Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año, en América Latina y el Caribe unas 127 millones de toneladas de alimentos terminan desaprovechados. Con esa comida se podrían satisfacerse las necesidades alimenticias de 300 millones de personas, más de un tercio de quienes sufren hambre en el mundo. Solo con los alimentos perdidos o desperdiciados en los mercados se podría dar de comer a 36 millones de personas. Esto equivale a casi dos tercios de quienes pasan hambre en la región.

El tercer boletín Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en América Latina y el Caribe de la FAO, destaca la necesidad de garantizar hábitos de consumo y producción sostenibles. Este objetivo incluye la meta de reducir a la mitad -para 2030- el desperdicio mundial de alimentos per capita tanto en la venta al por menor y a nivel de los consumidores, como en las cadenas de producción y distribución.

Un estudio revela que el 20% de los alimentos acaba 'en la basura' Los bancos de alimentos son una iniciativa para intentar revertir esta situación. Se trata de organizaciones sin fines de lucro que forjan alianzas con empresas que procesan o venden comida para evitar que los productos terminen en el basurero. 

Según este informe, en Perú la cantidad de desperdicios de alimentos son 7 millones de toneladas al año, Argentina desaprovecha 16 millones de toneladas de alimentos, un 12,5% de su producción, la mayoría —40%— frutas y verduras. En México, un 37% de los alimentos se desperdicia, es decir, un total de más de 12 millones de toneladas. En Brasil son 41.000 las toneladas de alimentos que se descartan a diario. 

La FAO indica que el 25% de los cereales, el 40% de las raíces o tubérculos, el 55% de las frutas y hortalizas, el 20% de las carnes, el 20% de los lácteos y el 33% de los pescados y mariscos provenientes de la región se pierden o desperdician. 

A nivel global son 1.300 los millones de toneladas de alimentos que terminan desperdiciados, equivalente a un tercio de la producción total.