El dedo en la llaga
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Esteban Farfán
26/11/2015 - 08:42

El álbum de fotos de Quecaña

El subgobernador José Quecaña no puede burlarse de la población yacuibeña creyendo que no tenemos condiciones como para hacer un juicio de valor sobre un documento como éste. No es posible aceptar que este tipo de situación se sigan repitiendo.

Después de muchos anuncios y estruendosos ruidos mediáticos,  finalmente el subgobernador de Yacuiba José Quecaña (MAS),el 24 de noviembre ha presentado su publicitado Plan de Gobierno 2.015 – 2020. La presentación/exposición se ha realizado en el auditorio Evo Morales, transmitido en vivo por caso todos los medios de comunicación local.

Desde varias semanas atrás, el subgobernador Quecaña y varios funcionarios jerárquicos han reiterado hasta el cansancio que un grupo de técnicos estaban dedicados a diseñar y elaborar el Plan de Gobierno de la Subgobernación.

Se ha generado una expectativa inusual, porque nunca la Subgobernación de Yacuiba había diseñado un plan quinquenal. Todas las acciones fueron resultado de las presiones circundantes contextuales, y no a una planificación estratégica, por eso tenemos varios elefantes blancos.

Una de mis críticas a los líderes políticos del Chaco es su evidente falta de visión/misión,  improvisación y desorganización en la gestión pública. Llegan a los espacios de poder montados en promesas irresponsables, diversas e inconexas, y cuando asumen funciones, la característica es la improvisación.

Desde ya, es muy destacable y encomiable la decisión política de Quecaña por elaborar un documento que ordene la inversión pública por cinco años, por lo tanto optimice los recortados presupuestos, y así de esa manera ser efectivos al momento de atender los asuntos públicos del ciudadano.

Grande fue mi sorpresa y desilusión, al comprobar que todo fue un fraude puesta en escena. Nosotros en el programa Micrófono Libre por Radio Nuevo Horizonte de Yacuiba,  trasmitimos la presentación, pero inmediatamente nos dimos cuenta que no había contenido y que se improvisaba todo. El subgobernador hablaba, hablaba y hablaba y no decía nada que tenga alguna relación con un plan. El subgobernador sólo atinaba a enlistar e intentar explicar una cuantas ‘buenas intenciones’ sin ningún respaldo técnico y político.

Se ha entregado un documento impreso en lujoso papel couche en medio oficio, a todo color, cargado de fotografía en las que en la mayoría aparecía  la fotografía de Quecaña, con una ausencia de texto explicativo, la inexistencia de un peregrino dato que respalde las buenas intenciones. Junto a la cartilla se ha proporcionado un tríptico, impreso con el mismo material, en el que resumía el contenido del plan.

Como material de propaganda de campaña, es aceptable; pero como plan de gobierno, no tiene ninguna relación porque no hay proyecciones, y no sigue la rigurosidad técnica que establece el diseño del mismo. La cartilla es solo la identificación acompañada de bonitas fotografías de buenas intenciones, no un plan. Por lo tanto no es serio.

Un plan debe ser riguroso y serio, porque se convierte en un documento oficial y materia de consulta de los investigadores y estudiantes. Un plan no es un panfleto que se hace ligeramente, sino un material que queda para la historia, porque marca el derrotero de un pueblo, y sirve para el análisis y la reflexión académica y política. La cartilla entregada no sirve ni para la consideración. Cualquier estudiante de primer semestre de economía, juzgará que dicho documento no tiene nada de parecido a un plan.

Con el fin de mostrar público, la Subgobernación ha habilitado una cantidad considerable de micros que trasladaron a la mayor cantidad de personas que asistieron a escuchar el informe desde el área rural. Se ha hecho costumbre en las instituciones públicas, literalmente el acarrear personas del área desconcentrada con el fin de hacer bulto para las cámaras y aparentar apoyo ciudadano objetivo. Esta es la proyección de un engaño hacia la población, y a la vez un autoengaño, porque se trata de una puesta en escena que se convierte en un sainete.

Al final de la exposición del Subgobernación hubo buena música en vivo y mucha comida. Terminado el teatro, las personas que se trasladaron del área rural, fueron devueltos en los micros a sus casa.

