Redacción Oxígeno
09/10/2015 - 09:16

China construye la primera línea de tranvía en África

Para los vecinos de Addis Abeba, el tranvía es una alternativa económica al expandido servicio de taxi-bús. Un billete cuesta aproximadamente unos 0,28 dólares, lo que supone un tercio del precio de su competidor. El joven pasajero Daniel Worku está entusiasmado. "Podíamos haber tomado un taxi-bús", pero queríamos probar el tranvía", dice. "Si es más rápido, a partir de ahora viajaré en tranvía".

La Paz, 09 de octubre (DPA).- Decenas de personas esperan pacientes ante un mostrador en Addis Abeba para recorrer por primera vez la capital de Etiopía con su recién estrenado tranvía. "Acabo de comprarme un coche, pero no quería perderme este viaje", cuenta Taye Worku. En el andén reina la expectación. "Todos quieren probar el nuevo tranvía", añade.

Construido y financiado por China, la línea une el norte con el sur de esta ciudad de unos cuatro millones de habitantes. Es el primer servicio totalmente eléctrico en el África subsahariana, recorre un total de 17 kilómetros y tiene 22 estaciones. En los vagones, la multitud se acomoda como puede. Es un "hito", en el desarrollo del país, afirma Taye.

Para los vecinos de Addis Abeba, el tranvía es una alternativa económica al expandido servicio de taxi-bús. Un billete cuesta aproximadamente unos 0,28 dólares, lo que supone un tercio del precio de su competidor. El joven pasajero Daniel Worku está entusiasmado. "Podíamos haber tomado un taxi-bús", pero queríamos probar el tranvía", dice. "Si es más rápido, a partir de ahora viajaré en tranvía".

Durante mucho tiempo, Etiopía estaba considerado un país pobre. Centenares de miles de personas murieron en los años 80 debido a las hambrunas, pero ahora, este país del este de África busca promover una imagen de sede económica. En sólo tres años, empresas de participación mayoritaria china construyeron la línea de tranvía, que costó 475 millones de dólares. Y el 85 por ciento de la financiación llegó del Banco de Exportaciones e Importaciones chino.

Desde el punto de vista del gobierno etíope, China es un socio lógico, afirma la analista Emma Gordon, de la asesoría Verisk Maplecroft. "China no cuestiona la economía mayoritariamente estatal etíope y tiene fama de llevar a cabo rápido los proyectos". Uno de los riesgos es tanto el creciente endeudamiento estatal como el peligro de que se olviden las reformas económicas en favor de prestigiosos proyectos de envergadura, explica Gordon.

Además, "la predilección china por aportar material y trabajadores propios conduce a que sus inversiones ni apoyen el mercado laboral ni fortalezcan la industria local". Eso sí, las autoridades del país africano se muestran confiadas en que el nuevo tranvía mejorará la calidad de vida de los etíopes y aliviará el caótico tráfico de la capital. Además, el gobierno planea otra línea que pronto una este y oeste.

El problema es la electricidad. "El suministro energético era uno de los grandes desafíos que retrasó el inicio varios meses", dijo el director del proyecto, Behailu Sintayehua. Etiopía planea suplir el problema con la construcción de embalses. Actualmente el Nilo Azul, en la frontera con Sudán, alberga la mayor presa de África.

Con todo, los etíopes aún tienen que hacer frente a los frecuentes cortes de corriente, que llegan sin anunciar. Aunque eso no le sucederá al nuevo tranvía, que seguirá circulando aunque el resto de la ciudad se quede sin luz, prometieron las autoridades. La línea está directamente enchufada a la red estatal y tiene un mecanismo de emergencias.

Desde 1991, Etiopía lleva gobernada por el mismo partido que expulsó del poder al dictador Mengistu Hailmariam. Los defensores de los derechos humanos critican que no hay oposición como tal, se persigue a los disidentes y no hay libertad de expresión.

Pero al menos la economía crece: este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que crezca en torno al ocho por ciento.

Etiopía planea además seguir aumentando sus infraestructuras con ayuda china. Pero pese a los imponentes proyectos, sobre todo en las regiones más rurales siguen dominando la pobreza y el hambre. Sólo este año, unos 4,5 millones de etíopes necesitaron ayuda alimentaria, según Naciones Unidas. Y el país ocupa el puesto 173 de 187 en el índice de desarrollo de la ONU.

Eso sí, para los etíopes, el nuevo tranvía encarna el progreso. Tras su primer viaje, Taye está convencido de que dejará aparcado su choche. "Hace apenas unos años, nadie habría creído posible un proyecto así en Etiopía".

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