Hablemos de energía
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Boris Santos Gómez Uzqueda
26/02/2016 - 13:52

La apuesta europea por el gas natural

Paralelamente a estos avances Europa está dando pasos concretos para, por ejemplo, capturar y almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero y así cumplir los objetivos de reducción de carbono (eliminar completamente el CO2 de la generación de energía).

Europa está dando pasos trascendentales en apostar a la seguridad energética y el medio ambiente, apostándole al gas natural.

Seguridad energética implica un suministro fluido e ininterrumpido para que los ciudadanos eviten cortes eléctricos, ausencia de combustibles y falta de gas para industrias y hogares; en el marco del respeto a normas ambientales.

Para ello Europa está diseñando/implementando políticas primero para reducir y mejorar la eficiencia en el consumo de energía (de electricidad, de gas, de combustibles fósiles), aumentar la producción de energía interna (sumando la todavía costosa fuente renovable), seguir desarrollando un mercado interior de la energía efectivo y plenamente integrado y como pilar fundamental de ello el gas natural.

Europa es el mayor importador de gas natural del mundo.

La Unión Europea (UE) está normando estrategias para –concretamente- el gas natural licuado (GNL o LNG) que permitirá mejorar el acceso de todos los Estados miembros al GNL como fuente alternativa: para ello van a financiar miles de millones de Euros en construcción de infraestructura estratégica necesaria para su mercado interior y evitar alta dependencia del gas de Rusia, por ejemplo.

Calefacción y refrigeración de edificios comerciales, hogares y uso industrial consume más de la mitad de la energía de la UE y un 75% de sus vehículos aún funcionan con combustibles fósiles.

No se cree que la dependencia europea al gas natural reduzca drásticamente en las próximas décadas. Las “energías alternativas” aún son costosas para desarrollar en economías de escala y requerirían fuerte respaldo de los estados de la UE, socavando presupuestos que serán –aparentemente- dirigidos a mejorar la infraestructura de recepción de LNG (terminales de regasificación).

De todas maneras la estrategia europea continua contemplando importaciones de gas de Rusia, Noruega, inclusive Qatar y otros estados del Golfo, pero no se descarta que a un futuro inmediato se podría importar LNG desde  campos de esquisto de Estados Unidos: parte de la nueva producción de petróleo y gas a partir de fracking o shale que ingresa e ingresará al mercado una vez que la “pulseta” entre Arabia y otros productores de petróleo convencional termine con Estados Unidos cuyos efectos son vistos por todos en la reducción de precios del barril de petróleo y del gas en el mercado.

La UE está cumpliendo el mandato del vicepresidente responsable de la Unión Europea para la Energía, Maroš Šefčovič que indicó «La Estrategia de la Unión de la Energía, lanzada hace un año, prometía ofrecer a los Estados miembros una energía segura, sostenible y competitiva. El paquete de medidas que se presenta se centra en la seguridad de nuestro suministro. Al reducir nuestra demanda de energía y al gestionar mejor nuestro abastecimiento de fuentes externas, cumplimos lo que prometimos y aumentamos la estabilidad del mercado europeo de la energía».

Tuvieron una serie crisis de energía (del gas) entre 2006 y 2009, que dejaron sin calefacción a millones de ciudadanos europeos por causa de interrupciones en el suministro; además de tensiones políticas en países fronterizos. Ello como antecedente para que, periódicamente, modernicen regulaciones y estrategias sobre gas y petróleo.

El Reglamento sobre la seguridad del suministro de gas europeo, subrayando la importancia del gas en el desarrollo y la misma transición de la economía europea, para las importaciones de gas (vía ductos o LNG) permite que la UE “deba asegurarse que los acuerdos intergubernamentales firmados por sus Estados miembros con terceros países que resulten pertinentes para la seguridad del suministro de gas en la UE sean más transparentes y plenamente conformes con el Derecho de la UE”.

Importante avance en la integración energética: un organismo supranacional (como la comisión de la Unión Europea para temas energéticos) introduce un “control de compatibilidad” ex-ante de manera que esa evaluación permite comprobar la conformidad de los contratos y tratados de suministro estén en completa consonancia con las normas de competencia y con la legislación sobre el mercado interior de la energía antes que los acuerdos se negocien, firmen y sellen.

Los Estados miembros deberán tener plenamente en cuenta el dictamen de la Comisión antes de firmar los acuerdos.

No es considera “intromisión” del estado en temas comerciales, sino en todo caso es que el estado (la comisión europea para la energía) se cerciore que los contratos/tratados no sólo satisfagan la demanda comercial de gas sino que cumplan normas de derecho comunitario (de Europa).

Paralelamente a estos avances Europa está dando pasos concretos para, por ejemplo, capturar y almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero y así cumplir los objetivos de reducción de carbono (eliminar completamente el CO2 de la generación de energía).

Similares políticas podría ir estudiando y adoptando América Latina en la construcción de mercados ampliados para el gas, electricidad y combustibles, fortaleciendo una institucionalidad similar a la comisión para la energía de la UE: una especia de Secretariado Ejecutivo para la Integración Energética de América Latina, que sea estatal/privado y a cargo del estudio y la regulación de normas de competencia e integración.

Boris Santos Gómez Úzqueda* consultor del sector privado @bguzqueda

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