Este lunes los representantes de la oposición venezolana y del Gobierno de Nicolás Maduro se volvieron a reunir en la sede de la cancillería en Santo Domingo (República Dominicana), en el marco de las conversaciones que ambas partes sostienen para intentar salir de la crisis que afecta al país sudamericano.

El encuentro comenzó con la presencia del ministro venezolano de Comunicación, Jorge Rodríguez, y la presidenta de a la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez por parte del Gobierno. Por la oposición participan los diputados Alejandro Hernández, Julio Borges, Ricardo Padilla, Enríquez Márquez, Manuel Rosales, Luis Morel y Simón Calzadillo.

Esta vez, los cancilleres de Chile y México, que junto con Bolivia y Nicaragua observan el proceso, se ausentaron. La razón es que los representantes de ambos países se retiraron de la negociación luego de que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) venezolana anunciara el adelanto de las elecciones presidenciales. Esto también ha dividido a la oposición, que a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llega fragmentada al encuentro. 

De cualquier modo, la MUD anunció que exigirá "las garantías electorales que permitan unas elecciones justas", mientras que el Gobierno ha declarado que está listo para firmar un acuerdo. El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, dijo que hay un "documento preliminar que permite señalar que faltan muy pocas cosas para lograr un acuerdo", mientras que la delegación de la oposición encabezada por Borges no hizo declaraciones.

Además, la oposición vuelve al diálogo sin el apoyo de Voluntad Popular (VP), el partido de Leopoldo López, que también optó por abandonar las conversaciones tras el adelanto de las presidenciales y el proceso obligatorio de validación de formaciones que también decretó la Asamblea Constituyente, de mayoría oficialista. Esto ha hecho que se cuestione la utilidad de unos diálogos donde la oposición figura fragmentada y con una representación bastante menor.

En un comunicado, la MUD aseguró que este encuentro "representa una oportunidad definitiva para que el Gobierno revise sus recientes decisiones". Los opositores denuncian que el Gobierno "ha profundizado su posición de boicot a la mesa de negociación al proceder a la ilegalización" de partidos opositores y al decretar de manera unilateral que las elecciones presidenciales, uno de los temas del diálogo, se celebrarán antes de mayo.