Al otro día el periódico local en portada y principal titular contradice la realidad de los hechos anunciando que tuvo un rotundo éxito, sin ninguna reflexión y análisis del evento. La creación de una realidad virtual a través de los medios que hacen los políticos, y se prestan algunos ‘periodistas’ y medios, es realmente penoso porque se descafeína la democracia, la institucionalidad y la credibilidad.

De manera coincidente, en internet están colgados varios documentos que tienen mucha relación en el contenido y diagramado, con la cartilla entregada por Quecaña. Es posible que sea solo coincidencia.

Un documento como éste, es posible hacer en un tiempo de tres días como máximo (producto terminado desde cero), elaborado por una persona. La Subgobernación ha destinado un grupo de técnicos (no precisado) por el lapso de 1 mes y medio.

El subgobernador José Quecaña no puede burlarse de la población yacuibeña creyendo que no tenemos condiciones como para hacer un juicio de valor sobre un documento como éste. No es posible aceptar que este tipo de situación se sigan repitiendo.

Se entiende que Quecaña no tiene ninguna formación en gestión pública, como tampoco en política, sin embargo él tiene la obligación de buscar el asesoramiento de personas que conocen estos temas y rodearse de expertos, y no de ‘aprendices’, como él ha calificado a sus colaboradores. Es buena la intención, pero el resultado fue malo. Está a tiempo de rectificar este error.

La Subgobernación no es una agencia de empleo, y no es una instancia para hacer pruebas y ensayos. Se administran recursos públicos y se deciden los destinos de la calidad de vida de la gente, que por aventureros en la política, no se han atendido efectivamente hasta ahora.

Por otro lado se requiere que ambas instituciones (Alcaldía y Subgobernación) coordinen un sólo plan para Yacuiba, y no que cada uno haga su fiesta aparte con música propia. En la lista de buenas intenciones de Quecaña, hay muchas competencias municipales, por lo que nuevamente se cae en la duplicidad de esfuerzos, dinero, energías y tiempo, cayendo de nuevo en una competencia destructiva entre ambas instituciones. El tiempo me ha dado la razón, sobre mi advertencia realizada a inicios de 2008, sobre la creación de un alcalde paralelo con los ejecutivos seccionales.

El alcalde de Yacuiba requiere con urgencia darle rumbo a su gestión, y debe diseñar el Plan Estratégico de Desarrollo de Yacuiba de manera mancomunada con el subgobernador, con el fin de evitar el despilfarro de los recursos como ha ocurrido en la gestión precedente.

El Plan de Yacuiba, debe estar conectado con el Plan de Desarrollo Regional, éste con el Departamental y éste con el Nacional. Eso es lo ideal, eso es lo que dice la norma, pero la realidad es que el municipio no tiene plan, tampoco la región, como tampoco el Departamento. ¿Qué lamentable no?

¿Qué es un Plan?

Un plan es un documento en el que se establece las estrategias a seguir por una institución en el medio plazo. Éste debe marcar las directrices y el comportamiento para que una organización alcance las aspiraciones que ha plasmado en su plan director.

Un plan es cuantitativo, manifiesto y temporal. Es cuantitativo porque indica los objetivos numéricos. Es manifiesto porque especifica las políticas y unas líneas de actuación para conseguir esos objetivos. Es temporal porque establece unos intervalos de tiempo, concretos y explícitos, que deben ser cumplidos por la institución para que la puesta en práctica del plan sea exitosa.

Un plan se compone de varias etapas, y las más elementales son éstas. Análisis de la situación y del entorno,  Diagnóstico de la situación, Declaración de objetivos estratégicos y políticas,  Estrategias, Planes de actuación, Seguimiento y evaluación, y finalmente mecanismos de ajustes. Este proceso se divide en cuatro grandes fases: Diagnóstico, Estrategias, Acciones y Control.

Para el diseño y elaboración de un plan, se requiere (en el caso de Yacuiba) por lo menos a trabajo forzado tres meses. El equipo del que formo parte, realiza este tipo de trabajos por lo que tengo relativa autoridad para expresar una opinión. 

Para un político, como para un gerente, un plan es muy importante porque orienta las acciones correctas para llegar al lugar propuesto (visión). No hay misión, sin visión, dicen los estrategas. (Yacuiba 24/11/15).

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