Economía de Mercado
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Armando Méndez Morales
01/09/2014 - 17:37

Distribución del ingreso hidrocarburífero

Si se analiza la información que el Ministerio de Economía y Finanzas publica en su Dossier Fiscal, se tiene el mismo indicador citado en el párrafo anterior, cuando se relaciona el total de regalías e impuestos por hidrocarburos que recibe el gobierno general con el total de ventas de de hidrocarburos hecho por YPFB. Para el año 2012 el gobierno habría recibido el 56 por ciento, lo que sube al 60 por ciento para el año 2013

Un tema que ha saltado a la palestra, ante una propuesta del candidato a la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, Samuel Doria Medina es: ¿Como se reparte el ingreso que genera la actividad hidrocarfurífera en Bolivia?, lo cual es diferente a preguntarse ¿Cómo se distribuye el ingreso neto (ganancia o utilidad) entre las empresas participantes en la actividad y el gobierno?

La nacionalización de los hidrocarburos de mayo del año 2006 determina que todas las empresas petroleras que operen en Bolivia deben entregar su producción a YPFB para que este se haga cargo de su comercialización. Adicionalmente, dispone que todos los campos hidrocarburíferos, cuya producción sea superior a los 100 millones de pies cúbicos diarios (grandes), deben contribuir con un 32 por ciento de sus ingresos, adicional al 50 % existente previa a la nacionalización, lo que significa un total del 82 por ciento. En síntesis, la participación del Estado sería del 50 por ciento del ingreso petrolero en los campos pequeños (que tienen poca significación en el total de producción) y el 82 por ciento en los grandes.

En aplicación a esta disposición gubernamental, los ingresos por venta de hidrocarburos en el mercado externo e interno que registra YPFB es el resultado de toda la producción que realizan las empresas que operan en el país. De la última información anual que el Ministerio de Economía y Hacienda ha hecho pública sobre el flujo de caja de dicha empresa y que corresponde al año 2012, se puede concluir lo siguiente: El total de ingresos por ventas se destinó al gasto corriente, financiándose los gastos de capital con otros ingresos que no provienen de estas ventas. Del 100 por ciento de sus ingresos por ventas, el 56 por ciento se habría destinado al pago de impuestos y regalías y el 44 por ciento se habría destinado al gasto operativo. O sea la participación sería 56 por ciento para el gobierno y 44 por ciento para las empresas. Esta es una primera conclusión.

Si se analiza la información que el Ministerio de Economía y Finanzas publica en su Dossier Fiscal, se tiene el mismo indicador citado en el párrafo anterior, cuando se relaciona el total de regalías e impuestos por hidrocarburos que recibe el gobierno general con el total de ventas de de hidrocarburos hecho por YPFB. Para el año 2012 el gobierno habría recibido el 56 por ciento, lo que sube al 60 por ciento para el año 2013.

Si se quiere saber ¿Cómo se distribuye las utilidades? podemos acudir al estudio que ha realizado Mauricio Medinaceli, para el periodo 2006 al 2011, que dice, que para el año 2007, del 100 por ciento de las ganancias, el Estado absorbió el 57 por ciento, subiendo al 82 por ciento el año 2011, en calidad de impuestos, regalías y participación de YPFB, quedando sólo el 18 por ciento en las empresas para este último, en calidad de utilidad. Medinaceli llega a este resultado porque determina que los ingresos petroleros tuvieron  la siguiente distribución, para el año 2011: 66 por ciento iría al Estado, el 20 por ciento representaría costos recuperables para las empresas y únicamente el 14 por ciento representaría utilidad para las empresas.

Más allá de la precisión de los datos  presentados, la pregunta que conviene hacer es si este panorama es sostenible en el largo plazo. Si con esta enorme absorción del ingreso petrolero por parte del Estado se puede motivar a que venga masiva inversión extrajera, primero, a explorar y luego a explotar. ¿No será que las empresas petroleras extranjeras que están operando en el país bajo el manto de la empresa estatal YPFB tienen costos operativos muy bajos dado que la inversión que realizaron en el pasado ya la habrían recuperado? Podríamos suponer que ya no tienen costo de amortización del capital invertido. Esto explica –según Medinaceli- que para el año 2011 las empresas petroleras hubieran gastado únicamente 762 millones de dólares en sus actividades productivas, lo que representa –según mi deducción- únicamente el 18 por ciento del total de ventas de hidrocarburos que Bolivia realizó tanto en el mercado interno como externo. Esto quiere decir que el costo de producir hidrocarburos en el país es muy bajo, en relación a los actuales altos precios de venta en el mercado externo El problema que surge es que si se requiere inversión masiva para la exploración hidrocarfurífera, que es muy riesgosa, esta llegará sólo si sus expectativas de ganancias aumentan y si se les garantiza rápidamente la recuperación del futuro capital invertido en exploración, cuando llegue la etapa de explotación, ambos procesos de vital interés para Bolivia, lo que llevaría a incrementar la participación de las empresas extrajeras tanto en el ingreso total como en el neto. ¿Será que en todas partes del mundo la producción de hidrocarburos tiene un bajo costo? Si es así, se viene la baja de los precios internacionales porque aumentará substancialmente la producción. Este panorama llevaría a cambiar la actual estructura de división tanto del ingreso petrolero como de las ganancias que se distribuyen entre el Estado y la empresa. Queda la interrogante: ¿Será posible hacerlo? Con la respuesta que el gobierno le dio a Samuel Doria Medina, sería, no.

 

La Paz, 1º de septiembre de 2014

 

*Profesor Emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

 

 

 

 

 

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