de las cuales hablaremos más adelante) sean más fuertes a la hora de abordar el problema público de las drogas.

Aún más tela para cortar en la segunda parte de este breve acercamiento a la problemática de las drogas en Bolivia desde el pensamiento crítico.   

 

[1] Dussel afirma que la experiencia, el leguaje el consenso y la comunidad son la base del pensamiento critico

[2] “Ley regula el trabajo infantil y penaliza la erotización de niños” (2014). Página 7. Versión digital disponible en: http://www.paginasiete.bo/sociedad/2014/7/18/regula-trabajo-infantil-penaliza-erotizacion-ninos-27060.html

 

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