La Paz, 10 de junio (Infobae).- En una nación que enloquece por el críquet, el fútbol le ha robado el protagonismo por un rato y los aficionados a los deportes han centrado su atención en el evento que se inaugura el jueves en Sao Paulo con el partido entre los anfitriones y Croacia.

Para estar a tono, miles de ciudades se han convertido en una especie de marea amarilla y verde o celeste y blanca, colores de los gigantes sudamericanos, Brasil y Argentina, que llevan la delantera en el favoritismo de los hinchas de Bangladesh.

Sin embargo, Mustafizur Rahman, administrador gubernamental del distrito de Jessore, en el que viven unos 2,7 millones de habitantes, indicó que colocar esas banderas era una falta de respeto para la propia de Bangladesh, que pasaba prácticamente desapercibida.

"Con la Copa del Mundo golpeando la puerta, nos hemos convertido en una nación de Argentina y Brasil. En todas partes se ven banderas de Argentina y Brasil, la mayoría en los techos de las casas y en las terrazas", indicó el responsable a la AFP.

"No nos molesta que la gente use las camisetas de sus selecciones favoritas o banderines. Pero no se ve bien cuando banderas de otros países flamean en nuestros techos", explicó Rahman.

Los pedidos de bajar las banderas de sus casas han sido canalizados a través de los medios de prensa, al tiempo que oficiales de localidades más pequeñas han salido a recorrer los pueblos para hacer circular el mensaje y pedirles a los vecinos que bajen las banderas argentinas y brasileñas, añadió Rahman.

A pesar de que los bangladesíes son conocidos por su tremenda pasión por el críquet, el fútbol en los últimos tiempos ha tomado un nuevo impulso.

Por ejemplo y para ilustrarlo mejor, Bangladesh gastó cuatro millones de dólares para organizar un amistoso entre la Argentina de Leo Messi y Nigeria, en septiembre de 2011, partido que finalmente se repetirá en el Mundial de Brasil 2014, por los puntos.

Más allá de que nunca se clasificó para un Mundial, este país asiático ha desarrollado una pasión increíble por Argentina y Brasil desde 1982, cuando la televisión local comenzó a retransmitir los partidos de sus campeonatos en vivo por todo el país.

Durante el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando hubo cortes de luz que perturbaron las transmisiones, se desataron altercados violentos y muchas fábricas recibieron la orden de cerrar para que no hubiera bloqueos y problemas mayores.