Economía de mercado
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Armando Méndez Morales
22/12/2016 - 10:12

Las importaciones son el motor de la economía boliviana

El equipo económico del gobierno insiste en que un gran cambio, en el modelo económico que Bolivia implanta desde que Evo Morales llegó a la presidencia del país, es que el motor de la economía boliviana pasó a ser la dinámica de la demanda interna, como si antes lo hubiese sido la demanda externa. Se define a la demanda interna como la sumatoria del gasto que en una economía se realiza en consumo interno, inversión y gasto público. La demanda externa son las exportaciones que un país realiza.

El equipo económico del gobierno insiste en que un gran cambio, en el modelo económico que Bolivia implanta desde que Evo Morales llegó a la presidencia del país, es que el motor de la economía boliviana pasó a ser la dinámica de la demanda interna, como si antes lo hubiese sido la demanda externa. Se define a la demanda interna como la sumatoria del gasto que en una economía se realiza en consumo interno, inversión y gasto público. La demanda externa son las exportaciones que un país realiza.

Pero, se olvida que para que aumente el consumo, ya sea de bienes producidos internamente o que provengan del exterior, se requiere de importaciones. Ni qué decir de las inversiones, no producimos bienes de capital.

Lo que aconteció durante el gobierno del Presidente Morales es que se incrementó la sumatoria de las exportaciones e importaciones, tanto en términos reales como monetarios. Todo el análisis siguiente se lo efectúa en promedios anuales.

Si se suman las exportaciones e importaciones en términos reales y dividimos entre el producto interno bruto (PIB) a “precios constantes de 1990”, y multiplicamos por cien tenemos una definición de apertura de la economía. Si comparamos la década 2006-2015 con la década anterior encontramos que el coeficiente subió a un 66 %, cuando en la anterior fue del 56 %.

Si este mismo análisis realizamos de manera separada entre exportaciones e importaciones encontramos el siguiente resultado: Las exportaciones con relación al PIB en la década 1996- 2005 alcanzaron a un 27 %, el mismo que subió al 33 % en la década siguiente. Las importaciones subieron del 29 % también al 33 %.

La primera conclusión es que tanto las importaciones como las exportaciones aumentaron lo mismo con relación al PIB. ¿Pero acaso las exportaciones no subieron más que las importaciones? Para responder la interrogante en cuestión, el análisis hay que efectuarlo en términos de precios corrientes, de cada año.

En este enfoque el resultado es el siguiente: Para el periodo 2006- 2015 la apertura subió a 78 %, bastante por encima del 66 % visto anteriormente Las exportaciones subieron a un 42 % y las importaciones a un 36 %. Este significativo crecimiento en las exportaciones y mayor que el de las importaciones responde al gran incremento de precios que merecieron las exportaciones de materias primas que Bolivia exporta.

Lo que realmente explica el buen crecimiento de la economía boliviana, en términos reales, durante la última década son las importaciones. Pregúntese los insumos importados que cualquier industrial requiere hacer para producir algo. Lo mismo para el sector de la construcción, que está en auge.

En un aparato económico muy poco diversificado como el boliviano, que del total de sus exportaciones el 95 % corresponde a bienes primarios, quiere decir que su actividad productiva le impide producir, con insumos propios, la cantidad de bienes y servicios que la comunidad demanda.

Para producir cualquier cosa en el país se requieren de importaciones. Si uno ve la composición de las importaciones totales se llega a la conclusión de que el 80 % corresponden a insumos industriales, bienes de capital, equipos de transporte y combustibles.

La verdadera diferencia en el comportamiento del sector industrial, que también es válido para el sector de la construcción, es que en la década 1996-2005 las importaciones se financiaban, además,  con endeudamiento externo, lo que hizo posible el modesto crecimiento de la economía. En cambio, en la última década, fundamentalmente, se lo hizo con las exportaciones, dado que se presentó lo que se denomina superávit comercial, o superávit en cuenta corriente, si introducimos otros conceptos, como el comercio de servicios donde Bolivia siempre es deficitaria.

Un aspecto central que se debe destacar es que cuando algo se vende es para comprar. Los trabajadores ofrecen su capacidad de trabajo para obtener ingresos que les permita adquirir el conjunto de bienes y servicios para satisfacer sus necesidades y deseos. Esto mismo sucede con la economía de un país. Se exporta (vender) para importar (comprar)

Para que el país pueda seguir creciendo -en condiciones donde el valor de las exportaciones cayeron de manera significativa, y se presenta una situación de déficit comercial, por lo que ya no puede financiar sus importaciones con sus exportaciones- debe endeudarse y/o atraer inversión extranjera para adquirir las imprescindibles importaciones que hacen posible que la economía boliviana crezca.

Pocas son las economías donde se puede calificar que el motor de su crecimiento económico lo constituye la demanda externa. Es decir, producen para el exterior. Pero para hacerlo requieren de importar también mucho, razón por la cual se apertura económica es muy grande, como es el caso de Hong Kong, que tiene una apertura del 440% con relación a su PIB.

La Paz, diciembre de 2016

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