PSG
César Sánchez
18/01/2018 - 12:32

Neymar fue abucheado por el público del PSG pese a marcar 4 goles

La ‘guerra’ entre el clan brasileño y el latinoamericano del vestuario parisiense amenaza con extenderse

Cuatro goles y dos asistencias después ¿cómo se puede explicar que el público del Parque de los Príncipes silbara al brasileño Neymar?

Así sucedió contra el Dijon (8-0) tras el espectáculo que prodigó el jugador más caro del mundo, su prestación más completa desde que llegó a la capital francesa previo pago de un cheque de 222 millones de euros al Barcelona.

El motivo fue la vieja rivalidad que mantiene con el uruguayo Edinson Cavani, que lleva más tiempo conquistando el corazón de los aficionados del Parque de los Príncipes y que goza de una mayor cuota de cariño.

El roce se produjo al final del encuentro, en el minuto 83, cuando el árbitro señaló penalti por una falta sobre Cavani. Para entonces, el "matador" ya había marcado un gol, el 156 desde que en 2013 aterrizó en las riberas del Sena procedente del Nápoles, con lo que igualaba con el sueco Zlatan Ibrahimovic como máximo anotador de la historia del club.

Le faltaba uno para convertirse en el único en poseer ese récord y el penalti postrero aparecía como una buena oportunidad para lograrlo.

Pero Neymar fue implacable. Agarró el balón sin mirar a nadie, lo posó en el punto de penalti y se mantuvo ajeno a los gritos de "Cavani Cavani" que provenían de las gradas, tornados pronto en silbidos que mancharon una noche mágica.

La estrella brasileña logró su cuarto gol, pero algo se había roto. El jugador, visiblemente molesto, abandonó cabizbajo el césped, evitó responder a las televisiones oficiales y menospreció el trofeo de "jugador del partido" que le ofreció un miembro del club, antes de abandonar el estadio serio.

En una noche diseñada para que Neymar mostrara su mejor sonrisa y presumiera de valer todo lo que costó, los silbidos ensombrecieron la fiesta.

El roce se produjo al final del encuentro, en el minuto 83, cuando el árbitro señaló penalti por una falta sobre Cavani. Para entonces, el "matador" ya había marcado un gol, el 156 desde que en 2013 aterrizó en las riberas del Sena procedente del Nápoles, con lo que igualaba con el sueco Zlatan Ibrahimovic como máximo anotador de la historia del club.

Le faltaba uno para convertirse en el único en poseer ese récord y el penalti postrero aparecía como una buena oportunidad para lograrlo.

Pero Neymar fue implacable. Agarró el balón sin mirar a nadie, lo posó en el punto de penalti y se mantuvo ajeno a los gritos de "Cavani Cavani" que provenían de las gradas, tornados pronto en silbidos que mancharon una noche mágica.

La estrella brasileña logró su cuarto gol, pero algo se había roto. El jugador, visiblemente molesto, abandonó cabizbajo el césped, evitó responder a las televisiones oficiales y menospreció el trofeo de "jugador del partido" que le ofreció un miembro del club, antes de abandonar el estadio serio.

En una noche diseñada para que Neymar mostrara su mejor sonrisa y presumiera de valer todo lo que costó, los silbidos ensombrecieron la fiesta.

"Hubiera podido dejar el penalti a Cavani, hubiera sido un gesto de 'juego limpio'", indicó tras el duelo el defensa belga Thomas Meunier, quien, sin embargo, consideró "ingratos" los silbidos de la grada.

Así, parece que como indican algunos medios, la ‘guerra’ entre el clan brasileño y el latinoamericano del vestuario parisiense amenaza con extenderse y transformarse en un conflicto.

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