Redacción Oxígeno
06/07/2015 - 12:02

El efecto Bielsa, las virtudes de Sampaoli y la primera conquista de América para Chile

Un técnico bielsista de ley y jugadores convencidos de su idea dieron continuidad a la planificación que inicio el ´"Loco" hace ocho años en medio del descreimiento popular.

06 de julio (Infobae).-  "No me quieras porque gané, necesito que me quieras para ganar". Marcelo Bielsa instaló una frase que calza a la perfección con el actual logro de la selección chilena tras el proyecto iniciado en 2007. El "Loco" guió a una camada de futbolistas de buena técnica para ganarse el respeto internacional. Puso un freno a la indisciplina. Equilibró al fútbol chileno y lo llenó de esperanza.

Mejoró las condiciones de entrenamiento. Inculcó su idea, se ganó el respeto de sus dirigidos y el cariño de un hincha exigente, descreído de su selección. Obligó a los chilenos a jugar de igual a igual contra las mejores selecciones. La devolvió a un Mundial de fútbol y cuando sintió que ya no podía convivir con la dirigencia, dejó un proyecto, un rumbo marcado y se marchó. Precisamente, el contrato que firmó el rosarino expiraba en julio de 2015. El objetivo era la Copa.

La ANFP, en plena renovación de su cúpula, optó por Claudio Borghi para dirigir a la 'Roja'. Pero después de un buen arranque la relación se deterioró entre DT y futbolistas. La prensa chilena hostigaba y el 'Bichi' disparó frente a las "Viudas de Bielsa". No funcionó, los jugadores volvieron a descarrilar en grupo y el famoso "bautizazo" puso fin al ciclo de un DT con otro estilo.

La elección de Jorge Sampaoli, uno de los discípulos más fieles de Bielsa, confirmó que el proyecto aún podía mantenerse vivo. El argentino, ex técnico de la Universidad de Chile, llegó como ganador y con la misión de volver a encarrilar a un grupo de jugadores que ya habían adoptado una idea. Entendían que en base a ese entrenamiento exigente podían lograr cosas importantes.

"No me quieras porque gané, necesito que me quieras para ganar". Marcelo Bielsa instaló una frase que calza a la perfección con el actual logro de la selección chilena tras el proyecto iniciado en 2007. El "Loco" guió a una camada de futbolistas de buena técnica para ganarse el respeto internacional. Puso un freno a la indisciplina. Equilibró al fútbol chileno y lo llenó de esperanza.

Mejoró las condiciones de entrenamiento. Inculcó su idea, se ganó el respeto de sus dirigidos y el cariño de un hincha exigente, descreído de su selección. Obligó a los chilenos a jugar de igual a igual contra las mejores selecciones. La devolvió a un Mundial de fútbol y cuando sintió que ya no podía convivir con la dirigencia, dejó un proyecto, un rumbo marcado y se marchó. Precisamente, el contrato que firmó el rosarino expiraba en julio de 2015. El objetivo era la Copa.

La ANFP, en plena renovación de su cúpula, optó por Claudio Borghi para dirigir a la 'Roja'. Pero después de un buen arranque la relación se deterioró entre DT y futbolistas. La prensa chilena hostigaba y el 'Bichi' disparó frente a las "Viudas de Bielsa". No funcionó, los jugadores volvieron a descarrilar en grupo y el famoso "bautizazo" puso fin al ciclo de un DT con otro estilo.

La elección de Jorge Sampaoli, uno de los discípulos más fieles de Bielsa, confirmó que el proyecto aún podía mantenerse vivo. El argentino, ex técnico de la Universidad de Chile, llegó como ganador y con la misión de volver a encarrilar a un grupo de jugadores que ya habían adoptado una idea. Entendían que en base a ese entrenamiento exigente podían lograr cosas importantes.

La selección chilena llegó al Mundial de Brasil 2014 ensamblada en una ilusión. No la intimaba formar grupo con España y Holanda. Venció a Australia en el debut y a los campeones del mundo en la segunda jornada para clasificar. Y en el duelo de octavos ante Brasil, un remate de Pinilla al travesaño le impidió jugar los cuartos de final. Luego, quedó eliminada en los penales.

El camino estaba trazado, Sampaoli representaba la continuidad de Bielsa. La buena generación de futbolistas invitaba a levantar el primer trofeo en casa. Pero la presión del público, la ansiedad y el miedo a perder eran factores a tener en cuenta.

Arturo Vidal despistó en plena competencia. Las dudas sobre los árbitros condicionaron desde el penal dudoso en el debut con Ecuador y se profundizaron con el polémico juego de cuartos ante Uruguay y el dedo de Gonzalo Jara sobre Edinson Cavani, pero los argumentos futbolísticos se devoraron a las suspicacias. "Esto se inició con un proceso largo, desde la era de Bielsa", tal cual recordó Mauricio Isla en la victoria y ya con el título tan ansiado bajo el brazo.

"Esto es impagable, inolvidable, y tiene que durar mucho tiempo. Los medios que no se encarguen de entristecerlo tan rápido. Fue un período de mucha preparación", destacó Sampaoli tras el triunfo soñado. A los 55 años, el argentino nacido en Casilda, Santa Fe, llevó a la 'Roja' a su logró máximo, se transformó en héroe para el pueblo chileno y salió del anonimato popular en su país.

"El éxito es una excepción, no es un continuo", manifestó Bielsa en una de sus tantas reflexiones. Y vaya que esa excepción se hizo esperar para los chilenos. Al esfuerzo cotidiano le agregaron disciplina táctica y mentalidad ganadora para levantar el primer trofeo en 100 años.

 

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