Rolando Garvizu
11/01/2015 - 18:13

Sal, arena, cielo: una aventura boliviana en un vehículo 4×4

Durante tres días, los viajeros pueden disfrutar de un escenario desértico espectacular y de otro mundo... arena de terracota esparcida con rocas volcánicas que evocan las pinturas de Salvador Dalí, volcanes humeando, géiseres echando vapor, campos de lava solidificados y lagunas adornadas con flamencos. La joya es la planicie de sal más grande del mundo: el salar de Uyuni.

Vista del salar de Uyuni (Foto de Sarah Duff - CNN Español)

Redacción central, 11 de enero (CNN. Artículo y fotos de Sarah Duff).– Bolivia, un país sin litoral, tiene mucho que ofrecerle a los viajeros, desde la selva Amazónica rica en vida silvestre hasta caminatas en las montañas de los Andes.Sin embargo, uno de sus aspectos destacados menos conocidos es un sorprendente viaje en un vehículo de doble tracción a lo largo del altiplano, el cual se encuentra en el desierto al suroeste de Bolivia, cerca de la frontera con Chile.

Durante tres días, los viajeros pueden disfrutar de un escenario desértico espectacular y de otro mundo... arena de terracota esparcida con rocas volcánicas que evocan las pinturas de Salvador Dalí, volcanes humeando, géiseres echando vapor, campos de lava solidificados y lagunas adornadas con flamencos.

La joya es la planicie de sal más grande del mundo: el salar de Uyuni.

Este salar, del tamaño de Singapur, es inmenso y desconcertante –kilómetros de corteza de sal deslumbrante que se extienden en todas direcciones.

Cuando te paras encima de esa corteza sientes como si estuvieras sobre la superficie de otro planeta.

Varios operadores turísticos ofrecen viajes guiados en vehículos de doble tracción, los cuales normalmente incluyen transporte en vehículos Land Cruiser, conductores y alojamiento en refugios básicos y hoteles hechos de sal.

Muchos visitantes inician el viaje desde Uyuni, la ciudad poco atractiva y polvorienta de Bolivia, y finalizan en San Pedro de Atacama, justo en la frontera con Chile.

Para grupos más pequeños y para poder tener la oportunidad de ver la planicie de sal al amanecer, es mejor iniciar en Chile y terminar en Bolivia.

De cualquier manera que lo hagas, es un viaje lleno de aventuras a través de uno de los paisajes más excepcionales del mundo.

NOTA DEL EDITOR: Sarah Duff es escritora de viajes y fotógrafa sudafricana independiente, y su material ha sido publicado en periódicos y revistas de todo el mundo.

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